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Donald Trump cambia repentinamente su actitud hacia el «virus chino»

Donald Trump cambia repentinamente su actitud hacia el «virus chino»

El mandatario estadounidense dice que la pandemia va a empeorar y pide a los ciudadanos que utilicen mascarilla les «guste o no»

Karen Pinto Garzon

Madrid

Miércoles, 22 de julio 2020

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Donald Trump no deja de sorprender al mundo entero. El presidente estadounidense ha dado un giro casi repentino sobre su visión de la Covid-19, enfermedad a la que llama el «virus chino» por su origen. Ahora parece haber tomado conciencia de que lo más peligroso de ella es que, durante los primeros quince días no presenta síntomas, y por eso se propaga de forma acelerada e inadvertida en ese tiempo.

«Los adultos jóvenes tienen síntomas medios o no tienen, algunos no sabrán qué están enfermos», dijo el presidente en una rueda de prensa el martes, y continuó advirtiendo que «la juventud de Estados Unidos actuará responsablemente». No solo eso, sino que hizo un llamamiento a quienes no mantengan la distancia de seguridad para que utilicen las mascarillas así «les guste o no», pese a que semanas antes él mismo era el más reacio a usarla. Todo eso dijo Trump, después de siete meses desde que empezara la pandemia en la ciudad de Wuhan, durante los que subestimó al virus, desobedeció a los expertos e incluso retiró el apoyo de EE UU a la Organización Mundial de la Salud (ONU), aludiendo a que era cómplice de China por no reaccionar a tiempo.

Después de todo, ahora sí muestra su extrema preocupación porque también advirtió que la pandemia probablemente va a «empeorar». Y reconoció, además, que muchas ciudades estadounidenses están siendo duramente golpeadas aunque, según quiso resaltar, la tasa de mortalidad de la potencia americana es mucho menor que la de otros países. No obstante, Estados Unidos encabeza las listas de muertes, con más de 140.000, y de contagios con más de 3.890.000.

«Hemos aprendido tanto», «hemos aprendido mucho de este virus» durante todo este tiempo, repetía una y otra vez en su conferencia sobre la pandemia, después de que hubiera dejado de hacer sus rutinarias conferencias sobre la pandemia desde el mes de abril, probablemente por su incredulidad hacia «el virus chino». Sus desertores y mucho más sus seguidores se han mostrado sorprendidos con las preocupantes declaraciones del mandatario. Pero la respuesta a sus alarmantes palabras no es complicada de resolver: los expertos apuntan a que el cambio de su actitud resabiada hacia el coronavirus es por una estrategia preelectoral para las presidenciales, que se celebran en noviembre.

Inversión millonaria

Tan grande es la preocupación del mandatario que el martes su Gobierno anunció un contrato de 1.950 millones de dólares para la compra de vacunas. Una millonaria inversión que ningún otro país ha hecho hasta el momento, y que le aseguraría a los estadounidenses recibir 100 millones de dosis de la vacuna BNT162 que las compañías farmacéuticas Pfizner y BionTech están desarrollando. Por lo visto, este proyecto es muy prometedor porque ha tenido buenos resultados en etapas tempranas, y con grupos pequeños de humanos.

Y no conforme con eso, dicho contrato también le aseguraría otros 500 millones de dosis adicionales a EE UU en otro encargo, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y el Departamento de Defensa. Nada mal para el mandatario que hasta hace unos días era el más escéptico de esta crisis sanitaria.

Su repentino cambio de actitud se comprende mejor al conocer los resultados de los sondeos. En concreto, el candidato demócrata Joe Biden cuenta con un 52% de intención de voto, superando a Donald Trump en 15 puntos, según la última encuesta del mes de julio publicada por la Universidad de Quinnipiac. Por lo pronto, parece que al presidente no le ha quedado más remedio que cambiar su estrategia para disputarse la Casa Blanca, en un escenario cada vez más complicado en el no solo se encrudece la crisis sanitaria sino también la social con el acelerado aumento del desempleo.

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