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Fernando Paillet, en el Centro Hermano de Badajoz. :: j. v. a.
De vivir en la calle a tener su propia empresa

De vivir en la calle a tener su propia empresa

Tras pasar por el Centro Hermano de Cáritas, Fernando Paillet fabrica cajones flamencos y ofrece talleres de musicoterapia

A. RUBIO

BADAJOZ.

Sábado, 11 de noviembre 2017, 08:10

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Fernando Paillet llegó a Badajoz en 2015. Fue el año en el que todo empezó a cambiar para él. «Antes mi vida había dado muchas vueltas», confiesa. Es su manera de explicar, al principio de la conversación, lo que más tarde reconoce con mucha entereza. «He vivido en la calle durante más de ocho años y he pasado por un programa de rehabilitación para alcohólicos en el Centro Hermano de Cáritas».

Ahora sigue acudiendo a grupos de autoayuda. «Me siento fuerte y frágil a la vez. También con mucha ilusión. El miedo siempre está ahí, pero ahora sé que la vida está llena de metas que alcanzar y, de hecho, ya estoy logrando muchas», comenta Fernando, que acaba de cumplir 46 años y actualmente vive en un piso autogestionado de Cáritas en la capital pacense.

Se trata del último paso antes de volver a reinsertarse en la sociedad y tener una vida normalizada. Es el final de un proceso que ha sido «largo y duro», pero que está empezando a dar sus frutos. Uno de ellos es su propia empresa, un reto que no habría podido alcanzar sin los programas de empleo en los que ha participado y la ayuda de Fides Banca Ética.

Fernando ha montado Latidos Art, un negocio basado en la fabricación de cajones flamencos y en talleres de musicoterapia. «El proyecto nació a través de 'Diseñando tu empleo', un programa de formación para emprendedores organizado por el Ayuntamiento de Badajoz. Luego recibí una beca de la Cámara de Comercio», comenta Paillet, que empezó a fabricar cajones en el taller de ebanistería de Cáritas y para conseguir ayuda económica contactó con Fides.

«Recurrir a la banca tradicional era imposible. No tengo ningún aval y es muy difícil acceder a cualquier entidad en mi situación. En Fides me pidieron que enseñara el proyecto y avalistas morales. Así que hice el plan de empresa en el Punto de Acompañamiento Empresarial y luego reuní a mi gente más cercana y les conté mi idea. A ellos les pedí que mi único requisito era un aval moral y confiaron en mí. Firmaron un documento y se lo transmitieron a Fides. Eso fue emocionante, pero a la vez te exige mucha responsabilidad», añade Paillet, que ya ha vendido varios cajones flamencos con su firma.

En Fides le han ayudado con unos 3.000 euros, cantidad que le está sirviendo para pagar las cuotas de autónomo. Ahora está a la espera de la subvención para el fomento del autoempleo y cuando la reciba devolverá el dinero que le han prestado. «Eso es lo que he firmado en el convenio con Fides Banca Ética», concluye Fernando, un amante del arte y la música que se ha armado de valentía para que su propia empresa sea una realidad. «Ha nacido de gente que ha estado en la calle y es una manera de demostrar que es posible salir».

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