Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
Unos ciudadanos han colgado en la fachada de sus viviendas una pancarta que llama a votar y da las gracias al presidente Díaz-Canel. EFE
Los cubanos votan este domingo en referéndum su Constitución para la era post Castro

Los cubanos votan este domingo en referéndum su Constitución para la era post Castro

La Carta Magna propuesta renuncia a la utopía comunista pero mantiene la «construcción del socialismo»

EFE

La Habana

Domingo, 24 de febrero 2019, 08:45

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuba somete este domingo a referéndum la primera reforma que ha obrado en su Constitución en más de 40 años, para adaptar la redacción soviética, con modestos pero significativos avances, al rumbo que el Gobierno de Miguel Díaz-Canel pretende imprimir a la isla caribeña tras la partida de los hermanos Castro.

La elaboración de una nueva Norma Fundamental fue la principal tarea pendiente que Raúl Castro dejó a Díaz-Canel al cederle la vara de mando después de diez años de Gobierno que siguieron a los casi 50 de su hermano Fidel, líder histórico de la Revolución Cubana.

En su discurso del 19 de abril de 2018, su despedida como presidente de los consejos de Estado y de Ministros, Raúl ya apuntó a la reforma de la Constitución como la principal labor a acometer por Díaz-Canel, aunque sin alterar el «objetivo estratégico» del país, subrayó.

El pequeño de los Castro se ha asegurado de que así sea al erigirse como jefe de la comisión parlamentaria que se ha ocupado del borrador del nuevo texto junto a una treintena de representantes «de los más diversos sectores de la sociedad», incluido el histórico comandante José Ramón Machado Ventura, de 87 años.

La versión vigente se forjó al calor del triunfo revolucionario de 1959 con la Constitución soviética como modelo. Desde entonces, 1976, se ha enmendado tres veces. La primera fue ese mismo año para renombrar la Isla de Pinos como Isla de la Juventud; la segunda, en 1992, para abrir las relaciones internacionales a Occidente ante el desmoronamiento de la URSS; y la última, en 2002, para hacer irreversible el «carácter socialista» del país.

Las motivaciones ahora son similares a las de los años 90. Cuba, dijo el propio Díaz-Canel al presentar el primer borrador, el pasado mes de julio, está «obligada» a adaptar su Constitución a los nuevos tiempos a través de una «profunda» reforma que refleje «el presente y el futuro de la nación».

La propuesta inicial fue aprobada por unanimidad por los 605 miembros de la Asamblea Nacional en julio, tras lo cual se sometió a un proceso de «consulta popular» que se desarrolló entre agosto y noviembre y arrojó como resultado el texto a votar este 24 de febrero.

En estos meses, los cubanos han hecho 9.595 «propuestas tipo», de las cuales el 50,1 por ciento se han aceptado, mientras que el 49,9 por ciento se han considerado «improcedentes desde el punto de vista jurídico porque no son contenidos constitucionales», de acuerdo con el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta.

La comisión parlamentaria ha realizado 760 modificaciones --«todo lo que contribuyera a mejorar lo asumimos»--, lo que equivale al 60 por ciento del boceto. Tiene 224 artículos, 87 más respecto a la antigua Constitución, de la cual se cambian 113, mantienen once y eliminan trece.

Partido «único»

Lo que más ha llamado la atención a nivel político ha sido la renuncia tácita a la «sociedad comunista» a la que aspiraba el artículo 5 de la vieja versión. Ahora, se encomienda al Partido Comunista de Cuba (PCC) «organizar y orientar los esfuerzos comunes hacia la construcción del socialismo».

Sin embargo, el PCC, definido como «martiano, fidelista y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático», sigue siendo «la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado» y el «único» partido posible.

Solamente se prevé un cambio político de tipo estructural. Así, el presidente continuará como jefe del Consejo de Estado, con poderes legislativos, y del Consejo de Ministros, con poderes ejecutivos, pero el peso del día a día del Gobierno recaerá sobre un primer ministro propuesto por el presidente y elegido por la Asamblea Nacional.

