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Blind celebra el segundo tanto holandés.
Holanda agrava la depresión brasileña
MUNDIAL 2014

Holanda agrava la depresión brasileña

La selección de Van Gaal termina invicta y encontró mínimo consuelo en los errores de un anfitrión desquiciado por Scolari

Ignacio Tylko

Sábado, 12 de julio 2014, 00:12

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Brasil acabó el Mundial sumido en una crisis de identidad que amenaza toda su estructura. Lejos de cerrar dignamente su campeonato ante Holanda, agravó su enfermedad al perder por dos errores de sus centrales, en teoría lo más valioso del equipo. Hacía tres años que el grupo militarizado de Scolari no caía con David Luiz y Thiago Silva en el campo. Pues bien, ellos dos se equivocaron y permitieron que Holanda se colgase el bronce y se marchara invicta y con buena imagen del torneo. El árbitro argelino fue una calamidad, pero para todos. Y Felipao no puede poner paños calientes a tan deficiente desempeño, con 10 goles encajados en los dos últimos partidos.

Varios detalles anecdóticos protagonizaron los instantes previos al encuentro de la depresión. Patrick Kluivert, entrenador de los juveniles del Twente y asistente técnico de la selección holandesa, se acercó al banquillo brasileño para interesarse por el estado de Neymar, baja por una fractura de vértebra pero de corto y con peto. Una treta más de Felipao Scolari y su socio Parreira para desviar la atención, ya que no tiene sentido que un jugador no inscrito para el partido aparezca vestido de faena y focalice la atención ahí sentado en el banquillo y despachando con unos y otros en el túnel de vestuarios.

Emotivo el efusivo saludo entre Dante y Robben, compañeros en el Bayern. Fue como si el extremo holandés, una de las grandes figuras del Mundial, quisiera consolar públicamente al central por la humillación sufrida ante Alemania en el día en que fue titular. Había signos de compasión mutua y algún detalle para el debate posterior y alimentar las mentes retorcidas. Resulta que Sneijder aparecía en el once que facilita la FIFA pero a última hora fue relevado por De Guzmán. Oficialmente, a causa de unas molestias en el bíceps femoral. En los corrillos, rumores de que el enganche del Galatasaray se había borrado del duelo que nadie quería.

Por la forma de arengar Thiago Silva y David Luiz a sus compañeros, por la calma de los holandeses y la sentida interpretación del himno nacional a capela, daba la sensación de que los brasileños estaban más metidos y eran favoritos. Pero este equipo no puede estar peor trabajado y más roto, juegue quien juegue. No estaba el delantero Fred, a quien la afición no quiere ver ni en pintura, pero jugó Jo, un ariete de medio pelo que fracasó en Inglaterra, sólo marcó un gol en el Manchester City y milita en el Atlético Mineiro. Tal es el debate sobre la falta de puntas de alto nivel en la canarinha que en todos los debates surge el nombre de Luis Fabiano.

Casi sin querer, Holanda se encontró con dos goles inesperados. El primero, a los dos minutos. Una pérdida de balón, una arrancada de Robben y el claro agarrón de Thiago Silva. El árbitro argelino, a instancia de su asistente, se equivocó dos veces. Decretó penalti y mostró tarjeta amarilla cuando era falta al borde del área y roja. Pero tiene excusa porque fue una acción tan rápida que el linier no puede seguir a Robben. Van Persie acertó en la ejecución del penalti.

Minutos después, otra internada por la banda derecha de la Oranje, donde Maxwell fue un coladero, se tradujo en el segundo gol. Llegados a este punto, hay que constatar que no se entiende que Filipe Luis no esté presente en esta selección. Un centro pasado y un despeje infame de David Luiz, sobre el papel otro de los mejores centrales del mundo junto a Thiago Silva, preludiaron el segundo gol. Rechazó el central del Chelsea con la coronilla hacia atrás y asistió a Daley Blind, que firmó un golazo tras gran control con la izquierda y disparo con la derecha. La jugada pudo estar precedida de un fuera de juego muy justito.

Oscar lo intenta

Oscar fue el único que trató de hacer algo diferente en este Brasil de rompe y rasga. A falta de centrocampistas de más calidad, quiso tirar del equipo y fabricar alguna ocasión. Pero ni por esas. Con Paulinho y Luiz Gustavo en el eje, es difícil formar un equipo de jogo bonito.

Entraron Fernandinho y luego Hernanes tras la reanudación, pero apenas cambió el panorama. A falta de algo de juego, los anfitriones se emplearon con una dureza inusitada. Si en el primer tiempo Kuyt sufrió una brecha por brazo suelto de Maxwell, tras el descanso fueron a la caza de Robben con la permisividad del juez argelino, a la altura del partido de los errores.

Los holandeses no querían entrar en ninguna guerra o discusión, pero ni aun así los brasileños les inquietaban,

Se produjo una jugada extraña, ya que una internada de Oscar fue cortada por Blind. Pareció penalti claro que el trencilla zanjó con amarilla al brasileño. Y el lateral del Ajax se marchó en camilla porque tenía la pierna apoyada y Oscar se golpeó con su rodilla. Entre tanta calamidad, el árbitro argelino se tragó un penalti clamoroso cuando Fernandinho arrolló a Robben y Scolari rizó el rizo y retiró a Ramires, el tercer medio defensivo. ¿Para que entró Hulk a estas alturas? Felipao ha perdido los papeles y Brasil clama por su relevo. Quedaban el gol de Wijnaldum y la frivolidad de Van Gaal al dejar que se estrenase su tercer portero, Michel Vorm, el único tulipán que no había florecido en este Mundial.

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