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Momento del rescate de ocho migrantes EFE/Open Arms
Huelga de hambre, peleas a bordo... El cansancio hace mella en el Open Arms

Huelga de hambre, peleas a bordo... El cansancio hace mella en el Open Arms

Ante el inmovilismo de Europa y tras 13 días de espera en el Mediterráneo, los migrantes organizan protestas pacíficas para pedir un puerto seguro

Alain MAteos

Madrid

Miércoles, 14 de agosto 2019, 13:56

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La pasada madrugada el Gobierno de Italia llevó a cabo la evacuación de un bebé que precisaba de atención médica especializada junto a su hermano gemelo y sus padres Pero aún quedan 147 personas a bordo del Open Arms que llevan 13 días a la espera en busca de un puerto seguro donde atracar. Desde este miércoles, además, se enfrentan a un temporal con olas de más de dos metros que removió hoy al barco español.

A escasos 50 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa y tras casi dos semanas las tensiones en el barco de la ONG catalana están a la orden del día. Desde el Open Arms confirman que el cansancio y el recelo por no estar entre los recientemente evacuados ha provocado esta semana peleas a bordo y hasta una huelga de hambre. En una entrevista concedida a la cadena Ser, Óscar Camps, director de la organización, contó en primera persona el día a día de los migrantes en el barco: «Hay discusiones por un trozo de sombra, de comida o de baño. Imagina que llevas 13 días sin poder ni siquiera llamar a tus padres para decir que estás vivo, 13 días desaparecido. Emocionalmente hay un shock muy alto».

A parte de la evacuación de la pasada madrugada, días atrás fueron trasladadas a Italia y Malta dos embarazadas a punto de dar a luz y tres enfermos con sus respectivas familias. Y es que no hay tregua para los migrantes de diez nacionalidades distintas que duermen en la cubierta del Open Arms. Un espacio minúsculo de 37 metros de largo y 9,5 metros de ancho. El fuerte oleaje de esta madrugada ha obligado a la ONG a acotar aún más la cubierta por motivos de seguridad. Familias, embarazadas, menores de edad... Son algunos de los colectivos que están esperando refugio en algún puerto de Europa tras ser rescatados, algunos, el 1 de agosto en el mar Mediterráneo y otros en días posteriores. «Si no hubiesen sido recogidos estarían todos muertos, pero no importa, son sin nombre», lamenta Camps.

Durante esta semana las casi 150 personas a bordo posaron juntos en una foto con carteles pequeños en los que se podía leer frases como: «abrid los puertos a los migrantes», «llevamos aquí doce días», «somos 150 personas a bordo» o «necesitamos salir de este barco para llegar a algún país de Europa y conseguir nuestra libertad y nuestros derechos humanos», entre otras. Una protesta pacífica contra la actitud mostrada por la Unión Europea y los Estados miembro del sur de Europa. Junto a las 356 personas a bordo del Ocean Vikings, son más de 500 migrantes los que esperan un puerto donde desembarcar. Camps calificó este miércoles a los políticos de «antisistema» y les recordó que solo «las organizaciones humanitarias están cumpliendo con el derecho internacional».

Merkel y Macron, pendientes

Pese al bloqueo en la apertura de puertas, Camps quiso anunciar que está en contacto con los gobiernos de Francia y Alemania para alcanzar una solución, así como con el Presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli. Sin embargo, las conversaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez son inexistentes. El Presidente en funciones «ha rechazado hasta en tres ocasiones por escrito» reunirse con Óscar Camps. Los responsables del Open Arms lamentan que su propio Gobierno «no les proteja aunque e esa zona del Mediterráneo no sea de su competencia».

Italia continúa siendo la prioridad para poner punto y final al viaje de las 147 personas a bordo del buque español. Camps instó a las autoridades de la Unión Europea a «poner orden sobre los 28» y si no es capaz que «actúen los tribunales». Una clara alusión al bloqueo administrativo y legal impuesto desde Italia. Camps también mostró su desconsideración hacia una amenaza de acabar entre rejas: «Mi madre me dijo que de la cárcel se sale, del fondo del mar, no», zanjó.

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