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Los tres 'vivas' a San Antón marcan el inicio de 'La Encamisá'.
Los tres 'vivas' a San Antón marcan el inicio de 'La Encamisá'. FOTOGRAFÍAS DE HOY
Navalvillar de Pela

La unión de un pueblo que venció al enemigo

Los peleños se salvaron de la invasión árabe haciéndoles creer, en la oscuridad de la noche, que eran un ejército numeroso montado a caballo. Esta victoria fue dedicada a San Antón

Isabel Ambrona

Miércoles, 22 de marzo 2023, 12:40

La Encamisá, también conocida como 'Carrera de San Antón', es una Fiesta de Interés Turístico Regional que se celebra cada año en la víspera de San Antón en la localidad pacense de Navalvillar de Pela.

Durante este festejo los peleños conmemoran su victoria sobre un ejército árabe cuando estos, en plena conquista de la península ibérica, intentaron invadir el pueblo. Los repiques de campanas y los estruendos de cohetes marcan el inicio de la fiesta, cada 16 de enero a las 20 horas de la noche.

Juntos, peleños y forasteros, dan vivas al santo patrón: San Antón Abad, guardián de la fiesta. Es en ese momento cuando los corazones de todos los participantes explotan de júbilo y alegría.

Los repiques de campanas y los estruendos de cohetes marcan el inicio de la fiesta cada 16 de enero

A caballo, en burro o en la infantería los asistentes, ataviados con sus vestimenta típicas, tienen por delante tres horas de fiesta en las que la alegría, la hospitalidad, las hogueras, el vino y los 'biñuelos' no faltan.

El origen de la fiesta

Cuenta la leyenda que el origen de esta fiesta se remonta a la Edad Media, durante la Reconquista, cuando el ejército árabe que acampaba en la sierra, quiso invadir el pueblo.

Los peleños eran pocos pero para evitar ser conquistados tiraron de picaresca e idearon una treta militar para hacer creer al ejército invasor que en el pueblo se había instalado un gran ejército, con una cantidad ingente de guerreros.

Fue por este motivo por el que los vecinos se vistieron con camisas blancas, pañuelo multicolor al cuello, faja a la cintura y gorros puntiagudos (para parecer más altos), quedando así completamente uniformados, igual que un ejército de verdad.

Así, divididos en dos grupos: la infantería y la caballería, comenzaron a dar vueltas alrededor del pueblo para hacer el máximo ruido posible y parecer un grupo más numeroso y fuerte.

Es típico el reparto de vino entre vecinos y visitantes.

Dado que la treta se desarrolló durante la noche, los peleños encendieron hogueras por todo el recorrido por el que los vecinos se unirían a ese gran ejército.

Toda la caballería iba detrás de un jinete. Portaban una gran bandera blanca y un tambor que llamaba a filas a todos los habitantes que había en el pueblo para formar de este «gran ejército» e «ir a la guerra» contra los árabes.

El ejército invasor tuvo tanto pavor al ver el gran destacamento que acampaba en el interior del pueblo, que huyó atemorizado y los vecinos consiguieron su objetivo: no ser invadidos.

La estratagema salió tan bien, que cada año se conmemora esta victoria. En la fiesta participan más de 10.000 personas y más de 1.200 caballos, unas cifras muy importantes para un municipio que apenas alcanza los 5.000 habitantes.

En 'La Encamisá' participan cada año más de 10.000 personas y más de 1.200 caballos

Elementos clave de la fiesta

Algunos de los elementos más representativos de esta fiesta son el pregón del Mayordomo, que se pronuncia desde los balcones del Ayuntamiento, en la plaza de España, y marca el inicio de La Encamisá una vez dados los tres «vivas» a San Antón.

El tambor es el encargado de llamar a filas a todos los vecinos, caballería e infantería. Con la Bandera da tres vueltas al recorrido y siempre es un niño o niña menor de 12 quien se encarga de asumir este papel. y, normalmente, son acompañados por su padre o algún familiar directo.

La bandera, que va junto con el tambor, posee una simbología militar. Se encargan de llamar a filas al ejército de vecinos que pretendía hacer frente a la invasión de los árabe. La bandera, que hondeada por antiguos miembros de la Cofradía, es de color blanco y de grandes dimensiones.

La infantería está formada por una Charanga de Música, el Mayordomo, la Cofradía y cuantos vecinos se quieran incorporar. Cumple la representación de ser el ejército a pie y su cometido es hacer el mayor ruido posible y algarabía para hacer creer al grupo invasor que en el pueblo había muchos soldados.

