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Pugdemont, este lunes durante una comisión en el Parlamento Europeo. EFE
Aragonès se reafirma en el diálogo con el Gobierno tras la detención de Puigdemont

Aragonès se reafirma en el diálogo con el Gobierno tras la detención de Puigdemont

El expresidente de la Generalitat regresa a Bruselas desde la isla de Cerdeña para retomar su actividad como europarlamentario

Cristian Reino

Barcelona

Lunes, 27 de septiembre 2021, 09:45

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A pesar de la detención del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont el jueves pasado en la isla italiana en Cerdeña y aunque en un principio saltaron todas las alarmas sobre la estabilidad en el Govern catalán y en el Gobierno central, la vida sigue más o menos igual cuatro días después. Junts y algunos sectores minoritarios en ERC presionaron al presidente de la Generalitat para que variara el rumbo de la legislatura, lo que implicaba abandonar la apuesta por buscar una salida a la cuestión catalana a través del diálogo con el Gobierno y acabar con el apoyo parlamentario al Ejecutivo central.

El presidente de la Generalitat arropó durante el fin de semana a Carles Puigdemont, convertido en una especie de héroe para el nacionalismo sardo, y evitó fijar una posición explícita a favor de la mesa de diálogo. Sin embargo, ayer fue claro y contundente. «La única vía es la dialogada», afirmó en RTVE.

Una respuesta directa a Carles Puigdemont, que el domingo en Cerdeña, en un encuentro con dirigentes nacionalistas sardos, aseguró que la actitud del Estado solo deja al independentismo la unilateralidad como opción posible para alcanzar la independencia. «La clave es mantener el rumbo», advirtió Aragonès a sus socios, a los que recordó que el plan de gobierno aprobado la semana pasada en el consejo ejecutivo incluye como primer objetivo de la legislatura intentar celebrar un referéndum previa autorización y negociación con la Moncloa. Aragonès, en cualquier caso, negó que Puigdemont o Junts le pidieran dinamitar las conversaciones con Sánchez.

El presidente de la Generalitat defenderá este martes de nuevo la mesa de diálogo como vía para encontrar una salida al conflicto catalán, en su primera intervención en un debate de política general como jefe del Ejecutivo catalán. El encarcelamiento de Puigdemont alteró los planes de los republicanos, pero con su inmediata puesta en libertad, las aguas han vuelto a su cauce. Una buena prueba de la vuelta a la normalidad fue el regreso ayer de Puigdemont a Bruselas -increpado por un grupo de españoles en el aeropuerto belga- para retomar su actividad de europarlamentario. El expresidente de la Generalitat insistió en su intención de estar el 4 de octubre en la corte de apelación de Sasser, citado por la jueza. «Preparado para afrontar esta audiencia», afirmó.

Gobierno, cómplice

Aragonès viajó el sábado al Alguer, en Cerdeña, para arropar a Puigdemont y blindar al Govern de la crisis provocada por la detención del expresidente, pero la pugna entre los dos partidos del Ejecutivo catalán se mantiene. Junts acusa directamente al Gobierno de estar detrás del arresto del líder nacionalista, mientras ERC habla en genérico del Estado español y de la justicia para no implicar al Ejecutivo, con quien defiende seguir dialogando. Los republicanos, no obstante, reclamaron este lunes a Pedro Sánchez que mueva ficha en materia de reformas en el sistema policial y judicial o a través de una ley de amnistía, si no quiere ser «cómplice de la represión».

Junts recela de la mesa entre gobiernos y la rebaja a la categoría de foro entre partidos y socios parlamentarios (ERC y PSOE) y cree que está más en entredicho después del arresto de su jefe de filas. Ahora bien, la formación nacionalista levantó este lunes el pie del acelerador y a pesar de la retórica encendida mantuvo la puerta abierta a sentarse a hablar sobre los Presupuestos Generales del Estado.

Junts aboga por formar un frente secesionista junto a ERC y la CUP para negociar las cuentas del Gobierno, si bien Aragonès descartó esta posibilidad, pues entiende que los postconvergentes con este movimiento no buscan más que el desgaste de los republicanos o buscar excusas para votar en contra.

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