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¿Qué ha pasado hoy, 16 de abril, en Extremadura?

Mejorar las políticas familiares

Los países europeos con mayores nivel de fecundidad son aquellos que concentran un mayor gasto del PIB en tres áreas de apoyo a las familias con hijos: trasferencias sociales y bonificaciones familiares significativas –como apoyos fiscales y deducciones–; licencias paternales duraderas y bien pagadas; y equipamientos sociales como guarderías de calidad tendencialmente gratuitos

Daniel Serrano Collantes

Miércoles, 18 de octubre 2017, 00:16

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El desarrollo demográfico adverso –que es el que actualmente tenemos– tendrá un impacto significativo en el crecimiento económico. Este es uno de los principales problemas que encontramos y se irá agravando, de no alterar las políticas de familia actuales. De hecho, desde que existen datos, el año pasado, el año 2016 fue el segundo año consecutivo, en que murieron más personas, que las que nacieron.

El diagnóstico es claro. La reducción de la población y en particular, de la población en edad de trabajar, penaliza el crecimiento económico y el Estado del Bienestar. Al mismo tiempo coloca la Hacienda Pública bajo presión, con el número de contribuyentes disminuyendo y los gastos relacionados con el envejecimiento subiendo de forma significativa (gastos en pensiones y salud).

Desde el año 2015 en España se registran más muertes que nacimientos. En concreto en 2015 nacieron 419.109 niños, eso es 8.486 menos que el año anterior (un 2% menos) y el año con menos recién nacidos desde 2002. Es más, desde 2008, el número de nacimientos se han reducido casi un 20%, un 19,4% en concreto. Por tanto, el número de nacimientos disminuyó un 2%, mientras que los fallecimientos aumentaron un 6,7% en España en 2015, según el INE. Y las cifras se han ido agravando. Tuvimos por primera vez en 2015, lo que los demógrafos llaman un saldo vegetativo negativo, al registrarse 2.753 defunciones más que nacimientos. La situación tiende a agravarse ya que en 2016 nacieron 13.734 niños menos que en 2015.

Si se tendieran las tendencias demográficas actuales, España perdería casi 6 millones de habitantes en los próximos 50 años (INE-Proyección de la Población de España 2014–2064) y eso no lo olvidemos tendría –entre otras– repercusiones económicas graves. Como resultado, si ahora mismo hay una relación aproximada de 3 a 1 entre personas activas por cada jubilado, con este panorama, en el 2065 sería de 1,5 a 1. En fin, un tsunami de consecuencia impredecibles.

No hay otra solución, el país –y la economía– necesitan más bebés. El problema es que España tiene unos de los niveles más bajos de fecundidad de todos los 28 países de la Unión Europea. En concreto ocupaba, en el 2015, el puesto número 25, con un índice de fecundidad (número medio de hijos por mujer) de 1,33. Así 3 de cada 10 niños en España crecen sin hermanos.

Hecho el diagnostico hay que encontrar el tratamiento, las soluciones. ¿Cómo aumentar el número de bebes que nacen en España? La respuesta no es fácil y no hay una receta única, ya que son muchos los factores que condicionan la decisión de tener hijos y que varían de matrimonio a matrimonio. Pero en España, el ideal familiar continúa siendo por lo menos dos hijos (según un estudio titulado ‘El déficit de natalidad en Europa’, realizado por los Estudios Sociales de la Obra Social La Caixa) en media, las personas desearían tener una media de 2,2 hijos.

Haciendo un análisis, los países europeos con mayores nivel de fecundidad son aquellos que concentran un mayor gasto del PIB en tres áreas de apoyo a las familias con hijos: trasferencias sociales y bonificaciones familiares significativas –como apoyos fiscales y deducciones–; licencias paternales duraderas y bien pagadas; y equipamientos sociales como guarderías de calidad tendencialmente gratuitos. Señal de esto, según la base de datos sobre la familia da OCDE, en países como Francia, Irlanda, Suecia y Reino Unido, Islandia y Noruega –los primeros siete en índice de fecundidad, de los 28 de la Unión Europea– el gasto público en las aéreas antes indicadas superan el 3,5% del PIB, mientras en España queda por debajo del 1,5%. En concreto, y según el informe ‘La Protección Social a la Familia en España en 2015’ del Instituto de Política Familiar, publicado en 2015, de cada 19 euros que se dedican en España a Gastos Sociales, tan solo 1 euro se dedica a la familia.

Los hechos han demostrado, que el cambio de políticas familiares favorece que haya más bebes. Por ejemplo en Francia, en la primera mitad de los años 90 el índice de fecundidad era de 1,66. La recuperación desde entonces ha sido el resultado de políticas de apoyo a las familias con hijos.

Es importante resaltar que en los países escandinavos, que tienen unas de las tasas de natalidad más altas de Europa, tienen también las tasas de incorporación de la mujer al ámbito laboral más elevadas y un nivel más igualitario de organización familiar.  Junto con la evolución hacia un modelo familiar «igualitario» es necesario que se den las condiciones sociales y laborales para que pueda producirse de hecho esta igualdad, tanto mediante la conciliación laboral y el reconocimiento social de los niños «como una inversión y no un gasto» como a través de políticas familiares.

Sabiendo que no hay nada irreversible, necesitamos que se alteren las políticas de familia en España, sabiendo que para tener impacto, es fundamental que estas políticas y los apoyos sean estables a lo largo del tiempo. No pueden ser apenas puntuales –lo cual es muchas veces lo que ocurre, porque la mayoría de nuestros políticos tienen una visión a corto y medio plazo; en concreto, de cuatro u ocho años– porque tener hijos es una decisión para la vida y exige una cierta confianza en el futuro.

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