

Secciones
Servicios
Destacamos
ARANTZA FURUNDARENA
Domingo, 16 de junio 2019, 12:05
Milanés, 26 años, hijo de italiana y egipcio, Alessandro Mahmood, de nombre artístico Mahmood, ganó la última edición del Festival de San Remo y quedó segundo en Eurovisión con 'Soldi', tema en el que vuelca la rabia que le produjo el abandono de su padre cuando solo era un niño. Pero el tiempo, la distancia y sobre todo el éxito lo suavizan todo. Hoy ha perdonado a su padre. Y hasta con Salvini se ha dado la mano.
- ¿Piensa seguir contando su vida en sus canciones o siente que se ha expuesto demasiado?
- Seguiré escribiendo canciones sobre temas personales o no. Todo lo que me rodea es un posible tema, como mi propia ciudad en 'Milano Good Vibes'.
- 'Soldi' significa dinero. ¿Qué es para usted el dinero ahora que empieza a ser rico y famoso?
- No me lo había planteado. El dinero es importante para llevar una vida digna, pero no ocupa el primer puesto en mi vida personal. Antes están las relaciones humanas.
- ¿Cómo encaja la fama un chico de la periferia?
- Siempre he querido hacer música y estoy listo para aceptar todo lo que me está sucediendo. Lo importante es qué valores tienes y a qué le das importancia. Ya no puedo hacer todo lo que hacía antes, pero es que antes nunca había montado en avión ni había viajado tanto.
- ¿Queda mucha rabia en su interior por el abandono de su padre?
- Digamos que es una rabia que ya he elaborado, un sentimiento relativo a un periodo de mi vida sobre el que he reflexionado mucho. Y he conseguido seguir adelante sin sentirme bloqueado.
- ¿Cómo le ha marcado lo que vivió en su infancia?
- Mi madre se encargó de que nunca me faltara de nada. Me permitió estudiar música. En realidad, he tenido una infancia bonita, siempre rodeado del cariño de mis numerosos primos. Crecí en buena compañía.
- ¿Considera el éxito de su canción una bofetada al vicepresidente Salvini, como se ha llegado a publicar en su país?
- Eso se remonta al mes de febrero, cuando gané el festival de San Remo. En realidad, en aquella ocasión Salvini simplemente expresó su preferencia por otro tipo de música.
- No era precisamente fan suyo... ¿Ha tenido ocasión de hablar con él?
- Salvini y yo hemos coincidido como invitados en un programa de televisión pero no fue un gran encuentro porque no hubo manera de hablar con él. Cuando por fin nos saludamos y pudimos estrecharnos la mano le dije: «Espero que este gesto no vaya a ser también malinterpretado».
- ¿Qué mensaje enviaría a quienes pretenden frenar la inmigración?
- Que piensen que el intercambio cultural que se deriva de la interacción con los otros siempre supone un enriquecimiento. Pero yo no me siento el símbolo de la inmigración. Si alguna vez escribo una canción sobre ese tema será porque ha surgido de forma totalmente natural.
- ¿Alguien le ha hecho sentirse extranjero en su propio país?
- Sí. Algunos me han hecho sentirme extranjero en mi propio país, pero solo después de mi triunfo en San Remo. De todas formas, me siento parte de una generación que no se cuestiona demasiado este asunto.
- En 'Soldi' canta una frase en árabe. ¿Se siente cercano a la cultura de su padre o el ser cristiano le aleja de ella?
- No me siento ni cercano ni lejano a la cultura árabe, pero estoy fascinado con el idioma y me encantaría aprenderlo.
- En Roma acaba de celebrarse la fiesta del 'Orgullo Gay'. Ellos denuncian que Italia vive un retroceso... ¿Está de acuerdo?
- Solo le diré que yo estoy por la libertad, todos deberíamos tener los mismos derechos. Deberíamos remar juntos en esa dirección.
- ¿Cree que la música puede cambiar el mundo?
- La música es un arma potentísima y ya ha demostrado que puede hacerlo.
- En Eurovisión habló de una Europa unida. ¿Era un toque de atención a los antieuropeístas?
- Yo hablaba de los jóvenes de otros países con los que estuve en contacto esos días, y del sentido de pertenencia a Europa que pude detectar allí.
- ¿'Soldi' es una forma de pagar una deuda pendiente con su padre?
- Nunca he sentido que tuviera una deuda pendiente con mi padre. En esa canción he querido contar la historia de una familia como tantas otras. Con mi padre hablé después de San Remo y me felicitó efusivamente.
- ¿Y usted le recibió con los brazos abiertos o hay cosas que no perdona?
- No solo con los brazos abiertos sino que nos fuimos a comer juntos. Simplemente, las personas en la vida hacen sus elecciones, eso es todo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.