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Boris Johnson conversa con una sanitaria del servicio de ambulancias de Londres. EFE
La segunda ola podría causar 120.000 muertes en Reino Unido

La segunda ola podría causar 120.000 muertes en Reino Unido

Un equipo de la Academia de Ciencias Médicas sugiere los preparativos para acometer esa posibilidad

iñigo gurruchaga

Corresponsal. Londres

Martes, 14 de julio 2020, 19:47

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La muerte por la Covid-19 de 120.000 enfermos, hospitalizados entre septiembre de 2020 y junio de 2021, es el «peor escenario razonable» que ha calculado un equipo de la Academia de Ciencias Médicas de Reino Unido para una segunda ola de la epidemia. En su modelo no ha incluido el efecto de posibles tratamientos de la enfermedad, pero parte de un índice de transmisión, 1.7, más bajo que el que se daba en marzo y abril de este año.

El Gobierno requirió a la Academia un informe rápido- «Preparándose para un invierno difícil, 2020-21», elaborado en un mes- en el que analizase los preparativos que habría que decidir ahora ante una segunda ola de epidemia, cuyas características, dice el equipo asesor, tienen en este momento «un alto nivel de incertidumbre». La cifra de muertes que arroja el modelo matemático utilizado no incluye, por ejemplo, las que podrían ocurrir en residencias de mayores.

Los autores consideran que el Servicio Público de Salud tendría que enfrentarse a varios problemas que no estaban presentes en la primera ola. El primero sería la epidemia anual de fiebre común, que causa casi todos los años un nivel muy alto de ocupación de camas de hospital y a menudo también una alta mortalidad en los meses de enero y febrero.

El informe señala que la pandemia de este año ha sumado a miles de pacientes recuperados a la lista de los vulnerables en una segunda ola. No cree posible que se pueda suspender, como ha ocurrido esta primavera, la atención a enfermos graves por la saturación de los centros o porque, intimidados por las circunstancias, los pacientes no han acudido a recibir sus tratamientos. Y considera también imposible que se repita la entrega profesional y personal de los empleados del servicio de salud, que registra un aumento de bajas por enfermedad.

El abanico de iniciativas que propone el informe no contiene sorpresas. Higiene, distanciamiento físico o mascarillas en lugares cerrados tendrían que amortiguar la transmisión, porque los asesores no creen que sea posible un nuevo confinamiento general. La escala de los sistemas actuales de test y seguimiento de brotes debe ampliarse. Tiene que haber provisión suficiente de equipamiento protector.

Los autores subrayan la importancia de una extensa colección y gestión de datos obtenidos con procedimientos compatibles- mediante encuestas, test en hospitales o en estructuras locales de salud pública,...- para contener la transmisión. Recomiendan también que se ponga el acento en que la comunicación llegue a minorías étnicas, que han sido afectadas de manera desproporcionada, y que se recomiende la vacunación otoñal contra la fiebre común.

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