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«Llegar aquí con 'Hipólito' fue por casualidad»

CAMILA ALMEDA | ACTRIZ ·

La joven de Torremejía debuta en el Teatro Romano con el papel de Fedra en la obra 'Hipólito' que pone el broche al Festival de Mérida

beatriz bravo

Sábado, 25 de agosto 2018, 13:22

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Con sólo 25 años Camila Almeda cumple un sueño que le parecía imposible cuando vio la Medea de Blanca Portillo. A los 18 años se fue a Madrid, donde trabajando en obras musicales y micro teatro, movida por la fuerza que le insufla su hermano pequeño con síndrome de down. Él es su «motor».

–¿Cómo recibió la propuesta de esta Fedra?

–Estoy muy agradecida a otra actriz extremeña, Clara Alvarado, que no pudo presentarse al casting, le hablaron de mí y pasó mi contacto al equipo. Yo no tengo representante ni nada y acceder a un casting cerrado es súper complicado. Así que el proceso de llegar aquí con 'Hipólito' ha sido por casualidad, y también porque en Madrid funciona mucho el boca a boca.

–Salió bien la prueba porque llegó hasta aquí.

–Los casting son un mundo y un intríngulis, y no estoy muy acostumbrada a hacerlos. Para mí fue todo un fracaso, pensé que lo había todo mal. Pero algo de mí les debió llamar la atención y me dieron la oportunidad.

–¿Qué pudo ser lo que les convenció para darle esta Fedra?

–Tengo 25 años y me estoy conociendo ahora mismo como actriz, no tenía ni idea de cosas como que podía defender una Fedra a esta edad. Ellos dicen que soy muy versátil, que soy una actriz muy rebelde que hace que los personajes se llenen de argumento y de defensa.

–¿Qué cosas había hecho hasta ahora como actriz?

–En Madrid hago musicales infantiles desde hace cuatro años y también mucho microteatro que sobre todo escribo yo con compañeros. Para mí todo esto ha sido todo nuevo, también la tragedia. Soy una actriz sobre todo de comedia.

–¿Cómo eran sus sueños de actuar en el Teatro Romano?

–Cuando empecé a decir 'me quiero dedicar a esto' tendría unos 16 años y ni tan siquiera me atrevía a decírselo a mis padres. Yo vine un verano a ver a la Medea de Blanca Portillo y, de repente, dije que quería llegar ahí. Era un sueño inalcanzable llegar a un escenario así con un personaje de tanto peso. Nunca me habría imaginado por aquel entonces que me fuera de casa con 18 años y que tuviera la valentía de enfrentarme a este mundo que es muy complicado.

–¿Cómo empezó todo?

–Como de siempre me gustó el cine, me fui a Madrid para estudiar Comunicación Audiovisual, también para demostrar a mis padres que me iba a labrarme un futuro. Así aproveché para conocer toda esa parte del cine y del teatro, y después decidí dedicarme a la interpretación.

–¿Cuál fue tu primera obra de teatro?

–Empecé a actuar en el Carolina Coronado de Almendralejo. Pero lo que me despertó esa apuesta por mí y por lo que yo quería hacer fue el hecho de que tengo un hermano pequeño con discapacidad. Esto me motivó para pensar, en esta sociedad que tenemos a veces tan injusta, que 'yo tengo la suerte de poder defender mis derechos, de estar bien'. Y sé que si yo me hago fuerte, el día de mañana a mi hermano no le va a faltar de nada.

–¿Su hermano pequeño fue el motor para lanzarse a la interpteación?

–Fue como la fuerza que hizo que me dedicara a esto y él para mí es como toda la valentía que a veces me ha hecho falta. En Madrid me acuerdo de él siempre que me enfrento a algo nuevo. Es como coger la fuerza de los míos, pero sobre todo de él, el pequeño. Él fue mi motor y lo seguirá siendo siempre.

