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Rosanna Zanetti (i) luce una creación de la colección primavera/verano 2019 de la firma Andrés Sardá. Efe

Andrés Sardá y Malne bordan la femineidad valiente

The 2nd Skin Co. encandila con sus referencias al romanticismo y recupera su mejor versión del vestido de cóctel

Gloria Salgado

Madrid

Lunes, 9 de julio 2018, 13:49

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El barroquismo de Malne abrió este lunes la segunda jornada de los diseñadores consagrados en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWMadrid). Sus líneas de alta costura de los año 70 se mueven entre ideas tan variadas como la tendencia safari en su versión más lujosa, pierrot o bailarina, que se suavizan en un romanticismo contemporáneo. Ricos tejidos contrastan con elementos como la cuerda, el asta y la pluma de avestruz en un guiño al exotismo que siempre está presenta en sus potentes colecciones.

Una femineidad valiente, como la de Andrés Sardá. Un robo en un museo de Nueva York fue en esta ocasión la temática elegida por la firma de lencería como hilo conductor de su siempre estupendo espectáculo. La venezolana Rosanna Zanetti, esposa desde hace unos días del cantante David Bisbal, fue la protagonista de la 'película' de la jornada, que comenzó con los entrenamientos en África -representados con prendas de inspiración militar- y acabó con una sensual fiesta en Tokio pasando por una elegante persecución en París tras el atraco, con monos en tejido tecnológico que se adaptan al cuerpo como una segunda piel. Nuria Sardá, la directora creativa, y su equipo siempre se superan.

La sensualidad dio paso al onirismo de The 2nd Skin Co. y su referencia al romanticismo del siglo XIX en mangas y volúmenes cuajados de flores, tanto en encajes como estampados para una línea de cóctel extremadamente femenina, recuperando todo aquello que dejaron atrás en su anterior temporada. Del jardín de ensueño de la internacional firma se saltó al comedido aire festivalero de Roberto Torretta en su regreso a la MBFWMadrid de la mano de Anita Pallenber.

El estilo de la musa de artistas de los 60 y 70 conocida como la novia de los Rolling Stones sigue estando muy presente en la moda -pantalones muy cortos, abrigos de piel y botas cowboy-. El diseñador argentino relaciona el estilo glam rock con toques neohippies heredados del festival de Woodstock de 1969 para actualizarlo. El encaje blanco y la gasa marrón y gris ponen calma a los estampados de flores en una colección en la que también destacan los cuadros.

Futurismo y posguerra

La tarde comenzó fuerte con la faceta más futurista de Custo Barcelona. El catalán apostó solo por la línea de mujer en Madrid, dejando la de hombre para Nueva York. Su propuesta está pensada para la noche de la temporada estival, con brillos metalizados por doquier en piezas de creatividad extrema con múltiples detalles. Unos diseños tan inclasificables como los de Devota & Lomba.

La marca toma como referencia la ligereza y fugacidad del diente de león, con acabados, tejidos y formas que sugieren la ingravidez para la colección más relajada y naif de Modesto Lomba, con las poco habituales lentejuelas apoderándose de piezas a modo de preámbulo de su próxima colección de ceremonia. La firma no deja de lado sus estructuras arquitectónicas, fruto de las constantes investigaciones del modista, que ha decidido renovarse también en su página web, que se convierte en la primera en tener un atelier 'on-line' que ya no divide en la temporalidad de las estaciones sus prendas.

Malne, Custo Barcelona y The 2nd Skin Co. Efe
Imagen principal - Malne, Custo Barcelona y The 2nd Skin Co.
Imagen secundaria 1 - Malne, Custo Barcelona y The 2nd Skin Co.
Imagen secundaria 2 - Malne, Custo Barcelona y The 2nd Skin Co.

El último en subir a la pasarela fue el veterano Roberto Verino, que ya lleva 33 años, al igual que Agatha Ruiz de la Prada, en la semana de la moda madrileña. El modista celebra el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, el 11 de noviembre de 1918, con una revisión de las siluetas que emergieron de los años 20, sin olvidar la importancia de la década de los 40 en la moda. De esta última se toma la sobriedad regia, su elegancia imperecedera y su aire militar en prendas unisex envolventes y austeras como la pana y la napa. El punto geométrico de los años 20 reina en la caída del sol para ella -con bolsos de la exmodelo Laura Ponte-, mientras que él desfila al son de sastres de pata de gallo y punto alpino.

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