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El plan de Trapero para detener a Puigdemont no era un farol

Varios documentos incluidos recientemente en la causa apuntarían a que el major no miente y que la operación estaba bastante avanzada

Lunes, 27 de enero 2020, 01:14

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El 14 marzo de 2019, durante su declaración en el Supremo como testigo en el juicio del procés, Josep Lluís Trapero hizo la revelación más impactante de los tres meses de vista oral: los Mossos tenían un plan secreto para ponerle las esposas a Carles Puigdemont si tras aprobar el parlament la declaración unilateral de independencia (DUI) los jueces ordenaban detenerle.

Aquella revelación dejó a muchos boquiabiertos, pero también desató las suspicacias de otros tantos. Nunca antes nadie había oído hablar de ese operativo y el hecho de que el 'major' desvelara su existencia cuando ya estaba con el agua al cuello e imputado por rebelión sonó a los más desconfiados a golpe de efecto autoexculpatorio. Una suerte de maniobra con la que el hombre que lideró a los Mossos durante la intentona separatista buscaba redimirse ante los ojos del más alto tribunal.

Esa misma desconfianza sobre la autenticidad de la supuesta coartada de Trapero para demostrar que en los momentos críticos del 'procés' estuvo del lado de los jueces se ha hecho patente también en los últimos días durante el interrogatorio del 'major' por parte del fiscal Miguel Ángel Carballo en el juicio de la Audiencia Nacional. Una y otra vez, el fiscal, con sus preguntas, quiso dejar claro que no se cree que Trapero, que llegó a decir el miércoles que él mismo se ofreció para ponerle los grilletes al expresidente, hubiera ordenado esa operación.

  1. Josep Lluís Trapero durante su declaración en la Audiencia Nacional.

Sin embargo, son varios los documentos incluidos recientemente en la causa -y a los que ha tenido acceso este periódico- que apuntarían a que el 'major' no miente y que el plan, aunque nunca llegó a llevarse a cabo porque nadie ordenó la captura de Puigdemont tras la DUI el viernes 27de octubre de 2017, estaba bastante avanzado.

Los detalles con pelos y señales de ese plan los han facilitado en un informe a la Audiencia Nacional Ferrán López, el comisario que sustituyó a Trapero al frente de los Mossos, y Joan Carles Molinero, el jefe de la Comisaría General de Movilidad. Se trata de los dos mandos a los que Trapero pidió diseñar el operativo, que, dado lo delicado del asunto, nunca quedó plasmado íntegramente en ningún documento. Según el informe de López y Molinero, esa encomienda tuvo lugar en una reunión el 24 de octubre, tres días antes de la DUI. «Trapero encargó a los dos comisarios la planificación de un dispositivo policial con la operativa necesaria para poder dar cumplimiento a una posible orden judicial por la que se encargarse al cuerpo de Mossos d'Esquadra proceder a la detención del presidente de la Generalitat de Cataluña y/o de los miembros de su Gobierno», apunta el dossier que lleva la firma de ambos.

  1. Intendentes o comisarios

    Según los dos comisarios, Trapero ordenó que las detenciones, dada la trascendencia de las mismas, fueran practicadas exclusivamente por «miembros de la escala superior», o sea, «solo por intendentes y comisarios». Los arrestos iban a ser practicados por «binomios» de mandos. Se llegó a elaborar un listado con los nombres de los miembros del Gobierno y los policías que los iban a arrestar, según señala el informe.

  1. Uso del helicóptero

    El operativo incluía el uso de un helicóptero, que debía unir el Palau de la Generalitat y el Parlament con el cuartel general de los Mossos en Egara, Sabadell, «por si resultaba necesario realizar el traslado urgente y seguro de los detenidos». Los arrestados iban a ser custodiados por los 'GEO' de los Mossos, el Grupo Especial de Intervención (GEI). Se había ordenado ya «contar con el máximo» de esos especialistas para la operación. Los arrestados -revela ese crucial documento- iban a ser llevados a Egara a la espera de ser puestos a disposición judicial. En la sede se habían ya «habilitado una serie de despachos» usados habitualmente por comisarios para custodiar a Puigdemont, Oriol Junqueras y al resto del Govern. «En cada uno de estos espacios se analizaron las medidas de seguridad que debían adoptarse como, por ejemplo, la necesidad de la extracción de las manillas de apertura de las ventanas».

Hay un segundo documento que confirma punto por punto la versión de López y Molinero. Es un mail del que en aquel entonces era mano derecha de Trapero, el exguardia civil y comisario Francisco Javier Gámez, enviado a siete de los máximos responsables operativos de los Mossos el miércoles 25 de octubre.

  1. «Indicaciones»

    En ese correo el remitente se refiere a las «indicaciones» que Trapero ha dado en una reunión del día anterior por la mañana y se compromete a presentarles en breve un informe «sobre posibles escenarios previstos de cara al próximo viernes (día en el que estaba prevista la DUI), así como la revisión del dispositivo policial a ejecutar en cumplimiento de las órdenes judiciales que a tal efecto se puedan recibir». En ese mail no se hablaba expresamente de la captura de Puigdemont, aunque sí de la «activación de recursos operativos» que se habrían utilizado en ese operativo como el helicóptero o los miembros del GEI.

Dos mails idénticos

Hasta ahora, los dos únicos documentos relacionados de manera tangencial con el plan de captura que habían visto la luz eran dos mails idénticos que el propio 'major' remitió ese mismo 27 de octubre al entonces fiscal superior de Cataluña, el fallecido José Romero de Tejeda, y al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús María Barrientos.

  1. Declaración de la DUI

    En ellos, Trapero se ponía a «disposición» de los responsables de dos órganos clave tras la declaración de la DUI al «desconocer -remarcaba -las consecuencias jurídicas de esa declaración».

  1. Instrucciones a los estamentos judiciales

    Esos correos probaban que Trapero, efectivamente, pidió instrucciones a los estamentos judiciales, pero no hablaban nada del plan para arrestar al expresidente, cuya existencia ahora sí que parece probada.

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