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Tania Llasera. EP
Entrevista: Tania Llasera: «Cuanto más tienes que decir más invisible te vuelven»
Entrevista

Tania Llasera: «Cuanto más tienes que decir más invisible te vuelven»

«Sufrí dos abortos, engordé, no se debe juzgar a nadie por su físico porque no sabes lo que hay detrás»

Arantza Furundarena

Madrid

Sábado, 25 de junio 2022, 00:21

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«Tengo 43 años y estoy encantada de envejecer», suelta Tania Llasera casi a modo de presentación. Espontánea y pizpireta como cuando era una adolescente en su pueblo natal de Las Arenas, la presentadora vizcaína dice haberle encontrado sentido a la vida a partir de los cuarenta. «Por fin sé quién soy, sé lo que quiero, sé lo que busco, sé cómo puedo ayudar, conozco mi fin en la vida». Esta semana ha hecho un alto en la trepidante promoción de su libro 'Mujer tenías que ser', que ya va por la segunda edición, para participar en el podcast de la marca de alimentación 'Krissia' bajo el lema: 'Si haces lo que puedes, ya lo estás haciendo bien'.

Tras asistir a un taller sobre la técnica milenaria del surimi, Llasera se declara buena cocinera gracias a las enseñanzas de su madre. «Lo importante es comer de una manera equilibrada, sin pasarse, aunque yo a veces fallo. Empiezo una tableta de chocolate y me la como entera». Sin embargo, ha aprendido a no obsesionarse. «Ya no me peso. En mi casa no hay báscula. Mi propia ropa me avisa cuando me he pasado un poco. Y ahí intentas equilibrar o no, porque hay épocas de mi vida en las que me importa un pimiento. Y ahora estoy en una de ellas. Lo importante es estar saludable. El peso en este momento para mí es algo secundario, por no decir, lo último de la fila».

Opina Tania Llasera que en las redes sociales hay hambre de autenticidad. «Se han convertido en un escaparate muy editado que acaba generando frustración, pero el postureo no va conmigo». Hace unas semanas, protagonizó una polémica con Adriana Abenia en torno a una modelo con sobrepeso. «Adriana es amiga, ha venido a mi casa, hemos hablado. Lo zanjamos por lo privado y tranquilamente. Ella hablaba de que los extremos de la báscula no son sanos, y yo no defiendo lo contrario. Lo que pasa es que ella estaba obviando el hecho de que haya inclusión de gente en publicidad de todos los tamaños, algo que a mí me parece sanísimo».

'Mujer tenía que ser: para todas las que están hasta el coño'. Es el título completo del nuevo ensayo de Tania Llasera. «Puede parecer vulgar, pero es un libro elegante y muy valiente», defiende la autora. Ella en concreto está... «hasta las narices de llevar la agenda de ministra de la ansiedad sin tiempo para disfrutar de los míos». La presentadora asegura haber escrito el libro más generoso de su vida. «Porque en él me he vaciado por completo».

Tania es madre de Pepe Bowie, de seis años, y Lulu Lennox, de cuatro. Y por primera vez ha contado públicamente que sufrió dos abortos, ambos a las ocho semanas de gestación. «Sentía como que mi cuerpo no estaba haciendo su trabajo y se me echó el mundo encima, porque había engordado y yo estaba perdiendo un bebé. Luego vino una segunda vez. He convencido a mi marido para contarlo porque me parecía muy importante que la gente entendiera que no se puede juzgar a nadie por su físico. Nunca sabes lo que hay detrás, qué pérdida o qué momento están pasando».

Cambio de novio... y de pelo

Ella nunca ha ocultado que va con frecuencia a terapia. «Llevo 13 años con mi psicóloga. Acudí a los 18 por una crisis de identidad y a los treinta, cuando presentaba 'Fama'. En la cumbre de mi éxito televisivo empecé a llevar muy mal la popularidad y que la gente me reconociera por la calle. Llegué a tener agorafobia. Pero lo he trabajado, sudado y llorado. Y lo he superado. Hay que desestigmatizar la salud mental».

La mayor de tres hermanos, Tania cuenta entre risas que de jovencita la apodaron 'la peluquera' «porque cada vez que cambiaba de novio me cambiaba el pelo». Se recuerda como una niña pizpireta y muy curiosa, que dio paso a una adolescente difícil, «una gamberra total que se escapaba de casa». Ser hija de madre británica le dio alas. «Pasábamos todos los veranos en Inglaterra y eso te abre la mente». Crecer en Las Arenas la entrenó, según dice, para las redes sociales. «Ya sabes, pueblo pequeño, infierno grande. Cuando vas a comprar el pan te miran de arriba abajo. Hay que tener mucho cuidado estéticamente hablando y la piel muy gruesa para la cantidad de cosas que te van a decir». Sin embargo, siempre vuelve. «Cada mes y medio intento encontrar una excusa. A pesar de todo, me encanta mi pueblo».

Llasera no tiene proyectos televisivos en el horizonte. «Y no sé si este libro va a ayudar o lo va a empeorar porque es un ensayo feminista que te puede cerrar muchas puertas. Cuanto más tienes que decir, más invisible te vuelven -denuncia-. Pero yo sigo viva y plenamente activa, no soy un juguete roto de la tele».

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