«Safo ha sido un ejercicio de disciplina, no quería que pareciese un concierto mío»
Una llamada mágica le propuso hacer 'Safo', desde entonces su propósito ha sido devolver a la poetisa griega al lugar que le corresponde
maría Isabel HIDALGO
Viernes, 8 de julio 2022, 21:23
Christina Rosenvinge, (Madrid, 1964). Cantautora que se dio a conocer a finales de los ochenta en medio de la movida madrileña con la banda 'Ella ... y los neumáticos'. Uno de sus temas más populares 'Chas y aparezco a tu lado' de enorme repercusión en los noventa, ha sido versionado en numerosas ocasiones.
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Si una palabra define a la cantautora es evolución. Desde sus inicios en la música dentro de la movida madrileña ha pasado por el punk, el pop o el indie.
Sus ganas de evolucionar la han llevado hasta los clásicos, y esta semana aterrizó en la capital extremeña para poner música y voz a la poeta griega Safo.
–Christina Rosenvinge acaba de estrenarse en teatro y ya conoce que se siente al vivir una noche en el Teatro Romano de Mérida ¿es tan mágico como dicen todos los que actúan en él?
–Sí, el Teatro Romano es tan maravilloso…la noche de Mérida es tan mágica…tocar esa canción que menciona la luna menguante, mirar al cielo y ver ahí esa luna, ¡es tan bonito! Tiene un punto místico impresionante.
–Su primera vez haciendo teatro ¿Cómo se ha sentido? ¿Ha sido difícil preparar una obra clásica?
–Es una técnica contraria a la que yo conozco porque mi especialidad en el escenario es la improvisación. Puedo salir con una guitarra al escenario sin una lista de canciones y ser capaz de estar tocando durante horas…de ahí la dificultad del teatro para mí. El teatro funciona como un engranaje de reloj, donde tengo que tocar mis canciones, con lo cual tiene la dificultad de la interpretación contenida, que es algo a lo que yo no estoy acostumbrada y para mí ha supuesto un ejercicio de disciplina muy grande porque no quería que pareciera un concierto mío.
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–Para ello hay un montaje, ¿Cómo ha ido la ejecución de este?
–Todo ha ido según lo previsto, yo hice las canciones por un lado, María Folguera hizo los textos por el suyo y luego por otro lado está Marta Pazos que tenía sus imágenes visuales pensadas. Con todo en mente nos reunimos con las intérpretes para volcar todas las ideas.
¿Y cómo podemos ver o reconocer el toque de cada una dentro de la obra?
–Se ve muy claramente, la estética visual es cosa de Marta, yo ahí jamás me metería. Mi aportación está en los poemas, que en lugar de estar recitados están cantados, pero cantados readaptados a como se hacía en la antigüedad, que recitaban como si fueran hits porque las canciones de Safo eran conocidísimas. Era una cantautora de muchísimo éxito y su potencia literaria venía subrayada por el hecho de cantarlo. Safo era como Bop Dylan.
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–¿Su trayectoria musical le ha ayudado a musicalizar los versos de Safo?
–Sí, de hecho en 'Álex y Christina' hacía melodías y letras y el salto lo di en 'Chris y los subterráneos' cuando saqué mi primer disco en solitario, ahí cogí la guitarra y empecé a componer.
«El teatro es como el engranaje de un reloj, tiene la dificultad de la interpretación contenida, algo a lo que yo no estoy acostumbrada»
–Porque además aprendió a tocar la guitarra y el piano de forma autodidacta…
–Siempre he sido autodidacta, tiene que ver con mi propia naturaleza porque sigo mis propios ritmos y me cuesta entrar en los ritmos de otro, no porque sea indisciplinada. Tengo un carácter un poco obsesivo. Aprendí a tocar el piano porque durante una semana le dediqué doce horas al día, entonces cogí un nivel suficiente. Yo hago las cosas así, mi carácter funciona por inmersión.
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–¿Esta inmersión de la que habla la ha vivido con Safo?