La infantería está formada por la Charanga de Música.

Por otro lado, la caballería es el conjunto de jinetes que conforman el ejército montado. Realizan el recorrido de La Encamisá detrás de la infantería, lanzando vivas al Santo durante toda la representación.

Las mantas de madroños o mantas guapas, el gorro o el pañuelo son algunos de los elementos más característicos de esta festividad.

Las mantas de madroños son un producto de artesanía peleña, utilizado para engalanar los caballos. Se tejen con lana y están compuesta por una zona central, enrollada, y dos zonas, en los laterales, compuesta por madroños, unos 100 o 50, a cada lado. Es un elemento muy preciado debido al elevado valor económico que posee: entre 5.000 y 7.000 euros.

El gorro

El gorro que visten los peleños en su fiesta por excelencia es un pañuelo multicolor de seda, que se coloca sobre la cabeza y anudado a un palo (llamado gamonito) para parecer más alto y como una clara referencia a un casco militar.

Por último, el pañuelo multicolor que va anudado al cuello es un distintivo personal de cada jinete, ya que cada pañuelo es único y diferente.

Los jinetes deben ir completamente uniformados con camisa blanca, faja de color en la cintura, pantalón oscuro de paño, botas camperas, zahones, pañuelo multicolor al cuello y gorro puntiagudo.

Las hogueras, que son encendidas en las calles y esquinas del recorrido, tienen la función de simular las de un gran destacamento militar en el municipio para que el ejército árabe creyera que el pueblo contaba con un gran número de soldados.

Por último, el reparto de vino y 'biñuelos', son obsequios gratuitos que se realizan desde remolques de tractores. Lo hacen los vecinos de la localidad y se hace desde cierta altura para facilitar la entrega a los jinetes que van a caballo, así como a la infantería, a los forasteros y a cuantos vecinos quieran degustar.

'La Encamisá', una cita que traspasa lo festivo

Francisco Javier Fernández Alcalde de Navalvillar de Pela

'La Encamisá', una cita que traspasa lo festivo

Navalvillar de Pela es mayormente conocida por nuestra fiesta de Interés Turístico Regional La Encamisá.

Si me preguntan por qué esta fiesta es tan importante para los peleños y para todos aquellos que un día emigraron y que hacen todo lo posible para acompañarnos la noche del 16 de enero, tengo que decir que es una fiesta que traspasa lo festivo.

Es una emoción, una familiaridad, un compartir, que desde pequeños se lleva en el corazón.

Esto hace que todos los peleños sintamos un orgullo y una pasión por nuestra fiesta que la hace única, y que hace que todos aquellos forasteros que nos visitan se sientan uno más del pueblo y lo vivan con una emoción que traspasa fronteras.

La noche del 16 de enero solo hay amistad, compañerismo, ganas de abrazarse, por eso estos años de pandemia ha sido imposible celebrar nuestra fiesta.

Vinos y biñuelos

No se entiende nuestra Encamisá sin abrazar al amigo, sin compartir un vaso de vino, sin degustar nuestros 'biñuelos' en las casas que amablemente abren sus puertas a todos los visitantes, en definitiva sin el contacto directo.

La figura del tamborilero también es algo que se nace con las ganas de serlo. Todos saben repicar el tambor mejor o peor y el tambor es de obligado cumplimiento para los Reyes Magos o Papá Noel para todos los niños peleños a lo largo de su infancia.

Pero Navalvillar de Pela, además de San Antón tiene otras muchas cosas. Bien es cierto que no tenemos grandes obras arquitectónicas. Esto se debe a que, en gran parte, a que la historia de nuestra localidad nunca ha dependido de ningún marqués, duque u orden religiosa.

También contamos con un gran patrimonio natural. El Pilar del agua vieja, el Chorrero, Moheda Alta o las Torretas son enclaves naturales de gran importancia y relevancia tanto por su flora como por su fauna.

Estos parajes son visitados todos los años por multitud de senderistas, naturalistas y, sobre todo, por los amantes de las grullas, pues la zona de Moheda Alta es un enclave utilizado por ellas para descansar durante su migración.

Como alcalde solo me cabe invitar a todos los extremeños y a todos aquellos que nos quiera visitar a nuestra localidad y a nuestra fiesta, que está llena de luz y color.

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