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Imagenes de televisión del ataque de Turquía sobre posiciones kurdosiras, en el norte Siria. Atlas

Erdogan incendia el norte de Siria

Los civiles huyen de los bombardeos de Turquía contra las milicias kurdas, que frenan su lucha contra el Estado Islámico

Mikel Ayestaran

Corresponsal. Jerusalén

Miércoles, 9 de octubre 2019, 15:38

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Turquía lanzó su tercera operación militar en Siria desde el inicio de la guerra en su país vecino en 2011. Dos días después de obtener la luz verde de Donald Trump y de la retirada de las tropas de Estados Unidos de la zona, Recep Tayyip Erdogan anunció en turco, inglés y árabe vía Twitter, que «las Fuerzas Armadas turcas han iniciado, junto con el Ejército Nacional Sirio, la operación 'Fuente de Paz' en el norte de Siria». De forma inmediata comenzaron los bombardeos aéreos y de artillería sobre posiciones de las milicias kurdas. Al menos dos civiles perdieron la vida en esos primeros momentos de la operación y miles de personas huyeron de las zonas afectadas por los bombardeos en busca de un lugar seguro.

Los mandos de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), alianza de la que forma parte las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas que Erdogan considera «terroristas» por sus lazos con el PKK, pidieron a su ex aliado estadounidense como último favor la declaración de una zona de exclusión aérea, pero Trump ya dejó claro que no quiere entrometerse en esta lucha y más de 25 aviones turcos operaron sin problemas a lo largo de Rojava, el Kurdistán sirio. La respuesta kurda se redujo al lanzamiento de algunos proyectiles a localidades turcas próximas a la verja de separación que causaron daños materiales.

EN SU CONTEXTO

  • 2011 es el año en el que empezó la guerra civil siria. A medida que el Ejército de Damasco perdía posiciones en el norte y este del país, los kurdos -enemigos históricos de Ankara- aumentaron su presencia en estas zonas. Fueron los principales aliados de Estados Unidos en la lucha contra los yihadistas del Estado Islámico. Quieren una región autónoma y controlan en la actualidad un 30% de Siria, que ellos llaman Rojava.

  • Una «zona segura». Turquía considera «terroristas» a las milicias kurdosirias por sus vínculos con el proscrito PKK, la guerrilla kurda activa en suelo turco. Erdogan busca ahora una «zona segura» en la franja fronteriza -hasta Irak- para reasentar a unos dos millones de refugiados sirios, de los 3,6 millones que acoge.

  • Estados Unidos. Washington fue el principal aliado de los kurdos de Siria, a los que Trump traicionó al anunciar el día 6 que se retiraba de la zona fronteriza para no verse involucrado en los planes del presidente de Turquía. Este movimiento preocupa porque puede facilitar un resurgimiento del Estado Islámico.

El jefe de Estado turco puso como doble objetivo de esta nueva operación acabar con el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y con las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG). Erdogan quiere reemplazar esta «zona terrorista en nuestra frontera sur» por «una zona de seguridad» en la que pretende realojar a buena parte de los más de tres millones de refugiados sirios que se encuentran en su país. Aunque el mandatario islamista insistió en que está decidido a «preservar la unidad territorial de Siria», si este movimiento se consolida supondrá redibujar la línea divisoria entre estos dos países. El diario turco Hurriyet adelantó que la primera fase de la ofensiva se centrará en tomar el control de una franja de territorio de 120 km de largo y unos 30 km de ancho, entre las ciudades sirias de Tal Abyad y Ras al Ain y estos fueron dos de los puntos atacados.

También se registraron «intensos bombardeos» en las proximidades de Qamishli, ciudad en la que kurdos y Gobierno de Siria comparten administración, y Ain Issa, según el primer parte de guerra emitido por el Centro de Coordinación y Operaciones Militares de las FSD. La segunda etapa alcanzará la frontera con Irak, lo que estirará la «zona de seguridad» hasta los 500 kilómetros.

Incursión terrestre

El castigo aéreo busca en este tipo de situaciones preparar el camino para la entrada por tierra, un movimiento previsto para la noche. Las milicias kurdas ya desmontaron sus defensas hace más de un mes tras el acuerdo de seguridad que alcanzaron Washington y Ankara, que quedó en papel mojado tras la conversación telefónica que mantuvieron el domingo Trump y Erdogan, lo que juega a favor de los turcos. Las autoridades de Ankara han enviado refuerzos a toda la zona fronteriza y cuentan también con 14.000 combatientes del antiguo Ejército Sirio Libre, que Erdogan ha rebautizado como Ejército Nacional Sirio, paramilitares a los que ha entrenado, armado y pagado para combatir a sus órdenes. «Hemos completado nuestros entrenamientos para despejar la región al este del Éufrates de las YPG. Estamos listos para la operación», señaló Sayf Abu Bakr, un comandante sirio del ENS, a la agencia turca Anadolu.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Reuters

La «puñalada por la espalda» a los kurdos, tal y como la calificaron los mandos de la milicia, puede tener un impacto directo en la guerra contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y las FDS anunciaron que suspendían todas su operaciones contra los yihadistas para hacer frente a la ofensiva turca. Según expertos de seguridad consultados, el trabajo de las FDS en la etapa post califato estaba siendo clave para acabar con las células durmientes del grupo liderado por Abu Baker Al Bagdadi.

Estado de emergencia

«Proclamamos un estado de movilización general durante tres días», anunció en un comunicado la administración kurda, en el que instó a la población «a dirigirse hacia la zona fronteriza» para garantizar «la resistencia» y señaló a Estados Unidos y a toda la comunidad internacional como responsables en caso de «catástrofe humanitaria». Pero los civiles lo que hicieron fue alejarse todo lo posible de la zona de operaciones en busca de lugares seguros y muchos eligieron la provincia de Hasake.

El analista Eduard Soler Lecha recuerda que «esta es la tercera operación de Turquía en Siria, pero es la de mayor envergadura y riesgo y si se lanza es porque sintió que las otras dos le salieron mejor de lo que todo el mundo le decía». El investigador del Cidob se refiere a las operaciones «Escudo del Éufrates», puesta en marcha en la zona de Jarabulus para expulsar al EI en agosto de 2016, y a «Rama de Olivo», de enero de 2018, con la que los turcos y sus fuerzas sirias aliadas expulsaron a las YPG del cantón kurdo de Afrín y pusieron en marcha una ocupación que continua.

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