Borrar
Julissa Reynoso.
Biden nombra embajador de España a la jefa de gabinete de su esposa

Biden nombra embajador de España a la jefa de gabinete de su esposa

Julissa Reynoso es una dominicana del Bronx con títulos de Harvard y Columbia interesada en comercio internacional, políticas de igualdad y cuestiones migratorias

mercedes gallego

Corresponsal. Nueva York

Miércoles, 28 de julio 2021, 22:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las embajadas de Estados Unidos por el mundo son, normalmente, el premio para los grandes donantes del mandatario en turno o figuras emblemáticas del Partido Demócrata como Caroline Kennedy, que acaba de ser nombrada para encabezar la legación en Australia después de haberlo sido en Japón durante el término de Obama. En el caso de España, donde este miércoles el presidente Biden designó a Julissa Reynoso, de 45 años, el regalo es mutuo.

Al no tratarse de una gran potencia mundial, no se esperaba que el mandatario pusiera a un peso pesado de carácter político en Madrid, pero tampoco que le robara a su esposa la jefa de la Oficina de la Primera Dama. Ese es el puesto que ostenta Reynoso hasta que el Senado confirme su nuevo cargo, considerada una de las cien mejores abogadas latinomericanas por Latinvex. Nótese el calificativo de 'latinoamericana' y no de estadounidense, a pesar de que vive en EE UU desde que tenía 7 años.

BIOGRAFÍA

  • Julissa Reynoso nació en enero de 1975 (46 años) en la República Dominicana. Emigró a EE UU en 1982.

  • Educación. Comenzó en colegios católicos y en un instituto de Secundaria del Bronx. Sus brillantes notas le permitieron estudiar Derecho en Harvard (1997) y Columbia, y Filosofía en Cambridge (Inglaterra).

Es uno de los problemas que ha arrastrado toda su vida, por mucho que le molesten las etiquetas y los estereotipos. No importa los títulos que tenga de Harvard y Columbia, ni los puestos que haya ostentado en el Departamento de Estado y la Casa Blanca, siempre será una 'latina' del Bronx. «Cuando vine a Harvard en 1993, yo no era una latina, era simplemente 'Julissa', y a veces 'la dominicana'. También la llamaban 'chiqui' porque la estatura se le ha resistido tanto como la integración, pero esta mujer bajita y de pelo 'chino', como dicen los de su tierra, ha resultado tener un cerebro privilegiado y un «gran corazón», en palabras de la primera dama. «Es una amiga y una líder increíble», dijo Jill Biden a la agencia Associated Press cuando la Casa Blanca anunció este miércoles su nombramiento. «Dada la experiencia del corazón que tiene no se me ocurre a nadie mejor que Julissa para representarnos en España y Andorra».

Experiencia en Uruguay

Reynoso ya fue embajadora de Uruguay durante el mandato de Obama, donde se enfocó principalmente en las relaciones comerciales. Esa experiencia será de gran utilidad para España, que sigue arrastrando las incógnitas comerciales que dejó Donald Trump. Su nombramiento llega a la vez que el de su homólogo ante la Unión Europea, puesto que ha recaído sobre Mark Gitenstein, consejero de Comercio Internacional del gabinete de abogados Meste miércoles Brown y antiguo embajador en Rumanía durante con Obama. Frente al aislamiento nacionalista de Trump, Gitenstein promueve la apertura de los mercados y la penetración de la empresa privada en los monopolios estatales. Sus trabajos anteriores en diferentes comités judiciales del Senado aumentan su margen de influencia y reconocimiento legislativo. Es, por tanto, una pareja ideal para trabajar con la embajadora española en Europa.

LA CLAVE:

  • Estereotipo. Pese a su brillante carrera siempre ha tenido que arrastrar su condición de latina

El Ala Oeste de la Casa Blanca también se apoyaba en Reynoso para políticas de igualdad de género, de cuyo oficina es codirectora. Como en Montevideo, se encontrará con un país en el que la penetración migratoria y la situación económica han desatado algunos brotes de racismo, pero con suerte no tendrá que sufrirlos en carne propia, como le ocurrió en el club restaurante Circus de Uruguay. Allí le impidieron la entrada con distintas excusas, desde no tener reserva, lo que al parecer no afectaba al resto de su grupo, a no vestir la etiqueta adecuada, para acabar reconociendo abiertamente que lo que les molestaba era su color de piel. Semejante revelación la dejó en shock y generó un conflicto diplomático internacional, decidida como estaba a denunciarlo donde hiciera falta.

La estrella ascendente del Partido Demócrata participó en la campaña de Hillary Clinton en 2008 y se mudó con ella al Departamento de Estado como su asistente para el Hemisferio Occidental. Tiene un corazón de activista que utiliza también para buscar justicia hacia los inmigrantes. De hecho, participó en el viaje de la vicepresidenta, Kamala Harris, a la frontera con México y ha escrito varios ensayos sobre política con Latinoamérica. Fue fideicomisaria del New York-Presbyterian Hospital y de la Universidad de Columbia, así como miembro de la Junta Directiva del Comité de Abogados para los Derechos Civiles Bajo la Ley, y parte del Proyecto de Seguridad Nacional Truman.

Después de todos estos años consumida por la élite política, todavía confiesa morirse por un arroz con guandules de su tierra, sobre todo si de fondo suena la música de Juan Luis Guerra.

Washinton sanciona a Siria por la violación de derechos humanos

El Gobierno de Estados Unidos hizopúblicas ayer sus primeras sanciones contra funcionarios y entidades sirias por supuestas violaciones de los Derechos Humanos. En total, ocho personas -cinco de ellas altos funcionarios de seguridad- y diez sociedades fueron incluidas en la lista negra del Departamento del Tesoro.

Entre las violaciones que cita el gabinete de Joe Biden figuran la tortura y el asesinato. De hecho, ocho de las diez sociedades serían centros de detención gestionados por los servicios de Inteligencia del Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, que habrían servido para tortutar «ejecutar extrajudicialmente» a cientos de «presos políticos» y otros detenidos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios