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Imagen de una calle de Wuhan. EP
Nueva cuarentena en un condado chino para evitar un rebrote del coronavirus

Nueva cuarentena en un condado chino para evitar un rebrote del coronavirus

La detección de varios casos en la zona del hospital de Jia, en la provincia de Henan, propicia un nuevo confinamiento total

Zigor Aldama

Shanghái

Jueves, 2 de abril 2020, 09:31

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En el largo proceso que llevará a China a recuperar la normalidad tras haber vencido al coronavirus en la primera batalla las autoridades no quieren cometer ningún error. Por eso, después de detectar varios contagios relacionados con un hospital de la zona, el martes por la noche decidieron imponer una nueva cuarentena total en el condado de Jia. Ubicado en la provincia central de Henan, colindante con el epicentro de la pandemia, Hubei, cuenta con unos 600.000 habitantes que ahora no pueden salir de sus casas. Según han informado las autoridades locales, solo los servicios y las empresas esenciales permanecen operativas, y quienes estén empleados en ellas deben obtener un permiso especial para poder salir a la calle.

Esta es la última muestra del temor que China tiene a un rebrote del SARS-CoV-2 y de las drásticas medidas que está determinada a tomar para evitarlo. No en vano, aunque ya aparece en público sin mascarilla, el propio presidente, Xi Jinping, ha llamado en varias ocasiones a no bajar la guardia. La consigna es retomar la actividad lo antes posible para evitar daños mayores a la economía, sí, pero la segunda potencia mundial está llevando a cabo una reactivación paulatina: desde el pasado 10 de febrero, la mayoría de las empresas han reanudado su labor, pero gran parte aún no ha logrado reincorporar a toda la plantilla debido a las restricciones de movimiento y a la imposición de cuarentenas individuales a quienes realizan viajes interprovinciales.

De forma paralela, Pekín libra también una batalla de imagen internacional. Por un lado, trata de mejorar su reputación con el envío de material sanitario -la mayoría vendido- a los países más necesitados. Por otro, se ve obligada a contrarrestar las críticas por la calidad de dicho material, a menudo no conforme con los estándares occidentales, y por la responsabilidad que algunos atribuyen al régimen en la propagación del coronavirus. Según un informe confidencial de la Casa Blanca mencionado por funcionarios a la agencia Bloomberg, Estados Unidos acusa a China de haber ocultado el peligro real que supone el patógeno reduciendo las cifras de afectados y de fallecidos, algo que los dirigentes chinos niegan.

Así, la guerra contra el coronavirus se está convirtiendo también en un combate que enfrenta a las dos principales potencias mundiales para ganar influencia mundial. Donald Trump señala a menudo que el SARS-CoV-2 es un «virus chino», y diplomáticos como Lijian Zhao, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, contraatacan dando pábulo a teorías de la conspiración que apuntan al ejército estadounidense como origen del coronavirus. Los científicos, sin embargo, señalan que aún es demasiado pronto para llegar a conclusiones sobre el momento y el lugar en el que se originó.

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