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Los romanos sí sabían divertirse

Spectacula. El Museo Nacional de Arte Romano abre su exposición anual dedicada al papel político, social y religioso de los eventos que había en los teatros y circos

A. GILGADO

Lunes, 4 de julio 2022, 08:00

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Spectacula. Diversión y espectáculos en la sociedad romana'. El Museo Nacional de Arte Romano abre su exposición anual coincidiendo con el Festival de Teatro para mostrar cómo eran los eventos públicos en el mundo clásico.

Trinidad Nogales, directora del Museo Romano y comisaria de la muestra junto a Ángeles Castellano, destaca la dimensión política, religiosa y económica que proyectaban. Mérida sirve de ejemplo para entenderlo por la trascendencia de sus tres recintos – teatro, anfiteatro y el circo– en la vida de la colonia.

La colección que han reunido Trinidad Nogales y Ángeles Castellano en la sala de la planta baja del Museo incorpora piezas del Museo Arqueológico Nacional, del Consorcio y que el propio Museo Romano tiene en sus almacenes.

Espera la directora que los visitantes reconozcan también las herencias que el espectáculo del siglo veintiuno mantiene de los eventos que diseñaron los romanos. Arranca la sala con el circo. Hay, por ejemplo, un mosaico con cuádriga del Museo Arqueológico Nacional con la representación de un auriga dando la vuelta triunfal tras la victoria. Continúa con el anfiteatro y una inscripción en granito recuerda su inauguración en el año 8 a. c.

También se exponen las pinturas que decoraban el podium del anfiteatro que se halló en el monumento durante la excavación de 1979. Destaca un relieve dedicado a algunos de los gladiadores de Mérida, espinilleras y otros elementos que portaban cuando salían a la arena. El teatro se explica en la sala II con inscripciones halladas relacionadas con personajes que pasaron por allí, como el músico tocador de tibia, Tibicen, y la mima Cornelia Nothis. Recoge máscaras arquitectónicas que se hallaron en el teatro. Se recrea en la sala II cómo era el aula sacra del Teatro Romano. Se concibe ahora –tras muchas investigaciones arqueológicas en el monumento– como una estancia junto al peristilo con imágenes de Augusto y Tiberio.

En la sala III se muestran las tablas con las leyes que regían los espectáculos. Los juegos gladiatorios se regulaban por la tabla gladiatoria. Se decía, por ejemplo, dónde se sentaban los cónsules y pretores, lo que debían cobrar los gladiadores y en honor de quién se debían organizar los juegos y espectáculos.

Trinidad Nogales valora que no solo se pueden ver a través de las piezas los restos del circo, el teatro y el anfiteatro y cómo fueron en origen; sino también la evolución por elementos que hablan de lo que allí se hacía durante su uso público.

«Yo creo que es una muestra muy ad hoc para unirse y fusionarse con el Festival Internacional de Teatro Clásico». La directora aclara además que durante el verano habrá visitas guiadas por las tres salas para explicar al público con detalle las piezas más destacadas de lo que se hacía en los teatros y en los circos del Imperio.

Paralelismos

Recuerda Nogales que eran los espectáculos de masa de la época, que guardan muchos paralelismos con los de ahora porque el público contemporáneo los siente cercanos por la influencia del cine.

El director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro, ve en esta exposición la sinergia necesaria de cada verano entre el Museo y el Festival.

Once años llevan colaborando porque entienden que parte del público que se interesa y visita el Museo Romano se sienta por las noches en las gradas del Teatro para ver las funciones.

Para Cimarro, el Festival debe ofrecer mucho más que el programa de funciones e involucrarse en otras actividades culturales relacionadas con el mundo clásico. Y pone como ejemplo las giras que hacen algunos estrenos que salen de Mérida o las exposiciones que ha patrocinado el Festival en el Museo con la intención en muchos casos de llevarlas también a otros recintos fuera de Mérida.

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