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El presidente ruso, Vladimir Putin, se reúne con el primer ministro ruso, Dmitry Medvédev. EFE
Putin busca eternizarse en el poder

Putin busca eternizarse en el poder

El mandatario anuncia cambios en la Carta Magna rusa e insta al Gobierno a dimitir durante su discurso anual

Rafael M. Mañueco

Moscú

Miércoles, 15 de enero 2020, 15:23

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Parece evidente que la actual Constitución rusa, que data de 1993 y que le ha servido a Vladímir Putin para dirigir Rusia durante 20 años, necesita ser modificada para permitirle seguir mandando más allá de 2024, cuando finaliza su actual mandato. Durante años se vienen haciendo cábalas en Rusia sobre qué fórmula empleará el mandatario para seguir al timón y este miércoles el asunto quedó algo despejado, aunque, como es costumbre en el líder ruso, no del todo. Una reforma constitucional de calado, con el consiguiente sometimiento al criterio de la ciudadanía, va a ser el procedimiento que emplee Putin para perpetuarse.

Otra cosa van a ser los detalles, pero, de momento, la primera medida tras su sorpresivo anuncio de acometer una reforma de la Carta Magna ha sido echar abajo el Gobierno que venía dirigiendo Dmitri Medvédev, decisión que también ha caído como una bomba por inesperada.

El bisemanario ruso, Nóvaya Gazeta, cita fuentes dentro del Ejecutivo asegurando que ningún ministro había sido informado de que cesarían tras el discurso de Putin. El único, al parecer, que sí lo sabía era Medvédev. Él fue quien puso al Ejecutivo al corriente de la dimisión en bloque en la misma sede del Gobierno en presencia del jefe del Kremlin. Éste ya ha propuesto como nuevo jefe del Ejecutivo a Mijaíl Mishustin, jefe del Servicio Federal de Impuestos (FNS), la agencia tributaria rusa. Su candidatura será este jueves debatida en la Duma - la Cámara Baja del Parlamento ruso-.

Medvédev, vicepresidente

Putin pronunció este miércoles en el edificio del Manezh su discurso número 16 sobre el Estado de la Nación ante las dos Cámara del Parlamento. En su alocución propuso profundos cambios constitucionales, entre ellos dotar al Legislativo de mayores poderes frente a la Presidencia y acotar a sólo dos mandatos los que puede estar el jefe del Estado al frente del país. También dotar al ordenamiento constitucional de un nuevo órgano, el Consejo de Estado, al parecer, sobre la base del actual Consejo de Seguridad.

Según Medvédev, «el presidente marcó una serie de cambios fundamentales en la Constitución» y, una vez se adopten, «el equilibrio de poderes el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial quedará modificado». El recién dimitido jefe del Gobierno explicó también que «para permitir que el presidente tome todas las decisiones necesarias a fin de implementar su plan, el actual Gobierno renuncia de conformidad con el artículo 117 de la Constitución» rusa.

Putin pidió a Medvédev y a los ministros que continúen en sus puestos hasta la formación de un nuevo Gabinete y les agradeció su trabajo. «Quiero expresar mi satisfacción con los resultados obtenidos», señaló durante la reunión mantenida con los miembros del Ejecutivo.

El máximo dirigente ruso dijo también que piensa proponer a Medvédev para el cargo de vicepresidente del Consejo de Seguridad, estamento consultivo encargado de cuestiones relacionadas con la defensa y la seguridad del país, propuesta que el dimitido primer ministro aceptó.

Uno de los cambios que Putin propuso en su discurso fue el de reforzar los poderes del Parlamento, teniendo a su cargo en adelante la designación del primer ministro y el resto de los miembros del Ejecutivo, sin que el presidente del país tenga sobre tal decisión posibilidad de veto. Como sí sucede ahora. Esto significaría para muchos analistas que el actual jefe del Estado se ve de nuevo, como ya sucedió entre 2008 y 2012, en el puesto de jefe del Gobierno.

Se barajaban muchos candidatos para ser nombrado al frente del Gobierno ruso, desde el actual alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, hasta el titular de Economía, Dmitri Oreshkin, e incluso el exministro de Finanzas y actual jefe del Tribunal de Cuentas, Alexéi Kudrin . Pero el elegido ha sido Mishustin, a quien ya llaman «primer ministro técnico» por su escaso perfil político.

Tras ocupar cuatro años la Presidencia del país, entre 2008 y 2012, Medvédev fue nombrado por Putin primer ministro. El cargo del jefe del Gobierno reviste una gran importancia en Rusia, ya que, en caso de que le pase algo presidente, sería él quien asumiría el poder de forma interina hasta la convocatoria de elecciones presidenciales.

Mijaíl Mishustin, nuevo primer ministro.

Un jefe de Gobierno «técnico» tras la era Medvédev

Un jefe de Gobierno «técnico» tras la era Medvédev

Mijaíl Mishustin, de 53 años de edad y hasta ahora jefe del Servicio Federal de Impuestos de Rusia (FNS), jamás estuvo en ninguna de las quinielas sobre las posibles figuras a jugar un papel en la configuración de futuro poder de Vladímir Putin. Este jueves la Duma (Cámara baja) debatirá su candidatura para el cargo de primer ministro. Nadie duda que será ratificada.

Nació en Moscú el 3 de marzo de 1966 y es doctor en economía y conocedor, cuando estuvo al frente de proyectos en la empresa privada, de las altas tecnologías para el desarrollo de la agenda digital en Rusia. Se le considera un funcionario diligente, eficaz y con una alta preparación, pero sin peso político alguno.

Medvédev quería y podía haber seguido en el Kremlin un mandato más, pero su mentor no quiso. Por eso, Putin tuvo que aceptar entregarle la jefatura del Gobierno, a cambio del cargo de jefe del Estado. Pero parece que no habrá más trapicheos con el cargo entre el presidente y el primer ministro. Según Belkovski, «Putin vuelve al viejo esquema y Mishustin se ajusta perfectamente a los parámetros». Es decir, «no debe ser una figura política de relieve ni ser del gusto de Occidente».

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