El rapero T.I. vigila el himen de su hija de 18 años

Ala pobre hija del rapero T.I., Deyjah Harris, le dio tanta vergüenza que su padre contara en la tele hace un par de semanas que la somete a exámenes de himen para comprobar que sigue siendo virgen a sus 18 años que ha dejado de seguirle en sus redes sociales. Han oído bien. El artista de 39 años y siete hijos que se reitera en sus letras en asuntos como lo bien que se relaja con su perra o en lo mala mujer que es su zorra. No es de extrañar nada el tema viendo el concepto que tiene de las mujeres, porque aquí queda claro que no se trata de un recurso artístico, de la libertad de expresión de un cantante. No, aquí parece que lo que canta va en serio.

Con tal revelación, en su país, Estados Unidos, dejó con la boca abierta incluso a los más machistas, y lo peor es que además ha podido darles ideas. «Quedé horrorizada y enojada», dijo la legisladora demócrata Michaelle Solages. «Es una forma de violencia contra las mujeres y las niñas. Los comentarios de T.I. y el examen que le hace a su hija son inaceptables. Envía un mensaje de que las mujeres son una propiedad y eso está mal», añadió, antes de confirmar que va a presentar un proyecto de ley para prohibir estas prácticas no tan infrecuentes como deberían.

Al ver la que se había liado, el artista dijo que se había venido arriba durante la entrevista y que había bromeado y exagerado, aunque reconoció haberlo hecho cuando la cría tenía 15 y 16 años; cuenta que tras la fiesta de cumpleaños pegó una nota en la puerta de su habitación que decía: «Ginecólogo. Mañana. 09:30». La cosa suena más machista aún que la prueba del pañuelo que se sigue practicando en algunas bodas de la comunidad gitana, ya que, al menos, eso queda en manos femeninas y se vende como una tradición, como cultura (si es que esto es un consuelo). Aquí no, aquí es el rapero de las letras sexistas el que hace ese papel de 'jardinera' o 'ajuntadora'. Sería interesante saber qué tiene que decir la madre de la criatura en todo este asunto del que, obviamente, tiene conocimiento; el rapero dice que también iba a los exámenes.

Si no fuera tan terrible, daría hasta risa la ignorancia de este hombre a punto de entrar en la cuarentena y con más calle que las prostitutas a las que denigra en sus letras. ¡Si hasta tiene el valor de decir que ha tenido con su hija «la conversación sobre sexo»! Dios, qué le habrá contado a la pobre este señor que parece ignorar que el himen se puede traer roto de serie, que a veces es imposible distinguir uno intacto de otro que no lo está, que se puede romper sin sexo o que, incluso, se puede tener sexo y que no se rompa. Y que hay otras prácticas sexuales, caramba.

Se lo tuvo que decir el ginecólogo, lo confiesa él mismo sin ningún pudor: ««Llegaron y me explicaron: 'Bueno, solo quería que supiera que hay otras formas además del sexo con las que el himen puede romperse, como andar en bici, el atletismo, montar a caballo y otras formas de actividad física', me dijo el médico. Pero yo le dije: 'Mire, doctor, ella no monta caballos, no anda en bicicleta y no practica ningún deporte. Solo revise el himen, por favor, y deme los resultados con rapidez'».

T.I. tiene hijos varones, uno de 19, y es de suponer que no se preocupa de si el chaval permanece aún 'entero' o no. Al contrario, T.I. parece de esos que acompañaban a sus vástagos a hacerse hombres a un prostíbulo y le pagaban la faena. Es más, sabe que su hijo de 15 años, King, tiene relaciones, y admite que le parece distinto que el chico de 15 sea sexualmente activo a que lo sea su hija de 18.

La Organización Mundial de la Salud ha condenado públicamente esta práctica «médicamente innecesaria» y pide prohibirla: «Las pruebas de virginidad se basan en sistemas arraigados de discriminación contra las mujeres y las niñas. Refuerza aún más las normas socioculturales que perpetúan la desigualdad de las mujeres, incluidas las opiniones estereotipadas de la moralidad y la sexualidad femenina, y sirve para ejercer el control sobre mujeres y niñas». Sea o no una exageración la confesión de T.I. -aunque todo suena a disculpa improvisada-, la buena noticia es que ha servido para levantar la liebre sobre este turbio asunto.