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Gloria Jover
Miércoles, 22 de marzo 2023, 12:38
Los visitantes que llegan en febrero a Montehermoso pueden cruzarse con ocho negritos acompañados del personaje burlesco del Palotero y del Tamborilero que recorren las calles de la localidad para danzar, cantar y rendirse ante San Blas. Esta es una tradición que ostenta el título de Fiesta de Interés Regional desde 2006 y contiene cantidad de ingredientes que la hacen único, como la devoción al santo, la carga lúdica, la leyenda, la música, la danza, trajes e instrumentos centenarios: todo un ritual que ha ido pasando de generación en generación.
La cita rinde honores a San Blas y responde a la leyenda, de origen desconocido, de una familia que cada día 2 de febrero se acercaba al pueblo a pedir limosna y, a cambio, ofrecían sus danzas.
Se trataba de una familia muy pobre y que acudían año tras año a realizar sus bailes. Tras 17 años, la familia temía cansar a los habitantes, por lo que decidieron tiznarse la cara con una corcha quemada, haciéndose pasar por otro grupo de danzantes.
Pero, para su asombro, aunque el engaño fue descubierto, fueron recibidos por los vecinos de la población con la misma alegría que en años anteriores e invitados a volver cada año por las mismas fechas. Y así nace esta tradición tan peculiar y que por San Blas, a los negritos verás.
De esos 17 años visitando el pueblo parten las 17 danzas que estos días bailan los ocho Negritos, el Palotero y el Tamborilero; danzas con nombres tan peculiares como la Zorrita, el Cordón, la Emperadora, el Mambrú, la Culebra y el Alma del cura, entre otras.
Esta fiesta hace que durante esos días el pueblo cacereño tenga como banda sonora los ritmos del tamboril, la flauta y las castañuelas.
Todo comienza el día de Las Candelas. Los protagonistas, el grupo de negritos, se preparan y portan su gorra y blusa tradicional. Junto a ellos se encuentra el palotero que porta el traje tradicional pero aun sin tiznar. A continuación, comienza la procesión de La Velá.
El grupo de negritos junto al mayordomo se dirigen a la misa mayor celebrada en la ermita de San Blas, uno de los atractivos del municipio. Y a su llegada, el grupo dedica unas danzas al Santo y la salida, los mayordomos portan al santo y junto a él posesionan los negritos hasta la plaza Mayor. Una vez aquí el grupo dedicará sus 17 pintorescas danzas a San Blas, mientras los mayordomos venden los cordones de colores bendecidos que, según recoge la leyenda, previenen los dolores de garganta.
Esta celebración se ha ido adaptando a las nuevas formas de vivir las tradiciones. Por lo que las danzas se ven acompañadas de un programa que contempla talleres infantiles para enseñar a los más pequeños a tiznarse la cara, vestirse, danzar, hacer y tocar castañuelas, así como el pasacalles tradicional de los Velones, paella popular, orquesta y el conciertos, entre otras actividades.
Es una forma de preservar esta tradición en la que los más pequeños pueden participar y sentirse parte de la historia de su pueblo empapándose de sus festividad para que os Negritos de Montehermoso sigan atrayendo a curiosos y la festividad se siga viendo envuelta y acogida por un buen número de emigrantes que regresan a su localidad esos días.
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J. López-Lago y María Díaz | Badajoz
Josemi Benítez
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