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Axel Kicillof. AFP
Una campaña en un viejo 'Clio' tambalea la política argentina

Una campaña en un viejo 'Clio' tambalea la política argentina

Axel Kicillof, un joven economista sin medios que fue ministro con Cristina Fernández, desafía al aparato de Macri en las elecciones a la provincia de Buenos Aires

Marcela Valente

Buenos Aires (Argentina)

Sábado, 1 de junio 2019, 21:10

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Sin recursos económicos, con apenas el coche de un amigo -un viejo Renault Clio conocido ya como el 'Axelmovil'- y algunos colaboradores, Axel Kicillof, exministro de Economía con Cristina Fernández, recorre desde hace más de un año ciudades y pueblos de la provincia de Buenos Aires para convencer a los argentinos del mayor distrito electoral del país de que deben votar una alternativa que ponga fin al Gobierno de Mauricio Macri, inmerso en una profunda recesión.

La travesía, que comenzó sin mayores expectativas, puede devenir en una hazaña en las elecciones de octubre. El economista de 47 años, conocido por su sencillez y con gran capacidad para llegar hasta los jóvenes, acaba de ser bendecido por la expresidenta para ser candidato a gobernador de la provincia más populosa del país, donde vota más de 40% del electorado. Sin haberse postulado, Kicillof tiene muchas opciones de ganar la provincia clave.

En la actualidad el distrito está gobernado por María Eugenia Vidal, la referente de Macri, que persigue su reelección. Pese a una administración sin muchos logros y que dejará un fuerte endeudamiento, Vidal ganaría hoy por tres puntos a Kicillof, según los sondeos. Pero si se mide la papeleta completa, con Macri presidente y Vidal gobernadora, quien vence es Kicillof junto al flamante candidato a presidente elegido por Cristina, Alberto Fernández. En 2015, la popularidad de Vidal había arrastrado a los bonaerenses, que terminaron dándole el triunfo a Macri. Ahora el presidente -en la misma papeleta- amenaza con hundirla a ella junto a su propia derrota.

Pero más allá de eventuales resultados, para Argentina el fenómeno Kicillof no tiene precedentes. Nunca un exministro de Economía gozó de popularidad tras pasar por la cartera más corrosiva del Gabinete. Sin campaña en medios que lo preceda, Kicillof visita pueblos de la provincia, recorre el centro comercial, habla con vecinos, entra a una fábrica o a un establecimiento rural y luego da una charla en un club social, un sindicato o al aire libre.

Profesor universitario

En esas conferencias, donde apela a sus dotes de profesor para explicar la crisis actual y los caminos de salida, la audiencia es multitudinaria. Jóvenes, familias, personas mayores, sectores medios, profesionales o trabajadores rurales acuden a la cita. Mujeres de todas las edades le tiran besos, lo abrazan, le piden que les firme su último libro, presentado en la Feria de Buenos Aires en otro acto multitudinario que obligó a dejar fuera a cientos de asistentes. También lo convocan para hablar en escuelas secundarias, donde es recibido como una estrella de rock.

Su postulación a gobernador, lanzada esta semana, tiene múltiples ventajas. Figura destacada del elenco de Cristina, el exministro tiene logros para mostrar y ninguna denuncia por corrupción. Casado con una doctora en Letras, con dos hijos pequeños, Kicillof carece de un gran patrimonio. Trabajó la mayor parte del tiempo como profesor universitario y como investigador. Tiene varios libros publicados y es considerado un especialista en las teorías de John Maynard Keynes, el economista británico en el que se inspiraron los gobiernos que construyeron el Estado de Bienestar tras la crisis de 1929.

Massa, ¿con la exmandataria?

Definidas las candidaturas del espacio de Cristina Fernández, la expectativa ahora está centrada en si Sergio Massa, referente de la tercera fuerza, se decide a jugar para la exmandataria. Cristina sacudió el tablero electoral en mayo al anunciar que su candidato a presidente sería su exjefe de Gabinete, Alberto Fernández. Ella, que aparecía como favorita para un tercer mandato, sólo aspira a la vicepresidencia.

Esta semana se conoció que Kicillof será candidato a gobernador de Buenos Aires. Esa designación puso presión sobre Massa, que oscila entre la tercera vía y el espacio de Cristina. El puesto dado a Kicillof era hasta entonces una prenda de negociación que Massa despreciaba.

Massa tiene buena sintonía con Alberto Fernández. Los dos fueron jefes de gabinete de Cristina y los dos se separaron más tarde de ella. Ahora que Alberto volvió, la tarea es seducir a Massa, que tiene un caudal de votos en torno a 10%. Los tiempos se acortan.

Las primarias son en agosto y las elecciones en octubre. Pero este mes hay que inscribir alianzas y candidaturas. Fernández desafía a Massa a competir en primarias, pero el rival no se define. Sólo repite que trabajará por un frente que permita derrotar a Macri.

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