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Protesta en Berlín. Reuters

Miles de alemanes protestan contra las restricciones por la covid

Ultraderechistas, conspiranoicos y antivacunas se manifiestan pese al repunte de casos

María Molinos

Berlín

Sábado, 1 de agosto 2020

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Cerca de 20.000 personas, entre ellos ultraderechistas, conspiranoicos y antivacunas, se manifestaron este sábado en Berlín contra las restricciones por la pandemia del coronavirus, pese al repunte de los casos en los últimos días. La policía suspendió antes de tiempo la concentración porque los participantes no cumplían las normas de distanciamiento ni se cubrían con mascarillas.

La multitudinaria protesta atravesó el corazón de la capital alemana durante gran parte de la mañana, entre gritos de «¡Libertad!» y «¡Resistencia!», cánticos contra la «tiranía» de la canciller Angela Merkel, las empresas farmacéuticas y el multimillonario Bill Gates, y lemas como «La mayor teoría de la conspiración es la pandemia del coronavirus». Algunos peatones con mascarillas que se cruzaron con la marcha fueron sonoramente abucheados. También gritaron los participantes a los agentes de policía que marchaban con ellos, aunque sin mayores incidentes.

El lema de la manifestación era «El Final de la pandemia – Día de la libertad», una frase nada inocua en Alemania, porque lleva inmediatamente al documental propagandístico homónimo de Leni Reifenstahl sobre el congreso del partido nazi de 1935, «El día de la libertad». De hecho, varios medios y expertos han señalado en repetidas ocasiones que grupos de extrema derecha influyen en este movimiento. La ultraderecha ha cooptado este movimiento de protesta desde sus inicios, cuando empezó a protestar contra las restricciones hace unos dos meses y a las concentraciones en Berlín, Múnich o Stuttgart acudían apenas dos centenares de personas. No obstante, entre los participantes había también quienes criticaban la tecnología de comunicación 5G y quienes denunciaban los supuestos peligros de las vacunas.

Según la Policía de Berlín, unas 17.000 personas participaron en la manifestación, mientras que la concentración posterior reunió a unos 20.000 individuos. Varios miles, por su parte, se sumaron a las tres contramanifestaciónes de signo izquierdistas convocadas a lo largo del recorrido de la marcha principal. Las fuerzas de seguridad desplegaron un fuerte dispositivo en la capital para evitar el contacto entre los distintos grupos.

La protesta tenía previsto acabar en la Columna de la Victoria, en el centro de la ciudad, pero la policía suspendió la manifestación antes de llegar a ese punto (la concentración posterior no se vio afectada). «El organizador no está en disposición de que se cumplan las medidas de seguridad», aseguró un portavoz policial, que insistió en que los participantes no mantenían el metro y medio de distancia de seguridad ni llevaban mascarillas. Entonces se produjeron los únicos incidentes de la jornada. Agentes accedieron al escenario donde se iba a leer el manifiesto final para sacar a los organizadores allí subidos y en algún caso tuvieron que emplear la fuerza. Desde abajo la multitud abucheó a los policías. «Debido a que no se han respetado las normas de distanciamiento se ha denunciado al responsable de la manifestación», escribió en Twitter la Policía de Berlín.

Aumento de contagios

La protesta tuvo lugar el día en el que se conoció que en las últimas 24 horas se habían registrado 955 nuevas infecciones, el mayor número datado en Alemania desde el pasado 9 de mayo. La cifra sucede a otros dos máximos parciales en apenas una semana (902 y 855), lo que ha hecho sonar las alarmas en el país, que ha pasado de una cifra estable de nuevos casos de entre los 300 y 500 durante junio a detectar entre 750 y 950 nuevos infectados cada jornada. El Instituto Robert Koch (RKI), centro epidemiológico de referencia, ha explicado que los actuales brotes están extendidos por todo el país y no concentrados en algunos grandes focos, y que además proceden principalmente de contagios internos, aunque los casos importados están creciendo. «La evolución (de la COVID-19) nos causa a mí y a todos en el Instituto Robert Koch una gran preocupación», aseguró en su última rueda de prensa el presidente del RKI, Lothar Wieler. «No sabemos si es el comienzo de una segunda ola, pero puede serlo», advirtió en referencia al creciente debate en el país sobre el repunte de casos que se está evidenciando esta semana, una situación similar a la de otros países europeos.

En reacción a este ascenso, el Gobierno alemán obliga desde este lunes a todos los viajeros que aterricen en el país procedentes de zonas de riesgo a realizarse test por coronavirus en el propio aeropuerto. En algunos aeródromos, como los de Berlín-Tegel, Fráncfort, Múnich y Düsseldorf ya se pueden realizar estas pruebas de forma voluntaria. Unos 140 países están calificados como de riesgo, así como las comunidades autónomas de Navarra, Cataluña y Aragón. Los pasajeros procedentes de zonas no consideradas de riesgo disponen por su parte de 72 horas para acudir voluntariamente a consultas médicas u otros centros, donde igualmente se les practicará el test de forma gratuita.

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