–Cuando supiste que Lolita también hacía una Fedra en este festival, la que vimos hace unas semanas, ¿qué pensaste?

–Al principio, cuando vi los elencos de las obras de este Festival y supe que Lolita representaba otra Fedra me dije 'Camila, dónde te has metido'. Pero entendí que no tengo que estar a la altura de nadie, sino de la Fedra de 25 años que estoy defendiendo. Porque no tiene nada que ver con lo que defiende Paco Bezerra en aquella Fedra de Lolita.

Vídeo.

La Fedra de 'Hipólito'

–¿Cómo es esta Fedra?

– Vive el amor de otra manera. Lo que hemos trabajado de este personaje es el primer amor, que le lleva a la muerte porque es tan puro y tan inocente que acaba por el miedo a lo que puede le pueda pasar, a ella y a sus hijos. En la Fedra de Lolita la obsesión amorosa es muy tóxica, muy enferma, que a mí me encantó. Pero lo mío no llega a ser enfermo, es como tan inocente y tan puro que no sabe cómo gestionarlo y acaba sacrificándose.

–A la hora de interpretar todo eso, como mujer, ¿cómo se ha sentido?

–Como actriz, lo que me hacía todos los días este personaje era empezar como un animalillo indefenso y acabar con una fuerza increíble. Fedra empieza vulnerable, vive bajo la presión del pueblo de Trecén, y contar su amor, como una mujer con sus derechos, es para el personaje una liberación. Cuando me dieron el texto pensé que yo nunca moriría por amor, entre otras cosas porque la vida es preciosa.

–¿Se sacrificaría ahora por amor después de ser Fedra?

–El personaje pasa por muchos estados hasta que explota, cuando como una madre que ve que sus hijos corren peligro se sacrifica por ellos y se inventa una venganza para cubrirse las espaladas. Yo no soy madre, pero por lo que he visto en mi madre, mi abuela, mis amigas o mis compañeras que sí lo son, entiendo que Fedra dé la vida por el amor a sus hijos.

«Estoy muy agradecida a Clara Alvarado, que no pudo presentarse al casting y dio mi contacto»

«Por lo que he visto en mi madre y en mi abuela, entiendo que Fedra dé la vida por sus hijos»

–Debuta en el Teatro Romano compartiendo obra con Alberto Amarilla, ¿eso era una motivación más?

–He seguido desde pequeñita la trayectoria de Alberto y además me encanta seguir a los artistas extremeños en todos los ámbitos de la cultura, la música, el teatro o el cine, porque creo que hay un potencial enorme de Extremadura. Por eso estoy agradecida por la oportunidad de trabajar en este elenco lleno de caras nuevas, extremeñas y de gente joven.

–Su caso es un ejemplo de que para dedicarse a esto a veces hay que salir fuera.

–Yo me fui hace ocho años de casa, y entonces estaba smuy complicado trabajar en teatro aquí. No sé cómo estará ahora pero en Cáceres sí estoy viendo a compañeros que trabajan en muchos proyectos. También yo vengo de un pueblecito y la primera toma de contacto con el teatro fue en el instituto y lo que veía en Mérida.

Nuevos proyectos

–¿Tiene algún proyecto a la vista para después de 'Hipólito'?

–En septiembre empiezo una película independiente dirigida por un chico que ha salido ahora mismo de la Escuela de Cinematografía y Audiovisual de Madrid y con el que ya he hecho muchas cosas. El proyecto tiene buena pinta porque trata sobre la inmigración, un tema social que está ahora muy en auge. Mi papel es el de una chica hippy que toca en la calle en Andalucía y que de repente se encuentra con estampidas de personas que llegan en patera.

–Ya ha pasado por el Teatro Romano, ¿qué otros retos hay en su lista de objetivos?

–Mi siguiente meta es presentarme a las pruebas de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. En general, lo que me gustaría es abarcar mensajes potentes como el que traemos con 'Hipólito', que te remuevan por dentro y hagan puntos de inflexión cultural.

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