Los hosteleros de Mérida reclaman otra vez más aforo dentro y carpas en la calle

Permitir las mesas de diez no ha sido una solución. «Si el aforo no cambia, da lo mismo que sean de seis que de diez».

Por eso estaba ayer con la pancarta y el chaleco amarillo en Fernández López. Los hosteleros de la ciudad creen que la situación de la pandemia requiere una revisión fiscal a largo plazo. «Somos negocios pequeños que solo podemos funcionar con el 40% de nuestra capacidad, pero pagamos el impuesto del autónomo al 100%».

Y ése es el problema. Que al ser autónomos aguantan incluso perdiendo dinero porque no tienen prestación por desempleo si echan el cierre definitivo. «En enero no va a quedar nadie en Mérida, cada vez hay más locales que se alquilan».

A los problemas genéricos de la hostelería con los aforos y la falta de público –solo hay gente el viernes y el sábado– en Mérida deben hacer frente también a un cambio de las ordenanza de veladores. Muchos compañeros de profesión han llamado a Ani en los últimos días por sus problemas con las terrazas. «La gente está muy enfadada. Desde el sábado hay al menos veinte que ya no pueden poner ni una mesa fuera por orden de la Policía Local».

Los nuevos requisitos, explica, suprimen las carpas y los anclajes en el suelo de la calle. Solo autorizan estructuras portátiles que se muevan con ruedas. Una reconversión que llega en el peor momento para algunos.

«Hubo quien se gastó cuatro mil euros justo antes de la pandemia en una carpa que ahora no vale, lo lógico es que si sabía este cambio no se hubiera autorizado entonces».

Esta misma queja la ha hecho de forma oficial también la Creex a través de la organización comarcal de la hostelería.

La patronal pide una moratoria para poder amortizar las inversiones que se hicieron justo antes de que se desencadenara la crisis sanitaria.

Ani enumera las obligaciones de los autónomos: cuotas de la seguridad social, alquileres o IVA forman sus gastos fijos.

A la manifestación de ayer pidieron que se sumaran también los comerciantes porque se enfrentan a los mismos problemas.

Trabajan con una reducción de público sin una rebaja fiscal. Pero lo cierto es que apenas hubo comerciantes con ellos. El pequeño grupo que llegó a la puerta de la Asamblea lo formaban propietarios de bares y restaurantes de Mérida. «La gente está muy cabreada en nuestro sector, hay sensación de caos porque ahora tienen que preparar documentación a la puertas de Navidad».

La consigna 'La hostelería se muere' fue la más repetida. Lo mostraron con un ataúd de cartón. A los pocos minutos de ponerlo en la plaza, lo recogieron y se fueron.