Rodríguez Osuna recuerda a Vox que el albergue es propiedad del Ministerio
El interés de Piñol Sala por la acogida de migrantes en El Prado deriva en un pleno crispado entre el gobierno y oposición
Crispa que algo queda. Terminó el pleno municipal de octubre de mala manera. Normalmente, en la sucesión de ruegos y preguntas, los ediles de ... la oposición intervienen y el alcalde o los concejales responden o se comprometen a hacerlo por escrito cuando se piden fechas o datos concretos que no tienen a mano.
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Este jueves, no hubo ni una sola respuesta y algunas preguntas entraron más en cuestiones personales que en asuntos de interés público. La última intervención de la sesión fue para la portavoz de Vox, Marta Garrido Moreno. Preguntó al alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, si era una persona demócrata. Enfadada estaba a esas alturas del pleno porque Osuna dijo antes que trabajaría para que Vox no estuviera en la próxima legislatura en el Ayuntamiento de Mérida.
Había llegado a ese extremo la sesión tras la confrontación entre el alcalde y Vox. Quisieron los concejales de este grupo conocer si Antonio Rodríguez Osuna sabía en el mitin con Pedro Sánchez que vendrían migrantes a El Prado y por eso le ofreció la instalación. Aclaró Osuna que los traslados interiores de los grupos de extranjeros son una competencia del gobierno central.
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Insistió Francisco Piñol Sala, el concejal de Vox, que el alcalde tiene responsabilidad sobre esta decisión porque las acepta y porque el traslado afecta a Mérida. «¿Quiere usted llevar al fin la unidad de España con una inmigración masiva y tienen cabida en Mérida todos los parias de la tierra?», preguntó. Le acusó Piñol Sala de un interés personal y económico para «la invasión» de gente a la ciudad.
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Le reprendió Osuna que tiene ese planteamiento un sentido patrimonial de las instituciones y un desconocimiento de los servicios públicos. Aludió a Videla por la poca cultura democrática. Le pidió además mesura en sus argumentos porque en un pleno hay comparaciones inapropiadas. Como cuando equiparó la bandera arcoiris en la puerta del Ayuntamiento con la pederastia. En esta ciudad, dijo ya bastante enfadado Osuna, desde el año 2015 se vienen acogiendo migrantes.
Y esa instalación es propiedad del Ministerio de Migraciones porque se licitó la pasada legislatura y la compró el Ministerio.
Se cerró la sesión con el enfrentamiento dialéctico sobre la migración y se obvió otros asuntos que se habían mencionado previamente y sí están en la agenda local. María Tirado, del Partido Popular, preguntó por las novedades sobre el Mercado de Calatrava. La licitación que se hizo el año pasado no se ha resuelto todavía.
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Ángel de las Heras, de Por Mérida, preguntó por la convocatoria para contratar a un arquitecto tras la reconversión que se hizo en verano con la plaza de médico municipal. Rogó también que la poda de los árboles de la Rambla, con copas muy altas, sean más exhaustiva a partir de ahora. Y Miguel Valdés, también de Por Mérida, quiso saber si ha llegado a la Policía local las quejas de los vecinos de Mariano José de Larra, una de las traseras del Museo Romano, por el ruido de los grupos de jóvenes que quedan por las noches en el antiguo edificio de Resti. Tienen constancia igualmente de un problema similar con un local de la Avenida Lusitania.
Tampoco se abordó, a pesar de la petición de Por Mérida, el control de la población de palomas en Mérida. Aunque hay una empresa contratada por el Ayuntamiento, los concejales Valdés y De las Heras creen que no está haciendo la adjudicataria nada por resolver la sobrepoblación en algunos barrios. En cuanto a las ordenanzas, en el pleno se dio el visto bueno al borrador de la nueva regulación de las autocaravanas en la ciudad.
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