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El presidente del Gobierno aplaude al grupo socialistas tras su primera intervención en el pleno de este miércoles en el Congreso sobre el estado de alarma y la pandemia. EFE
Casado tiende la mano a Sánchez para que vuelva la moderación y «ganar los dos»

Casado tiende la mano a Sánchez para que vuelva la moderación y «ganar los dos»

El presidente se muestra receptivo, Ciudanos se desmarca y Vox amaga con otra moción de censura

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Miércoles, 24 de febrero 2021, 20:09

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Suenan tambores de pacto en el Consejo General del Poder Judicial y Pedro Sánchez y Pablo Casado acompañaron los redobles con guiños contemporizadores en un pleno del Congreso convocado para evaluar el estado de alarma y la evolución de la pandemia. El líder del PP fue el más claro con una invitación al presidente del Gobierno a trabajar juntos para «ensanchar el espacio de la moderación y hacerlo tan grande como para que los dos podamos ganar dentro de él». El jefe del Ejecutivo fue receptivo y animó a su interlocutor a que construya «un centro derecha potente» que neutralice la «amenaza real» de la extrema derecha representada por Vox.

Como suele ocurrir en estos plenos del Congreso, el orden del día de este miércoles fue la excusa reglamentaria para mantener un remedo de debate sobre el estado de la nación, cuya convocatoria formal Casado reclamó a Sánchez después de tres años sin celebrarse. El clima, sin embargo, fue diferente. No es que no hubiera críticas y palabras gruesas entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, las hubo, pero alternadas con gestos de distensión. Por primera vez desde 2018, ambos se tendieron la mano para atajar la polarización y, como dijo Casado, «ganar los dos».

El presidente de los populares apostó, elipsis mediante, por los viejos tiempos del bipartidismo. «La alternancia del centroderecha y centroizquierda fue -a su entender- polo de atracción de la inmensa mayoría y consiguió llevar a los extremos de la irrelevancia tanto por la izquierda como por la derecha». Considera que él ya ha hecho su trabajo con su recordada intervención de ruptura con Santiago Abascal durante la moción de censura de Vox contra Sánchez en octubre pasado. Aquel día, rememoró, «di un paso adelante y no daré ningún paso atrás. Ya hice mi parte, consciente del coste (político) a corto plazo». El primer tributo lo pagó en las elecciones catalanas de hace diez días.

Sánchez no desdeñó la invitación, como ha hecho en otras ocasiones, pero introdujo matices. A diferencia de la declaración cismática del líder del PP con Abascal, el presidente del Gobierno no mostró ninguna intención de poner punto final a la coalición con Unidas Podemos a pesar de la greña constante entre los socios y las insistentes demandas en ese sentido de Casado. «La amenaza real», según su análisis, es la extrema derecha, no la extrema izquierda. Sánchez olvidó de un plumazo las alabanzas de hace dos semanas al «sentido de Estado» de Vox para resaltar ahora que el auge de la ultraderecha es el desafío «más poderoso» para la democracia.

El líder socialista ve posible encontrar áreas de entendimiento con el principal partido de la oposición si es capaz de convertirse en una fuerza «de centro derecha potente que contrarreste la emergencia de la ultraderecha». El PP, prosiguió, «tiene un sitio en la democracia española», un comentario que suscitó las quejas en la bancada popular, que interpretó el comentario como una mirada por encima del hombro a un partido que ha gobernado durante quince años, y en ocho de ellos con mayoría absoluta.

«Despacho oscuro»

El presidente del Gobierno, dentro de la modulación del tono hacia los populares, reclamó «unidad» en varias ocasiones, tanto para combatir la pujanza de Vox como para dar una respuesta a una ciudadanía «harta» de las continuas escaramuzas políticas. Un emplazamiento que hizo extensivo a Ciudadanos para que «se comporte por una vez como partido de centro» en vez de poner siempre el intermitente de la derecha. Inés Arrimadas preguntó a Sánchez cómo podía hacer semejante reproche a su partido cuando los socialistas se reúnen «en un despacho oscuro» con el PP para repartirse «los jueces y TVE».

El líder socialista afirma que la «amenaza real» es la extrema derecha, no la extrema izquierda

Abascal seguía el cruce de intervenciones desde su escaño con una sonrisa que se adivinaba bajo su mascarilla. El debate estaba en el terreno que buscaba, con Vox como referente. Ni siquiera las mordaces descalificaciones de Sánchez -«es difícil tomarles en serio»- hicieron mella en su ánimo. «¿No nos toma en serio? Pues mejor, porque le pillaremos desprevenido». Se refería, es de suponer, a las próximas elecciones. «Cada día -avisó- nos toma más gente en serio». Incluso amenazó con una segunda moción de censura para que «algunos puedan redimirse». Un mensaje para el PP o para una parte del PP.

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