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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Una retroexcavadora dejando camalote sobre un volquete junto al Guadiana en Las Bardocas. C. Moreno

Un volquete de camalote cada ocho minutos

La UME ha conseguido automatizar la retirada de esta planta invasora

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Jueves, 1 de enero 1970

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Cada día a las ocho de la mañana un autobús de 31 plazas de cuyo interior es imposible borrar los restos de barro recoge a los militares de la Unión Militar de Emergencias (UME) del cuartel General Menacho. Otros compañeros se desplazan en todoterreno y antes de que den las nueve una explanada junto al Guadiana, a la que se accede por caminos desde la pedanía pacense de Gévora, se convierte en un campo de operaciones militar en toda regla. Esta vez el enemigo es el camalote y, atendiendo al plano que despliega el capitán Naharro, la batalla se libra en lo que se conoce como Las Bardocas.

La UME lleva ya más de una semana en Badajoz, han actuado bajo el puente de la autovía, en la zona conocida como Brazo Jamaco y uno de sus responsables, el capitán Naharro, aseguraba este martes que han sacado ya más de mil volquetes llenos de camalote. Cada uno tiene diez metros cúbicos, lo que equivale a entre 4.000 y 5.000 toneladas de esta planta.

Esta sección del Ejército creada en 2005 jamás se había enfrentado a una misión parecida y esta la consideran «un reto», dijo este martes Naharro. Desde que llegaron el día 15 han conseguido automatizar un sistema de retirada que consideran eficaz para que esta planta invasiva desaparezca del río Guadiana. Eso sí, todos los militares con los que habló ayer este periódico a pie de obra admitían que el trabajo resulta agotador, lo que explica que se hayan acordado relevos cada nueve días.

La estrategia que se supone convertirán en una esforzada rutina hasta que acabe el invierno se resume en corte y extracción por un lado, carga por otro y transporte para finalizar, una operación que este martes ocurría aproximadamente cada ocho minutos, frecuencia con la que un volquete cargaba en la orilla y descargaba a apenas cincuenta metros.

Primer trabajo desde el agua

El primer paso se da en el agua, con militares con trajes de vadeo que van rompiendo a mano y con utensilios las manchas de camalote. Son ayudados por las barcas donde tres tripulantes –uno al motor y dos con rastrillos– van acomodando la planta para que unas barreras flotantes puedan rodearlo y así llevarlo hasta la orilla, donde el brazo de una retroexcavadora saca al fin la planta.

De momento, la UME trabaja río arriba respecto a la ciudad de Badajoz. Les han asignado un tramo de 35 kilómetros y un equipo se coloca frente a otro cubriendo la margen izquierda y derecha.

«El rendimiento está siendo productivo, pero hay que ser realistas, hay mucho trabajo»

Álvaro Naharro | Capitán del I Batallón UME

En total deben limpiar 172 kilómetros de río. Cuentan con la ayuda de Tragsa, que son los medios que pone la Confederación Hdrográfica del Guadiana y la prioridad sigue siendo que la planta invasora no alcance aguas portuguesas río abajo.

Según explicó este martes el capitán Naharro, al mando del primer batallón de intervención, en la última semana la lluvia ha dificultado la tarea. «No obstante, el rendimiento está siendo productivo, pero hay que ser moderadamente optimistas, sobre todo realistas. Hay mucho camalote y por tanto mucho trabajo».

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