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A. GILGADO
MÉRIDA.
Miércoles, 27 de enero 2021, 07:26
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Un rastreo por los datos del paro en las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal dan una idea del impacto del freno económico en la ciudad.
En febrero de 2020, el último prepandemia, Mérida registraba 6.630 parados. Ahora hay 7.151.
Los 521 que ha ganado equivalen a un 7,8% de incremento desde que se decretó el primer estado de alarma.
La evolución ha ido paralela a la situación sanitaria. El mayor salto del año pasado se dio entre febrero y abril.
En los dos primeros meses del confinamiento Mérida ganó 810 parados. Después llegó un trimestre de tímida recuperación. En mayo, junio y julio, coincidiendo también con los mejores datos de contagios, el paro descendió.
En septiembre y octubre, con otro incremento de positivos, volvió a subir. En noviembre bajó y diciembre experimenta un repunte considerable, similar al que hubo en primavera.
Ahora en el paro hay 4.224 mujeres y 2.927 hombres, según el último informe del SEPE.
Parte de esos demandantes de empleo acuden a la oficina del Sexpe en Nueva Ciudad tras conseguir la cita previa o tramitan la prestación a través de la página web extremaduratrabaja.
Enero 2020 6.645
Febrero 6.630
Marzo 7.024
Abril 7.440
Mayo 7.218
Junio 6.979
Julio 6.810
Agosto 6.742
Septiembre 6.835
Octubre 6.993
Noviembre 6.835
Diciembre 7.151
Por grupos de edad llama especialmente la atención las 1.988 mujeres mayores de 45 años registradas. Y por sectores, el de los servicios, que cuenta en la ciudad a 5.364 parados.
Ha acumulado en este periodo de crisis 258 nuevos demandantes de empleo. El sector industrial es el que mejor ha amortiguado este año. Sus números son similares entre antes del estado de alarma y ahora. 231 por 232.
María José Andrés entra en las dos variables más afectada: mujer de 45 años y sector servicios.
Los carnavales pasados los pasó trabajando de cocinera en una empresa de la ciudad con varios establecimientos hosteleros.
Aguantó hasta septiembre en erte, pero en octubre la despidieron y desde entonces no ha vuelto a ponerse el delantal.
Los propietarios de la empresa le han dicho que, en primavera, si no se empeora la situación sanitaria la sacarán del paro. «La hostelería es el que peor lo está pasando, los sueldos no son muy altos y la prestación que nos dan ahora tampoco. No merece la pena agotarla por lo que poco que te dan».
Andrea García es compañera de María José. Su caso es similar.
Empezó la pandemia en un erte y luego se confirmó el despido. Pero ella no planea volver a la empresas en la que trabajó.
Está pensando en montar su propio negocio de comida a domicilio con su hermana. «Tenemos casi cerrado el local, solo falta que el propietario se decida para entrar, hacer una pequeña obra y abrir».
Si todo va según lo esperado, en primavera no figurará en las listas de parados del Sepe. «Entonces seré autónoma, veremos si tenemos suerte».
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