Identifican los restos de otros tres extremeños más represaliados en Orduña
Son los de Manuel Guillén Expósito, Miguel Fuertes Molina y Antonio Monge Crucera, de Badajoz, Mirandilla y Medellín, respectivamente; son ya 17 los extremeños recuperados en la fosa de la prisión vasca
Diecisiete familias extremeñas han podido recuperar los restos de sus familiares a quienes la dictadura franquista envió a la prisión de Orduña (Vizcaya). Allí fallecieron ... tras vivir en condiciones infrahumanas y fueron enterrados en fosas entre finales de la Guerra Civil y primeros años de la posguerra. Esta mañana se ha comunicado a familias de Extremadura la identificación de los restos de las tres últimas personas. Son los de Manuel Guillén Expósito, de Badajoz; Miguel Fuertes Molina, de Mirandilla, al lado de Mérida, y Antonio Monge Crucera, de Medellín.
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Las exhumaciones en Orduña las realiza Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, dependiente del Gobierno vasco. Sobre una fosa común hallada junto al cementerio de la localidad, una tarea que ha permitido localizar 93 cuerpos, según informó HOY el pasado mes de mayo. Hasta ahora han sido identificados 17 extremeños con los tres últimos anunciados hoy.
Miguel Fuertes era agricultor de profesión y estaba soltero. Llegó a Orduña el 8 de diciembre de 1939 tras pasar por el campo de Castuera. Falleció a los 26 años de edad el 28 de mayo de 1941. Según certificado de defunción por avitaminosis. Tanto en 2023 como en el 2024 se recogieron las muestras de dos sobrinos de Miguel para su posterior cotejo con los restos exhumados. Sus restos serán entregados a la familia e inhumados en el cementerio de su localidad natal de Mirandilla.
Manuel Guillén, vecino de Badajoz, era guardia civil. Estaba casado y tenía 6 hijos. El 11 de enero de 1940 ingresa en la prisión de Orduña. Según el certificado de defunción falleció a causa de úlcera gástrica el 30 de marzo de1941 a los 42 años de edad.
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Desde el año 2023 hay ADN familiar de dos nietos. En 2025 se solicitaron más muestras familiares, contando finalmente a fecha de la identificación con las muestras de 5 nietos y nietas de Manuel. Sus restos serán inhumados en el cementerio de Badajoz.
Por último, Antonio Monge era agricultor de profesión, estaba casado y tenía 5 hijos. Su ingreso en la prisión vasca a se produce también el 8 de diciembre de 1939, donde falleció, según certificado de defunción, por asistolia, el 16 de abril de 1941. Tenía 58 años.
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La familia se puso en contacto con Gogora este verano y tras tomarse muestras a dos nietos y una nieta se logró la identificación de Antonio. Sus restos fueron exhumados en 2014, y descansan desde 2022 en el Columbario de la Dignidad de Orduña, de donde serán sacados para entregarlos a sus familiares. Los restos de Antonio Monge serán entregados e inhumados en el cementerio municipal de Medellín.
127 de los 225 prisioneros fallecidos en el campo de concentración y prisión de Orduña eran de origen extremeño (el 56%), todos ellos de la provincia de Badajoz excepto dos. Los 127 están identificados con nombres y apellidos y localidad de residencia antes de ser llevados a Orduña. 87 procedían del campo de concentración de Castuera.
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El campo de concentración de Orduña, recuerda el Gobierno vasco, comenzó a funcionar en julio de 1937, cuando el bando franquista puso en marcha una red de campos para concentrar de forma masiva a los combatientes republicanos apresados y clasificarlos dependiendo de su grado de implicación en favor de la República. «La arbitrariedad y las condiciones de vida infrahumanas eran el denominador común: hacinamiento, humillaciones, hambre, frío, enfermedades y muertes», se especifica. Finalizada la contienda, Orduña pasó a ser una prisión central, a la que fueron llevados por la fuerza represaliados procedentes de distintos lugares de España.
«Así, subraya Gogora, se sabe que la mayoría de las personas que fallecieron estando cautivas en Orduña eran naturales de Extremadura, Andalucía, Castilla la Mancha y Cataluña. Por la documentación histórica existente, se sabe que de los 225 prisioneros fallecidos en la prisión de Orduña, 127 eran de origen extremeño. A estos presos extremeños muertos se unieron 41 castellanomanchegos (34 de Ciudad Real, 4 de Toledo y 3 de Albacete), 22 trasladados desde la prisión de Málaga, 7 de Tarragona y los 28 restantes eran naturales de otras provincias.
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Los dos últimos extremeños cuyo restos han podido ser enterrados en la región son José Gómez Narváez, ebanista de profesión y natural de La Haba, y José Pozo García, campesino y natural de Aceuchal. HOY contó el 20 de septiembre de 2023 que los restos de Fructuoso Llorens Tolesano, de Fuente del Maestre, fueron los primeros en ser identificados tras las excavaciones de Orduña. Se consiguió gracias a una prueba de ADN.
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