La exconcejala de Mérida Raquel Bravo niega conocer denuncias por ruido

La delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Mérida entre 2011 y 2015, Raquel Bravo, afirma que no tenía conocimiento de denuncias por ruido contra el pub Caramelo. De ese modo, aseguró que no pudo hacer nada para atender las quejas vecinales.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Badajoz acogió ayer el inicio del primero de los tres procedimientos abiertos contra responsables del Ayuntamiento emeritense por la gestión de denuncias por ruidos durante la pasada legislatura. La Fiscalía solicita para Raquel Bravo y un técnico municipal una condena de dos años de prisión y otros nueve de inhabilitación por un presunto delito de prevaricación medioambiental.

En su declaración, la exconcejala defendió su actuación señalando que las denuncias no llegaban a la Delegación de Medio Ambiente, de la que ella era responsable, por lo que no podía tramitarlas.

Bravo asumió las competencias de Medio Ambiente en septiembre de 2011, por lo que no participó en el traspaso de poderes que tuvo lugar en junio de ese año tras la victoria electoral del PP. En su declaración afirmó desconocer las denuncias por ruidos contra el Caramelo, un centenar en el año 2012. «No llegó nunca jamás ninguna de esas denuncias al servicio de Medio Ambiente», aseguró.

Según expuso, eran remitidas a otros servicios o delegaciones, como la de Seguridad Ciudadana y Tráfico, pero no sabía por qué. Como reconoció, Medio Ambiente era el organismo competente, pero no podía intervenir si no recibía las denuncias. Incluso llegó a indicar que se ocultaba esa información.

Bravo reconoció que tramitó seis denuncias de seis locales distintos, pero que no tenían relación con ruidos, sino con el horario de cierre, por lo que fueron remitidas a Seguridad Ciudadana. El responsable de este área, Manuel Balastegui, pidió entonces un informe a la Secretaría municipal, que en junio de 2012 recalcó que la competencia por temas de ruidos correspondía a Medio Ambiente. La exdelegada aseguró que no tuvo conocimiento de ese informe en aquel momento y que fue entregado a Personal.

Bravo afirmó que supo lo que ocurría cuando un juzgado de Mérida inició una investigación. El día siguiente a que recibiera la primera notificación judicial, a finales de 2012, nombró a un instructor para impulsar los expedientes. Pero aseguró que fue por otros motivos y por otros locales. También señaló, a preguntas del juez, que no conocía las quejas de los vecinos recogidas por los medios de comunicación.

El segundo acusado en este procedimiento, el técnico municipal T. M., coincidió en declarar que las denuncias por ruidos nunca llegaron a la Delegación de Medio Ambiente. Durante aquella época era jefe de sección y el técnico de más alta responsabilidad dentro de este departamento después de que se desmontara la estructura creada por el PSOE en la legislatura 2007-2011. Pero afirmó que sus funciones tenían que ver con la concesión de licencias, no con la tramitación de denuncias por ruido, y que nadie le encargó nada al respecto.

También apuntó que en su momento no tuvo conocimiento del informe de la Secretaría que señalaba que Medio Ambiente debía tramitar estas denuncias. Y que se localizaron cuando el juzgado pidió documentación, pero aseguró que estaban desordenadas y guardadas en cajas.

Los vecinos presentaron denuncias por la actividad del pub Caramelo prácticamente desde que abrió sus puertas en 2008 en la zona de Los Bodegones. La Fiscalía considera que hasta junio de 2011 el Ayuntamiento realizó diversas actuaciones contra el local. Sin embargo, tras la victoria de Pedro Acedo en las municipales de ese año esa labor se paralizó a pesar de que sólo en 2012 se presentaron un centenar de denuncias.