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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Anne ha sido embajadora de los 50 años de Thermomix con su restaurante efímero 'Cincuenta'. L. Reyes
«Me gustaría no ser tan cerebral»
Anne Igartiburu

«Me gustaría no ser tan cerebral»

«Últimamente he aprendido a reordenar mis prioridades, de alguna forma todavía estamos viviendo un duelo»

arantza furundarena

Sábado, 23 de octubre 2021, 00:11

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Más allá de los focos, las cámaras y los platós, Anne Igartiburu es una forofa de la psicología positiva y lleva doce años indagando en las técnicas del crecimiento personal. Sin embargo, el pasado miércoles aparcó por un rato el estudio de las emociones humanas para rendirse a la robótica. Junto a personalidades como el chef Paco Roncero y la actriz Lola Herrera, la presentadora inauguró en Madrid el primer restaurante del mundo donde los platos los cocina íntegramente un robot. Un restaurante efímero creado por Thermomix, el aparato que ha conseguido que Igartiburu haga unas croquetas como las de su 'amá'. «Me quedé sin madre muy jovencita y para mí era importante recuperar aquel sabor».

A sus espléndidos 52 años, la vizcaína de Elorrio sigue enamorada de una profesión que, como ella dice, le permite conocer a gente muy distinta en ámbitos muy diversos. «Lo mismo hoy estoy comiendo con un cocinero con estrellas Michelin que entrevisto a Víctor Küppers en mis redes sociales. Luego sigo con el programa 'Corazón' y he grabado 'Duelo en las alturas', un espacio sobre tesoros arquitectónicos de ETB1. Doy charlas para mujeres emprendedoras. Otro día estoy con mis hijos... Este trabajo me obliga a estar muy activa».

Este otoño supuestamente postpandémico lo ha inaugurado Igartiburu «mirando al futuro con ilusión». Pero admite que no ha sido fácil... «De alguna forma, estamos todavía viviendo un duelo». Se refiere la presentadora a los estragos emocionales causados por el coronavirus, no a su reciente separación. Con más de seis mil directos de crónica social a sus espaldas, Anne sigue mostrándose hermética en lo concerniente a su vida privada. El pasado mes de febrero se rompió su matrimonio con el director de orquesta granadino Pablo Heras-Casado, padre de su hijo Nicolás, de cinco años. «Nos llevamos muy bien, nos queremos un montón, tenemos una familia y adelante», zanjó Igartiburu.

Curtida en el 'coaching' y la psicología positiva, es de imaginar que las técnicas de crecimiento personal le han ayudado a sobrellevar la ruptura. «Últimamente he aprendido a reordenar mis prioridades», dice de nuevo en referencia a las lecciones impartidas por la pandemia... El pasado jueves, Anne se asomaba a sus redes para compartir un encuentro con el consultor Álex Rovira bajo el título: 'Descubre cómo potenciar un corazón sabio'. «Para mí, un corazón sabio es el que se comunica con la mente, el que trabaja la intuición y el poder de la emoción, el que gestiona bien los pensamientos», explica la presentadora.

Pero luego le preguntas si su corazón es sabio y suelta una carcajada... «Bueno, como el de todos, y esa es la gran paradoja después de más de seis mil programas del corazón». Lo cierto es que Anne lo intenta... «Estoy en el camino de escuchar lo que me dice el corazón, porque el cuerpo también te habla». Situar las emociones por encima de la lógica es el gran reto de esta mujer eminentemente racional. «Sí, tengo que reconocerlo -confiesa-, soy bastante cerebral y me gustaría no serlo tanto».

Anne Igartiburu Verdes fue en su infancia «una cría muy sencilla», que hacía vida de pueblo en su Elorrio natal. Practicaba deporte, corría, competía en atletismo, iba al monte, estaba en el grupo de bailes regionales, cantaba en el coro… Su padre era constructor y su madre, profesora y guía canina, una mujer muy altruista que falleció en 1987 al estrellarse su helicóptero de salvamento desde el que participaba en las tareas de rescate de un niño perdido en el lago de Enol. «Yo no era una niña soñadora sino muy práctica. Y muy a mi aire. Siempre en la vida he ido muy a mi aire», afirma la presentadora. Tampoco era excesivamente estudiosa, «pero sí muy responsable -puntualiza-, muy de hacer las cosas como hay que hacerlas y cuando hay que hacerlas. Hija de maestra, qué quieres...».

Hoy Anne es madre de dos hijas adoptadas (en India y en Vietnam) y de un hijo biológico. Se ha casado dos veces. La primera en San Juan de Gaztelugatxe, con el bailarín Igor Yebra, y la segunda en Elorrio con Pablo Heras-Casado. Pero, por encima de su trayectoria personal, la presentadora, latido a latido y campanada a campanada, se ha ido labrando una sólida carrera profesional que la ha convertido en un rostro imprescindible del universo televisivo. Anne lleva la sonrisa por bandera. Lo admite. «Tengo mis momentos, como todos, pero es cierto que normalmente intento ir con una sonrisa por la vida. Aunque ahora, con la mascarilla, echo de menos el poder sonreír más a la gente».

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