El Stone esconde a Isabel Pantoja en el acto del vinilo del paseo de los cantantes de Mérida

Normalmente llega el grupo o vocalista y le recibe Carlos Lobo, el director del Stone&Music. Con algún representante político del Ayuntamiento o la Junta en el estrado. Se hace en la esquina del Museo Romano. El cruce más transitado de peatones en Mérida. Y se convoca a los medios para escuchar al invitado dar las gracias a la ciudad y a los seguidores. Se desata cierto alboroto siempre porque pronto se agolpan allí los curiosos. Es un homenaje sencillo y espontáneo entre gente que va por la calle y un cantante conocido al que le dan un homenaje en la esquina de la ciudad en la que toca. Con Isabel Pantoja se ha roto el formato habitual. Se hizo por sorpresa. Casi escondiendo a la artista y sin convocar a los medios para cubrir el homenaje. Como testigo solo la gente que se topó en ese momento con la invitada por los pocos metros de calle que recorrió. Fue un homenaje a escondidas. Para editar y publicar en las redes sociales. Isabel Pantoja se subió al coche de Lobo sy se fue luego al Hotel Ilunion de la Plaza de España. Allí sí que esperaban algunos periodistas y algunos seguidores. Se hizo una foto con algunos y entró en el hotel protegida por el equipo de seguridad del Stone.

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Nada que ver este homenaje con el protagonizado por otros nombres que fueron a descubrir su placa a la esquina de Mérida. David Bisbal, por ejemplo, salió de la prueba de sonido de Teatro Romano y tardó más de diez minutos en los pocos metros hasta la esquina. Saludó a los grupos de niños y a los seguidores más jóvenes y le recibió la presidenta María Guardiola. Duró el acto casi cuarenta minutos. Recorrió los cuatro laterales. O Joan Manuel Serrat, le esperó el presidente Fernández Vara y pasó más de veinte minutos saludando, charlando y haciéndose foto con los seguidores. El acto en el paseo de la música suele ser siempre de agradecimiento y de reconocimiento.