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El Cristo de la sangre sobre una cama de claveles rojos.
El Cristo de la sangre sobre una cama de claveles rojos. FOTOS CEDIDAS POR ELENA GIL Y LAURA JESÚS
San Vicente de Alcántara

Una apuesta por la emoción de los encuentros

La ciudad del corcho vive con pasión una Semana Santa en la que su rica imaginería procesiona por las calles de la localidad acompañada de sus vecinos

Gloria Jover

Miércoles, 22 de marzo 2023, 11:54

Es la festividad del Corpus Christi, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional desde 2011, la que posiciona a San Vicente de Alcántara en el mapa de fiestas y tradiciones del país. Sin embargo, la conocida como Ciudad del Corcho también vive con pasión y fervor la Semana Santa, cuyas procesiones no tienen nada que envidiar a otras quizás más conocidas de la región.

Su arraigo entre los vecinos, la rica imaginería, la diversidad de actos y procesiones, así como la gran movilización social, hacen que esta celebración sea un atractivo muy importante dentro del calendario cultural del oeste extremeño, y tiene una incipiente proyección hacia la vecina Portugal.

La Semana Santa sanvicenteña representa fielmente la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo; es decir, desde que Jesús llega a Jerusalén proclamado Salvador, hasta que es procesado, muerto y enterrado y resucitado al tercer día.

Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, los actos se multiplican entremezclando la fe, la devoción y el folklore tanto en el templo parroquial de San Vicente Mártir, como en las calles principales. En ellas aguardan los vecinos el paso de las estaciones de penitencia y esperan con emoción los encuentros entre Jesús y su Madre que caracterizan a las procesiones de esta localidad de la Raya.

Siete hermandades

De puertas para adentro, esta Semana Santa se cuece a fuego lento durante meses a través de las siete hermandades, cofradías y agrupaciones parroquiales que la hacen posible, siempre al amparo de la Junta Local de Hermandades y Cofradías.

El Nazareno y la Virgen de los Ángeles a las puertas de la iglesia.

En todas ellas radica el movimiento social que supone esta celebración para el municipio, donde tienen cabida más de medio millar de hermanos cofrades, centenares de costaleros o portadores, y muchas personas anónimas que aportan su granito de arena para que todo sea posible.

Todas trabajan para que se vivan momentos únicos e irrepetibles. El Domingo de Ramos se produce el Encuentro de 'La Borriquita' con la Virgen de los Ángeles en la plaza del Cristo, donde los jóvenes costaleros mecen a Jesús entrando en Jerusalén de forma impoluta al son de la música y lo levantan al cielo.

La Borriquita se reúne con la Virgen de los Ángeles en uno de los Encuentros más especiales

El Vía crucis comienza con la Virgen de las Lágrimas el Lunes Santo junto a la salida del Amarrao, una talla que data del siglo XVII realizada por Sánchez Taramas.

La Virgen del Rosario toma el Martes las calles de la localidad. Y con el Miércoles llega la esperada procesión con el imponente Nazareno, del siglo XVII, y realizado por Sebastián de Paz. A la imagen le acompaña las de la Virgen de los Ángeles y el Ecce-Homo.

Ya de madrugada suena la campanilla y el tambor con el Calvario portado en la mano de sus costaleros y, horas más tardes, su salida en andas junto a la icónica Dolorosa y su bello exorno floral.

La Dolorosa en el Santo Entierro.

Sobrecoge la madrugada del Viernes Santo con la presencia en la calle del Cristo de la Sangre y el silencio sepulcral que solo se ve irrumpido por el tintineo de una campanilla; y en su mañana, con los primero rayos de luz del día, recorre las calles la Virgen de la Piedad junto a sus feligreses para después volver al respeto y luto que profesa el Santo Entierro y la salida de la 'Soledad' en busca de su hijo en la solitaria noche.

El Domingo llega el júbilo con la Resurrección y el espectacular encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen del Rosario que, como cada año, se celebra en la plaza del Cristo. Tras las reverencias, la Virgen se despoja de su manto de tristeza para portar uno nuevo de tonos sutiles e hilo dorado que simboliza, junto al sonido de las marchas religiosas, la alegría de volver a ver a su Hijo.

Con el paso de los años San Vicente de Alcántara ha sabido adaptarse a ese relieve particular y original que sobrepasa el sentido estrictamente religioso para invadir el terreno del arte, de la música cofrade, del folklore popular y el de la repercusión económica en la hostelería y en el turismo. La Semana Santa sanvicenteña invita al recogimiento, a la fe y disfrutar de ella en todo su esplendor.

El trabajo de un pueblo por mantener las tradiciones

Andrés Hernáiz de Sixte Alcalde de San Vicente de Alcántara

El trabajo de un pueblo por mantener las tradiciones

La situación que ofrece San Vicente de Alcántara es privilegiada. La Ciudad del Corcho por antonomasia está enclavada en un territorio de frontera, donde se asiste a un cruce de culturas y se disfruta de la inigualable riqueza natural que flanquea a su término municipal: la Sierra de San Pedro y la Sierra del Naranjal en España, y la Sierra de São Mamede en Portugal.

Además, en su rico patrimonio pervive la huella de los antiguos pobladores, destacando sus monumentos megalíticos o los castillos de Mayorga y Piedrabuena.

Quien llega hasta nuestra localidad atraído por sus muchos atractivos, percibe desde el primer momento la amabilidad y hospitalidad de sus gentes, y la Semana Santa es un momento especial para comprobarlo.

En los últimos años, la Semana Santa sanvicenteña ha adquirido una gran dimensión gracias a la generosa implicación de quienes forman las hermandades y cofradías.

Tradición viva

No es baladí que su riqueza reside en su historia, en el trabajo de cientos de personas y en una viva tradición que se transmite de generación en generación.

A ello añadimos la valiosa y única imaginería, que se complementa con una explosión de folklore en los atractivos y cada vez más vistosos desfiles procesionales.

Como alcalde orgulloso de su pueblo, os invito a descubrir San Vicente de Alcántara en cualquier época del año, pues existe un dinamismo social y cultural que goza de una salud extraordinaria.

Nuestro entorno natural es el lugar perfecto para practicar senderismo, cicloturismo, pesca recreativa o disfrutar de la astronomía. Las tradiciones tienen en los 'Mascarrones' en honor a San Vicente Mártir y en el Corpus Christi a sus máximos exponentes, aunque no podemos dejar atrás el arraigo del Carnaval, las romerías, la multitud de actividades del verano con SubeRock a la cabeza, o el bullicio día y noche que supone la feria de San Miguel.

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