Esta mutación constitucional ha dado pie a un inusual debate público sobre la forma de elección del presidente del país. El diario oficial 'Cubadebate' ha indicado que se han formulado 16.716 propuestas sobre este asunto, poco más del dos por ciento del total de las recibidas, de las cuales la mayoría (11.080) pedía la elección directa.

Además, se garantiza una mayor circulación de la élite cubana porque a partir de la entrada en vigor de la nueva Constitución el presidente tendrá un límite de dos mandatos de cinco años cada uno y para acceder al cargo deberá tener al menos 35 años y 60 como máximo.

Derechos Humanos y letra pequeña

La comunidad internacional esperaba con gran expectación la parte relativa a los Derechos Humanos. Amnistía Internacional (AI) ha lamentado que, si bien «a primera vista parece fortalecer los Derechos Humanos», un análisis más detallado revela que los limita a las leyes cubanas.

«Lo prescrito en los tratados internacionales ratificados por Cuba se integra al ordenamiento jurídico, conforme a lo establecido en la ley», reza el artículo 17. «Una y otra vez a lo largo del texto las garantías de Derechos Humanos se restringen a lo que ya establecen las leyes cubanas, muchas de la cuales son contrarias a los estándares internacionales», ha apuntado la ONG.

En la versión lanzada a «consulta popular», el artículo 68 recogía el matrimonio como la unión entre dos personas, sin especificar el género, lo que abrió la puerta a legalizar los enlaces homosexuales. La principal promotora fue Mariela Castro, hija de Raúl y una conocida activista por los derechos de la comunidad LGTBI. «Es un paso maravilloso», dijo.

Sin embargo, la contestación social, sobre todo de las iglesias evangélicas, que amenazaron con boicotear toda la Constitución si se mantenía este precepto, ha frenado el cambio. «La ley determina la forma en la que se constituye y sus efectos», se limita a decir el que ahora es el artículo 82.

Acosta ha defendido que «no hay vencedores ni vencidos», esgrimiendo que en este momento se ha priorizado el «consenso social» en torno a la Constitución y prometiendo que la discusión --que generó el 24,57 por ciento del total de las opiniones recibidas-- se retomará con la reforma del Código de Familia.

Apertura a lo privado

Los verdaderos cambios se aprecian en materia económica, dando forma jurídica a la tímida apertura impulsada por Raúl Castro a su llegada al Gobierno, en 2008, con la que florecieron los 'cuentapropistas', aunque se vio frenada por la crisis mundial.

Se reconoce la propiedad privada y «el rol del mercado» y la inversión extranjera pasa de ser secundaria a «fundamental». El secretario del Consejo de Estado, consciente de la ruptura que ello implica con el pasado, ha animado a los cubanos a abrazar estas novedades «sin prejuicios».

Al mismo tiempo, se ratifica el carácter planificado de la economía y, en consecuencia, «la empresa estatal socialista es el actor principal», lo que hace que algunos analistas vean en China el guión a ejecutar por Cuba. «Nuestro modelo no se parece a nadie», ha anticipado Acosta.

Campaña electoral

El presidente cubano ha hecho una intensa campaña, sobre todo vía Twitter, donde se estrenó en octubre, por el 'sí'. «Porque defiende la soberanía, la independencia y la dignidad de las cubanas y los cubanos #YoVotoSí el 24 de febrero por la Constitución», ha escrito.

Por contra, una veintena de organizaciones opositoras han animando a decir 'no' «a una Constitución que es antidemocrática» porque «desconoce la pluralidad de la sociedad cubana» y no resuelve los problemas rutinarios cuando «cada vez es más difícil conseguir comida, el salario no alcanza y las viviendas se nos caen».

Además, han denunciado que «el régimen mantiene la represión contra quienes exigen sus derechos». El Observatorio Cubano para los Derechos Humanos asegura que en el último mes se han disparado las detenciones contra los detractores de la nueva Constitución. A apenas una semana, fue arrestado el destacado disidente José Daniel Ferrer.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios