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Uno de los empalaos a punto de salir.
Uno de los empalaos a punto de salir. HOY
Valverde de la Vera

Fervor y sacrificio con los empalaos

Los penitentes recorren las calles de la localidad descalzos, con la cara tapada para preservar el anonimato y portan una cruz envuelta en cuerda que rodean todo su torso

Gloria Jover

Miércoles, 22 de marzo 2023, 13:06

Las calles empedradas de Valverde de la Vera recobran durante la madrugada del Jueves al Viernes Santo el emocionante caminar del Vía Crucis deLos Empalaos, Fiesta de Interés Turístico Regional.

A partir de medianoche las calles de la localidad cacereña de La Vera se estremecen con el sonido de las vilortas, una pieza de hierro que al golpearlas producen un sonido que indica que el empalao ya se encuentra recorriendo las calles de Valverde en un particular Vía Crucis donde los penitentes realizan este rito motivado por una promesa o manda de carácter íntimo e individual con el fin de dar gracias porque se haya cumplido su petición.

Este peculiar Vía Crucis se celebra la madrugada del Jueves al Viernes Santo

Los Empalaos son vestidos por personas que tienen experiencia y han aprendido este ritual de generación en generación. Los penitentes portan una enagua blanca con puntilla de cintura para abajo a modo de falda. Su torso se cubre con sogas de esparto que van sobre su propia piel desnuda. Estas sogas envuelven al empalao desde la cintura, ascendiendo hasta los hombros, cubriendo todo el torso.

Proceso de vestimenta de los empalaos.

A continuación, es el turno de los brazos, que se unen a un timón de arado y se remata con vueltas de soga que aseguran y muestran la figura impactante del empalao. De la mitad de sus brazos penden un par de vilortas y tres anillas de hierro entrelazadas, que sirven para mantener el equilibrio y el peso. Las vilortas, junto a un silencio sepulcral, invaden las calles creando el sonido característico de esta celebración de Semana Santa. El penitente camina descalzo y una estola de un blanco impoluto cubre sus brazos y hombros al igual que lo hace el Cristo del Humilladero.

Llevan un velo blanco para preservar la identidad sujeto con una corona de espinas de naranjo o zarzamora

Sus rostros se cubren con un velo blanco para preservar la identidad del penitente y se sujeta con una corona de espinas de naranjo o zarzamora. Detrás de su cabeza, atadas al timón, llevan dos espadas cruzadas como símbolo de valentía.

Colocando la soga alrededor de los brazos y manos.

Recorrido y penitencia

El Empalao va acompañado durante todo su recorrido del Cirineo, una persona que se oculta bajo una manta y de su más absoluta confianza que le alumbra el camino y sirve de apoyo si fuera necesario.

Hombres y mujeres cargan con una cruz atada al cuerpo mediante un proceso de vestimenta complicado y portando una corona de espinas, mientras recorren descalzos las 14 estaciones del Vía Crucis.

A los empalaos les acompaña el Cirineo, una persona de su confianza que le alumbra el camino

Como viene siendo costumbre, cada empalao sale a medianoche desde un lugar secreto y realiza un recorrido que dura unas dos horas aproximadamente.

Este rito de penitencia llega a su momento álgido cuando se produce un encuentro entre empalados. Estos se cruzan y se arrodillan el uno frente al otro como señal de respeto y unión entre ellos. Y sin mediar palabras comprenden y comparten su alegría por poder realizar este rito y cumplir así su promesa.

El penitente porta una corona de espinos.

Tras finalizar el solemne recorrido llega la hora de desvestirse. Los penitentes regresan a sus casas y se quitan los metros de soga que envuelven su cuerpo.

Una vez los brazos y torso quedan al descubierto, se pueden apreciar las marcas en su piel, que serán tratadas con friegas de alcohol de romero. El momento culmen de este rito llega con el abrazo del penitente a su familia, un momento mágico y esperanzador en el que los sentimientos afloran.

Historia y arquitectura que se conservan en el tiempo

Esperanza Mayero Sánchez Alcaldesa de Valverde de la Vera

Historia y arquitectura que se conservan en el tiempo

Valverde de la Vera es un pueblo cargado de historia y arquitectura popular que se conserva con el paso de los tiempos. Sus calles empedradas, sus monumentos, sus regueras con el fluir del agua durante todo el año y sus gentes, atrapan a todo aquel que nos visita.

Es un pueblo vivo con multitud de eventos que se consolidan año tras año. Alguno de ellos es el proyecto colaborativo de las mujeres del municipio Tejiendo la Calle. Las mujeres transmiten su saber y las labores de antaño con parasoles tejidos de plástico reciclado de gran tamaño. También tenemos festivales en la naturaleza como el Green Festival.

Sobrecogedor

Pero sin ninguna duda si hay un evento que nos define y nos hace diferentes a los demás son Los Empalaos. Un rito íntimo y singular que sobrecoge a todo aquél que decide visitarnos la noche del Jueves Santo. Es un rito que se viene realizando desde tiempo inmemoriales. Cada año los penitentes procesionan por las calles empedradas de nuestro municipio para cumplir su promesa. Animo al visitante a disfrutar de este rito y si no pudiera en la fecha estipulada tenemos un Museo del Empalao y Casa Verata que explica el rito y la arquitectura popular de la comarca.

Valverde está declarado como el pueblo más bonito de España y hace honor a este grupo de municipios que destacan por su arquitectura, monumentos bien conservados, tradiciones y la naturaleza. Los espacios naturales que existen en el extrarradio de la localidad nos permiten realizar varias rutas senderistas que muestran la vegetación y fauna de la zona. También contamos con varios puntos de avistamiento de aves en el núcleo urbano y periférico. Por todos estos motivos y muchos más Valverde es un destino turístico perfecto. No dudes en venir a visitarnos, os esperamos.

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