La huelga de trenes más larga de Francia

En diciembre de 1986, la huelga que llevaron a cabo los trabajadores de la SNCF (la Renfe francesa) se prolongó durante 28 días hasta bien entrado enero para protestar por sus condiciones de trabajo. Una década después, en 1995, volvieron a la calle, esta vez durante 22 días, y consiguieron que el entonces jefe del Gobierno, Alain Juppé, desistiera en sus planes de reformar el sistema de jubilaciones. Hoy, sin embargo, ni su discípulo político, el primer ministro Édouard Philippe, ni el impulsor del proyecto, el presidente Emmanuel Macron, han ofrecido señales de querer dar su brazo a torcer. Todo lo contrario. En su discurso de fin de año, Macron dejó bien claro que llevará hasta el final la reforma, y pidió a la vez que Philippe y los sindicatos alcancen un «compromiso rápido».

La cita es el próximo martes y, aunque todas las centrales están invitadas a la mesa, es con los sindicatos reformistas como la CFDT o la UNSA -partidarios de la reforma pero que se oponen a elevar la edad de jubilación-, con los que el Gobierno busca una puerta de salida a una crisis que ha costado ya más de 600 millones de euros solo en el sector de los transportes.

Mientras que las organizaciones más radicales como la CGT, Fuerza Obrera o Sud han convocado otra jornada de manifestación nacional el próximo jueves 9, la CFDT -el mayor sindicato de Francia- y su secretario general, Laurent Berger, se han mostrado prudentes y esperan a la reunión de la semana que viene para tomar una decisión.

Pese a las colectas nacionales de apoyo a los huelguistas, el largo paro empieza a hacer mella en las filas sindicales. Ayer solo el 7% de los trabajadores de la SNCF hicieron huelga, pero un tercio de los conductores no fueron a trabajar, lo que obligó a suspender la mitad de los trenes del país. En París, la ciudad más afectada por la crisis, el metro siguió a ralentí, con la mayor parte de las líneas cerradas o funcionando solo en las horas punta y sus habitantes resignados ya a las largas caminatas.

A pesar del desgaste, los llamamientos a la huelga se suceden. Sindicatos de profesiones liberales como los de enfermería han convocado nuevas acciones a partir de hoy mismo. El lunes se sumarán los abogados y, a partir del martes, la CGT ha pedido endurecer el movimiento con bloqueos en refinerías, terminales petroleras y depósitos a lo largo de cuatro días.

Está aún por ver qué harán los maestros a la vuelta de las vacaciones escolares, que terminan el próximo lunes. Las promesas del Ejecutivo de ofrecer compensaciones salariales para paliar los recortes que sufrirán con la nueva forma de calcular la pensión no han convencido, por el momento, a los sindicatos mayoritarios del sector.

La reforma proyectada por el Gobierno busca instaurar un sistema universal por puntos que acabe con los 42 regímenes especiales actuales -entre ellos el que ampara a los ferroviarios- y elevar la edad para obtener la jubilación completa de los 62 a los 64 años.