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Asesinado en Burkina Faso el misionero salesiano Antonio César Fernández

Asesinado en Burkina Faso el misionero salesiano Antonio César Fernández

Falleció tras recibir tres disparos durante un supuesto ataque yihadista

colpisa/afp

Uagadugú

Sábado, 16 de febrero 2019, 10:34

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Un misionero español y cuatro agentes de aduanas murieron el viernes en un ataque atribuido a yihadistas en el este de Burkina Faso, país que sufre una ola de violencia desde hace varios meses.

«Asesinado el salesiano español Antonio César Fernández, en un ataque yihadista entre Togo y Burkina Faso. El misionero, de 72 años, fue abatido a tiros», anunció la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora en la red Twitter.

Según la congregación, el sacerdote, que trabajaba en África desde 1982 y vivía en Uagadugú, regresaba de una reunión en Lomé, capital de Togo, junto a otros dos religiosos, que sobrevivieron al asalto.

«Fueron atacados por hombres armados después de haber pasado la frontera Togo-Burkina Faso, presuntamente yihadistas», dijo el provincial de la congregación, José Elegbede, en un comunicado. «Después de registrar el vehículo, César se separó del grupo y hombres armados le dispararon» añadió. Está previsto que su cuerpo sea trasladado a Lomé, precisó.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez condenó el ataque el sábado en un mensaje de condolencias a la familia y compañeros del sacerdote cordobés de Pozoblanco, donde se han decretado tres días de luto oficial.

«Mi cariño a la familia y compañeros del misionero Antonio César Fernández y de todas las víctimas del ataque terrorista en Burkina Faso. Mi absoluta repulsa a este atentado y mi reconocimiento a cooperantes y voluntarios que arriesgan su vida trabajando en zonas de conflicto», declaró Sánchez en su cuenta de Twitter.

Según una fuente de seguridad burkinesa, «un equipo móvil de la aduana de Cinkassé, que había instalado un puesto de control en Nohao (este de Burkina) sufrió un ataque terrorista el viernes hacia las 17H00 (locales y GMT)».

Un primer balance la noche del viernes daba cuenta de tres agentes de aduanas muertos, pero fue revisado a cuatro, además del cura, según la fuente de seguridad.

«Fue obra de un grupo de una veintena de individuos armados que luego huyeron a la zona selvática», precisó otra fuente de seguridad.

Como país pobre de la rehión del Sahel, Burkina Faso ha enfrentado durante cuatro años ataques cada vez más frecuentes y letales atribuidos a grupos yihadistas. Primero se concentraron en el norte del país, luego golpearon la capital y otras regiones, incluido el este.

Los ataques, atribuidos principalmente a los movimientos yihadistas Ansarul Islam y Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM), han dejado más de 300 muertos desde 2015, según un recuento de la AFP, y hasta más de 500 según otras fuentes.

Uagadugú ha sufrido estos ataques tres veces desde 2016, con un total de casi 60 muertos. El primer atentado fue contra cafés-restaurantes y hoteles frecuentados por occidentales, dejando 30 personas muertas. Fue reivindicado por el grupo yihadista Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).

Frente a la proliferación sin precedentes de ataques yihadistas en los últimos meses, Burkina Faso ha realizadoo en las últimas semanas una importante reorganización al frente del alto mando militar, con el nombramiento de un nuevo jefe del estado mayor, un nuevo jefe de personal del ejército y nuevos responsables al frente de las tres regiones militares del país.

Los ministros de Defensa y de Seguridad fueron reemplazadas en enero durante una reestructuración.

Pero las fuerzas de seguridad parecen impotentes en su capacidad para frenar la ola de ataques yihadistas.

Reunidos a principios de febrero en Uagadugú, los países del G5 del Sahel (Burkina, Malí, Mauritania, Níger y Chad) pidieron a la comunidad internacional una ayuda más importante para luchar contra los grupos yihadistas.

En Burkina, la situación de seguridad ha provocado una crisis humanitaria, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que advirtió el jueves que «1,2 millones de personas necesitan asistencia con urgencia».

El Gobierno pide una investigación

El Gobierno ha solicitado a las autoridades de Burkina Faso que abran una investigación sobre la muerte del sacerdote cordobés Antonio César Faso y ha anunciado que el embajador de España en Mali se desplazará en breve a este país para asistir a toda la tramitación necesaria.

A través de un comunicado del Ministerio de Exteriores y Cooperación, el Ejecutivo ha expresado también «su más enérgica condena y consternación» por la muerte del religioso salesiano, que falleció este viernes en un supuesto ataque yihadista, junto a otras cinco personas, en la provincia de Boulgou, a 40 kilómetros de la frontera sur del país.

El embajador de España en Malí, acreditado también ante las autoridades de Burkina Faso, se ha puesto ya en contacto con los familiares del fallecido, de 72 años, para trasladarle el pésame y ponerse a su disposición.

Además, el Ejecutivo ha ofrecido «su entera colaboración» a las autoridades de ese país para cooperar en la aclaración de las circunstancias del asesinato del sacerdote.

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