–Sí claro, Safo es lo mismo. Me lo encargaron y yo hice una semana de 12 horas diarias de inmersión en Safo, entonces ya podía hablar con propiedad de su obra. Esto me parece un poco loco ahora que lo cuento, pero a mi me funciona. Lo hice con la guitarra en la adolescencia, no tengo la disciplina de tocar todos los días. Es algo que hago durante una época, cuando lo necesito, porque yo en realidad no quiero ser guitarrista, quiero tocar la guitarra para hacer canciones.
–Volviendo al teatro, llama la atención que teniendo a vuestras espaldas las columnas del Teatro Romano, el ciclorama de la obra sea una representación de este.
–El montaje fue idea de Marta, la idea era intervenir el propio teatro, incluir el rosa y se hizo el intento, pero estamos en un monumento que es Patrimonio Nacional no se puede tocar nada. Entonces se decidió reproducir el escenario en homenaje al propio teatro. Esto es muy bonito porque el Teatro Romano de Mérida viajará por toda España, vamos a llevar la noche de Mérida a donde actuemos. Es un homenaje al teatro romano y a los clásicos.
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«Tengo un carácter un poco obsesivo. Aprendí a tocar el piano porque durante una semana le dediqué doce horas al día».
–El teatro que aparece en la obra es rosa como guiño a la feminidad, tema muy presente en la obra con la puesta en escena ¿Qué tan importante es abordar este tema?
–El motivo por el que parte de la obra de Safo no ha llegado a nuestros días fue la censura. Sus versos pecaminosos que hablaban de amor entre mujeres se consideraron inmorales y se destruyeron. Con la óptica actual, la sexualidad tan libre de la que habla Safo está muy conectada con la modernidad, con no poseer...Safo busca celebrar el cuerpo, el aquí, el ahora.
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–A nivel artístico ha hecho casi de todo. ¿En qué momento se encuentra?
–Me gusta tomar riesgos y meterme en sitios donde no he andado. Cuando ya he hecho algo, considero que ya está hecho y me gusta entrar en otro lado.
–Tanto le gusta entrar en terrenos desconocidos que ha escrito un libro…
–Sí,quizá ese fue el motivo por el que escribí mi libro 'Debut', para englobar todo lo que he hecho. Hacer un poco de todo es parte de mi discurso, lo que pasa que mi discurso es poco conservador, tengo poco apego a las formas tradicionales. Puedo escribir una canción con cualquier cosa, con un tenedor puedo hacer una melodía sobre el menú.
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Además, no quiero repetir mil veces lo que ya he hecho y ha salido bien. El público es muy inteligente, en el momento que ve que no te estás esforzando pasan de ti, por eso hay que tener el valor de enfrentarte a las cosas que desconoces. A mi con el teatro me faltaba hasta el léxico más básico del mundo teatral. Ni siquiera como espectadora soy muy teatrera, en cine tengo infinitamente más cultura e historia que en teatro.
«El público es inteligente, en el momento que ve que no te estás esforzando pasan de ti. Hay que tener el valor de enfrentarte a las cosas que desconoces»
–En ocasiones hace referencia a tu época en Nueva York como una etapa que le aportó muchas cosas ¿Es algo de lo que aún se nutre?
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–Mucho, estando en Nueva York descubrí unas formas artísticas diferentes a las que había en España, allí había un sentimiento de comunidad, intercambio que yo no había visto antes.
Allí se rompía la jerarquía muy fácilmente y es algo que yo también he intentado traer aquí, creo que el ego es el enemigo, hay que romper la jerarquía para que ocurra la magia.
–¿Qué le espera después de Mérida?
–Estoy haciendo música para una película mejicana, trabajando en la reedición de mi libro.
Con Safo giraremos por otros teatros del país y también voy a grabar las canciones de la obra porque muchas se han quedado fuera y otras han sido acortadas. También estoy trabajando en la gira de conmemoración de los trigésimo aniversario de mi primer disco en solitario.
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