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Falta de medios. «De jovencito en Cuba remendé muchas mallas y zurcí muchas zapatillas». :: e. c.
«La danza fue mi pasaporte a la libertad»

«La danza fue mi pasaporte a la libertad»

José Manuel Carreño Bailarín ·

«En México hay miedo a que López Obrador convierta el país en otra Venezuela», dice el director del Ballet de Monterrey

ARANTZA FURUNDARENA

Domingo, 8 de julio 2018, 10:34

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No lo sacó de Cuba una balsa sino un 'grand jeté' que lo propulsó a la escena internacional. Tras brillar en el Royal Ballet, el American Ballet, el Bolshoi y el Kirov, este habanero separado y padre de una hija residente en Nueva York, es a sus 50 recién cumplidos el director artístico del Ballet de Monterrey, en México, el país que acaba de darle un vuelco a su historia en las urnas.

- ¿Cómo va su gira por España?

-Muy bien. Ahora estamos actuando en el teatro Tívoli de Barcelona con 'El lago de los cisnes' y 'La Bayadera'. De esta gira me llevo el haber bailado por primera vez en mi vida en una plaza de toros, yo que nunca he visto una corrida...

-¿Cómo está el cuerpo de un bailarín a los 50?

-Con dolorcillos, je, je... Los bailarines siempre tenemos dolores. Y no es que nos curemos, es que nos acostumbramos a ellos. Pero me siento muy vivo, en plena forma.

-Será porque ha tenido una maestra incombustible.

-De Alicia Alonso creo haber heredado la disciplina. Ella la tiene incluso en exceso. A los alumnos que le decían que tenían fiebre y se encontraban mal siempre les respondía: «Pues toma tu clase de ballet y te sentirás mejor».

-Y pensar que a los cubanos se les considera indisciplinados...

-Es que lo somos. Yo he vivido muchos años en Londres y en Nueva York y cada vez que vuelvo a Cuba me enfado con la gente por la impuntualidad y la irresponsabilidad.

-Bueno, también hay más alegría de vivir.

-Es verdad. En Inglaterra y en Estados Unidos se vive para trabajar.

-¿Bailar fue su pasaporte a la libertad?

-Sin duda, lo fue. Salí de Cuba en 1990, a los 22 años, para irme a bailar a Londres. Quería ser libre. Yo fui uno de los artistas pioneros si no el primero que recibió un permiso para salir de Cuba. Tenía una invitación de Londres y el gobierno me autorizó a salir.

-¿Pensó en no volver?

-No. Nunca quise romper mi vínculo con Cuba ni mucho menos con Alicia Alonso, con el ballet. Ellos tenían un festival, me invitaban y yo iba. Además, mis padres siguen viviendo en La Habana.

-¿Sufrió reproches por dejar la isla?

-Pues sí, sentí ese reproche por haberme marchado pero el sol no se puede tapar con un dedo. El talento está por encima de todo.

-Y ahora cuando regresa, ¿cómo ve su país?

-Con grandes problemas económicos que afectan al ballet. La escuela cubana produce muchísimos bailarines. Da envidia en el mundo entero. Pero cuando pasan a la Compañía Nacional de Cuba ahí se ve el deterioro, la decadencia. Me duele ver una producción cubana de 'El Quijote' con un triste telón de fondo.

-¿Le piden ayuda?

-He llevado varias veces a Cuba maletas de zapatillas y mallas. De crío remendé muchísimas mallas y zurcí los agujeros de muchas zapatillas. En Cuba aprendes a sobrevivir.

-¿Nota la huella del 'narco' en Monterrey?

-No. Sufrió ese azote hace unos años pero cambiaron la policía y ahora en la ciudad te sientes muy seguro y muy tranquilo. No llevo escolta ni he visto asaltos. Al llegar, me impresionó ver patrullando por las calles camionetas de soldados o policía estatal empuñando metralletas. Pero ya casi me he acostumbrado.

-¿Qué ambiente se ha respirado durante las elecciones?

-Hubo mucha tensión. La gente discutía, murmuraba... No sabían quién iba a salir. Había incertidumbre.

-Pues ha ganado López Obrador, aunque El Bronco de Monterrey vaticinaba que iba a juntar «menos gente que un perro atropellado»...

-El Bronco es todo un personaje. Sí, al final ha ganado López Obrador, pero percibo nerviosismo en muchos mexicanos. Temen que convierta México en otra Venezuela.

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