Festival de Mérida
Se acabó la fiesta en el Teatro Romano: cuatro tragedias sin descansoEl Festival programa una función muy singular montada con cuatro pasajes de Shakespeare distintos e independientes
A. Gilgado
Miércoles, 19 de julio 2023, 07:27
Se acabó la fiesta en el Teatro Romano. Ni reírse con Silvia Abril ni cantar con Ramoncín. Tocaba anoche tragedias. La manipulación de Coriolano. Roma ... no paga traidores. La traición de Julio César. Tú también Bruto. Los celos de Cleopatra. Prefiero morir como reina de Egipto que vivir como esclava en Roma. Y la venganza de Tito Andronico. El ojo que estás comiendo quizás sea de tu hijo.
Ni treinta años tenía Shakespeare cuando imaginó Andrónico. Tampoco fue el de anoche el Tito que todos recuerdan en Mérida por el que interpretó José Vicente Moirón. Lo de esta vez fue un estreno en modo matrioska. De una pieza iban saliendo otras. Hasta cuatro historias distintas.
Primero Coriolano, luego Julio César. Siguió Antonio y Cleopatra y puso el epílogo Andrónico. Más de cuarenta funciones llevan los chicos del Centro Dramático Galego con esta obra. Es densa. Shakespeare a pelo. Con sus monólogos largos, su vocabulario cargado y sus diálogos llenos de metáforas. Pero siempre lo habían hecho en gallego. Tuvieron que venir a Mérida para atreverse en castellano. El acento no se puede camuflar.
Noticias Relacionadas
No fue el estreno más poblado del Festival. Es lo que tiene abrir un martes de julio. Calvas naranjas entre el público. A Coriolano lo vimos varias veces en la bañera. Desnudo desvistiéndose. Bañándose y volviendo a bañar. Es lo que tiene estar todo el día guerreando a las puertas de Roma, que hay que limpiarse la sangre. Montaje sobrio. Con las réplicas y los reproches a su madre.
Shakespeare en Roma podrá gustar más o menos. Se puede hacer más o menos largo porque son dos horas y media sentados en la piedra del Teatro Romano. Pero hay unanimidad en reconocer el inmenso trabajo de los actores de la compañía. Recitan sin descanso. Julio César fue más ágil. Todos sabemos como acaba. Lo elegante aquí fue intentar entender a Bruto y a Casio. Matar al padre para salvar a Roma. La patria antes incluso que la familia. La demagogia ya la practicaban los romanos.
Y en la tercera matrioska guardaba a Antonio y Cleopatra. El final de Cleopatra y la muerte simbólica de Antonio enredandóse según se sentía más vulnerable. Fue el pasaje más aplaudido de la noche. Y amenazó tímidamente la lluvia. Nada. Cinco minutos y escasa. Pero sirvió para que cambiara el viento. Se apagaron los abanicos en la grada. Brisa fresca para el último. Hay que reconocerlo. Cuesta meterse en una trama nueva después de casi dos horas de función. Tito Andrónico es el más descarnado. Violación en grupo y venganza sanguinaria. Los andrónicos son salvajes y lo clavaron.
A la una y media de la madrugada despidió el público a los actores. Y después de un trabajo tan intenso tuvieron fuerzas para pasarse por el peristilo. Pidieron una Estrella Galicia. Pues si no hay nos conformamos con cerveza. Sheyla Fariña confesó que lloró de la emoción antes del estreno. En una función tan larga y compleja es tan interesante lo que pasa en el escenario como lo que ocurre detrás. Agradecidos. Muy agradecidos a la organización. Se sintieron en casa. Y también al respeto que le mostró el público desde que pisaron el escenario. Hoy pueden volver.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión