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Lunes, 2 de enero 2017, 14:22
El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado este lunes la resolución por la que se procede a abrir el expediente para declarar el Silo de Mérida como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento. Tras esta publicación, se abre plazo de un mes para el trámite de información pública.
De acuerdo con los informes de los cronistas oficiales de Mérida y de los servicios técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural, el Silo de Mérida es un edificio "relevante" cuyos valores "justifican" la incoación de expediente para su declaración, explica la Junta de Extremadura en nota de prensa.
El edificio forma parte del urbanismo de la Mérida agroindustrial, de mediados del siglo XX, de la que sólo quedan en pie en la actualidad las naves que ocupara la Compañía Española Productora de Algodón Nacional SA (Cepansa) y el citado edificio. El silo se alza "íntegro, sin transformaciones que desvirtúen sustancialmente su esencia, presentando un muy buen estado de conservación".
El Silo de Mérida se yergue sobre la amplia explanada que lo circunda en la que, sin embargo no está solo, sino que junto al edificio principal existen otras construcciones como la vivienda del jefe del silo, la vivienda del guarda y las oficinas, diseñadas dentro de la estética de la época, así como todos los elementos que permitían el normal funcionamiento del complejo.
El Fondo de Garantía Agraria (FEGA) anunció que lo sacará a subasta el 23 de enero de 2017 por algo más de un millón de euros.
Historia
Al silo de Mérida le sobran valores por los que ser reconocido como un BIC. En 1937 se instituye el Servicio Nacional del Trigo que será el encargado de promover la construcción del silo de Mérida dentro de la Red Nacional de Silos, que se crea en 1944 y de la que forma parte la provincia de Badajoz como una de las más importantes por su producción de cereales tras la de Valladolid, y junto a las de Zaragoza, Toledo, Burgos, Sevilla o Córdoba.
El silo de Mérida, de gran tamaño y capacidad, capaz de contener 10.500 toneladas de grano, fue diseñado, como los silos de Alcalá de Henares, Córdoba o Málaga, como un silo de tránsito. Estos silos fueron diseñados, tras la convocatoria de un concurso, en 1941, entre ingenieros y arquitectos de prestigio. Estos edificios fueron concluidos en torno a 1950. El silo de Mérida entra en funcionamiento en 1951. Los silos de tránsito fueron fundamentales dentro de la red puesto que se situaban en importantes nudos ferroviarios que unían las zonas productoras.
En la planta sótano todavía se puede admirar alguna maquinaria de la época que servía para lo que estaba destinado este edificio, para almacenar cereal. En la zona más alta de las instalaciones se pueden contemplar unas bonitas vistas tanto del Circo Romano como del Acueducto de San Lázaro. En la parte baja del silo existe una especie de apartadero, ya que estas instalaciones están muy cerca de la vía por donde pasa el tren y de la estación de Mérida.
Tres etapas
En relación a esta cuestión y, para poder ponderar la importancia del silo de Mérida, hay que tener en cuenta que, en la política emprendida por la Red Nacional de Silos, es posible definir tres etapas: una primera, que coincide con la creación de la Red, durante la que se promueve la construcción de los silos de tránsito y reserva; una segunda, unos diez años más tarde, con silos de menor tamaño, destinados a la recepción de grano, con una mayor dispersión por el territorio y proyectados en serie; y, por último, una tercera etapa, a partir de los años 70, caracterizada por la edificación de silos meramente funcionales, desprovistos de todo adorno.
Desde el punto de vista técnico, los silos de tránsito contaron con modernos sistemas de señalización, control a distancia, manipulación y selección de semillas.
Desde el punto de vista arquitectónico, el silo de Mérida es una muestra interesante de arquitectura industrial dotada de cierto monumentalismo, pues se utilizan recursos arquitectónicos para dignificar el edificio.
Otra cuestión que hay que tener en cuenta es que, de los cuatro silos de transición que hubo, uno de ellos ha desaparecido, el que se alzaba en el puerto de Málaga, y de los otros dos, uno, el de Córdoba ha sido declarado BIC por la Junta de Andalucía en 2015. Se espera que el silo de Mérida corra la misma suerte que este y que no le pase como a la Iglesia Nuestra Señora de los Ángeles de Acebo (Cáceres) 38 años después no se ha cerrado el expediente para convertirla en BIC.
En abril del pasado año, los Eméritos del Patrimonio del Consorcio escogieron este lugar para realizar visitas guiadas. Tuvieron mucho éxito, ya que fueron muchos los que quisieron conocer por dentro un edificio que siempre habían visto desde fuera.
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