Borrar
La Policía alemana identifica a los clientes de un pub en Hamburgo. REUTERS
La oposición arremete contra Johnson y le exige «cortocircuitar» la pandemia

La oposición arremete contra Johnson y le exige «cortocircuitar» la pandemia

La epidemia se agrava y mientras los científicos británicos piden volver casi a una cuarentena nacional, los alemanes seguirán con restricciones incluso tras la vacuna

Lourdes Gómez y juan carlos barrena

Londres | Berlín

Martes, 13 de octubre 2020, 12:17

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El líder laborista británico, Keir Starmer, pidió el retorno del confinamiento en Inglaterra para frenar la galopante propagación de la covid-19, que este martes infectó a 17.234 personas y mató a 143 enfermos. El político abanderó la recomendación del Grupo Científico Asesor en Emergencias (SAGE), desechada por el Gobierno de Boris Johnson, para establecer un «cortocircuito» de dos o tres semanas a fin de frenar los contagios y retomar el control de la pandemia.

«Está claro que el Gobierno no tiene un plan creíble para ralentizar el progreso de la infección, ha perdido el control del virus y ya no sigue el consejo científico. Necesitamos intervenir con urgencia», criticó en una conferencia de prensa que convocó mientras el Parlamento debatía las nuevas restricciones locales.

El comité de asesores científicos propuso una alternativa drástica y severa que, a su juicio, permitiría cortar el avance de la segunda ola y mitigar el impacto de las infecciones en el Sistema Nacional de Salud (NHS). Minutas de su reunión del 21 de septiembre confirman la apuesta de SAGE por un «cortocircuito» temporal, similar a la cuarentena nacional con medidas claras y restrictivas, que ahora secunda gran parte de la oposición parlamentaria.

«No implicaría cerrar las escuelas… aunque requeriría sacrificios sustanciales en todo el país», señaló Starmer, que propone volver a un tipo de confinamiento en Inglaterra, en que únicamente se permitiría «trabajos y viajes esenciales» y echarían el cerrojo bares y restaurantes «durante dos o tres semanas». El encierro vendría compensado con «apoyo financiero» para las empresas y trabajadores afectados.

Johnson descartó el «cortocircuito» temporal por su coste económico y la presión de un sector de las bancadas conservadoras. Su oficina argumentaba este martes que las nuevas restricciones, que se inauguran este miércoles en Liverpool, representan una alternativa «equilibrada».

Cada nación británica aplica su receta. En Gales, los focos de infección quedan confinados y los desplazamientos fuera de la zona están casi prohibidos. El ministro principal de la autonomía, el laborista Mark Drakeford, amenaza ahora con cerrar la frontera con Inglaterra si Johnson no veta las salidas de regiones con alta incidencia.

Largo proceso de vacunación

Mientras tanto este martes se supo que Alemania mantendrá las restricciones para combatir el coronavirus, entre ellas el uso de mascarillas y la distancia social, después de que exista una vacuna eficaz. Así lo anunció el Instituto Robert Koch (RKI), responsable de combatir el virus en el país. El organismo da por sentado que en 2021 habrá varias vacunas, pero advierte de que su inoculación será restringida al principio a los grupos de riesgo por el largo proceso de producción y distribución de la misma. Por eso ve necesario mantener «ciertas modificaciones en la convivencia».

La canciller, Angela Merkel, celebrará este miércoles la primera reunión presencial en siete meses con los primeros ministros de los 16 Estados federados para coordinar las medidas contra la covid-19. Merkel considera que ante el repunte de infecciones y el empeoramiento de la situación es necesario un debate directo y abierto.

Por otro lado, Spiegel Online reveló este martes que los diplomáticos o militares alemanes que se contagian en el extranjero son repatriados «en aviones especiales» con un costo muy elevado para el contribuyente. Seis diplomáticos enfermos han retornado ya de países de Asia y África «en los que no pueden someterse a un tratamiento adecuado», según el Ministerio de Exteriores. Dependiendo del lugar, cada vuelo cuesta desde 50.000 euros hasta más de 100.000 euros. También Defensa tiene planes para repatriar soldados que se infectan en sus destinos en el extranjero y ha realizado ya varios vuelos con aviones propios.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios