Oficinas del Ayuntamiento de Mérida donde se tramita el impuesto de plusvalía. J. M. Romero

Las viviendas que dicen adiós a la plusvalía

Los precios de las compradas durante el 'boom' aún no se han recuperado en las principales ciudades extremeñas, por lo que se librarían de pagar el nuevo impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana

Viernes, 12 de noviembre 2021, 07:32

No se han recuperado los precios. Por norma general. Pese al repunte que se está notando en los últimos meses, el sector de la vivienda ... extremeño no ha vuelto a los niveles en los que se movía entre 2000 y 2005, en plena burbuja inmobiliaria. «No eran razonables; en Badajoz se llegaron a vender viviendas de cuatro dormitorios frente al puente Real en 350.000 euros», reconoce Antonio Correa, gerente de la inmobiliaria García y Márquez.

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Los pisos y las casas en todas las grandes ciudades de la región, como sucedió en el resto del país, se depreciaron entre 2007 y 2013. En algunos casos, ni siquiera han subido desde entonces. «En Plasencia, tenemos desde hace ocho años viviendas entre 65.000 y 70.000 euros en la zona de Dolores Ibarruri, frente a los Múltiples, cuando en 2005 llegaron a 120.000», pone como ejemplo Miguel Martín, comercial de la inmobiliaria Jociles.

Ese estancamiento también se comprueba en otras zonas. En la ciudad de Cáceres, en la zona de la calle Argentina, los pisos cuestan lo mismo ahora que hace diez años. Por el contrario, sí ha habido un alza en los precios desde que tocaron suelo tras la crisis, sobre todo gracias a la evolución más reciente, en barrios de Badajoz y de Mérida. «La subida está siendo progresiva y acorde a la normalidad», detalla Correa.

Los pisos están más caros que en 2013 en la zona emeritense del IIIMilenio, por ejemplo. «En 2015 recuperaron su precio previo a la crisis, unos 56.000 euros y ahora están sobre los 65.000», según Manuel Cabrera, gerente de Viprés.

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Una tendencia que se repite en Valdepasillas, en Badajoz, pero sin volver a precios de la burbuja. «Viviendas que estaban en 250.000 euros en 2007 pasaron a costar 130.000 en 2013 y ahora han subido a 180.000», indica Correa, que prevé un incremento mayor en los próximos años.

Viviendas en Valdepasillas, en Badajoz

2006: 50.000 euros/ 2013:130.000 euros / 2021:180.000 euros

Edificios de la calle Argentina, en Cáceres

2004:120.000 euros / 2013:75.000 euros / 2021:80.000 euros

Todos estos ejemplos ponen de manifiesto que muchos propietarios han pagado el conocido como impuesto de plusvalía en Extremadura sin obtener un beneficio en la venta de sus viviendas. «Se tomaba como referencia el valor catastral y se aplicaba un coeficiente siempre positivo que hacía que saliera a pagar aunque el precio por el que alguien vendía fuera más barato que por el que había comprado», explica el gerente de Viprés.

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Una persona que compró un piso en una de las zonas mencionadas en plena burbuja inmobiliaria, además de perder dinero con su venta, tenía que hacer frente a la plusvalía.

El nuevo impuesto aprobado por el Gobierno hará que esto no pueda suceder. Se podrán tomar dos referencias, la que venga mejor al vendedor: la diferencia entre la compra y la venta o unos nuevos coeficientes catastrales. De esta forma, no se pagará una plusvalía si el precio de venta de un inmueble es inferior al de compra.

Unifamiliares

La caída de precio durante la crisis fue menor en algunas zonas de las ciudades. «La gente no podía vender sus pisos porque les daban menos que los que les quedaba por pagar de hipoteca», expone como causa Montse Caballero, de la placentina inmobiliaria Caballero. «Eso motivaba que se recurriera a la dación en pago y se lo quedaran los bancos», apostillan desde Jociles.

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Eso afectó principalmente a las unifamiliares, que se han comportado, y lo siguen haciendo, de manera un poco diferente. La pandemia ha provocado que las familias prefieran casas. «En los cuatro meses tras el confinamiento vendimos más chalés que en diez años», asegura el gerente de García y Márquez.

Casas adosadas en la zona de El Prado, en Mérida

2004:216.000 euros / 2010:120.000 euros / 2021: 170.000 euros

Bloque de pisos en el barrio de Miralvalle, en Plasencia

2005: 110.000 euros / 2013:60.000 euros / 2021:80.000 euros

«El sector solo se ha recuperado verdaderamente en las unifamiliares», considera Caballero, que añade que en Plasencia se ha vendido recientemente una promoción a 180.000 euros por casa. Unos niveles parecidos a los que había antes de la crisis.

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También han repuntado en los últimos años los precios en la zona de El Prado, en Mérida, pero sin acercarse a los que tenían en los primeros años del siglo XXI. Los adosados que se pusieron a la venta en 2004 por 216.000 euros, tocaron suelo tras la crisis económica en 120.000. «Ahora están en 170.000 euros», apunta Cabrera.

Curiosamente, sí se está notando un fuerte incremento en los precios de las viviendas unifamiliares con jardín. La inflación en el precio de los materiales de construcción y la falta de mano de obra está provocando que quienes desean hacerse una casa tengan que esperar mucho tiempo o enfrentarse a unos costes muy superiores a los que tenían planteados. Por tanto, están recurriendo a viviendas ya construidas y su precio está subiendo al haber muy pocas en venta. «En Ciudad Jardín, en Plasencia, se vendían en 2005 por 220.000 euros y cayeron hasta los 185.000 en 2013; ahora están pidiendo cerca de 300.000 euros por algunas», comenta Martín.

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Esas mismas causas –inflación de materiales y mano de obra– van a tirar hacia arriba de los precios de las viviendas de nueva construcción, según las previsiones del sector. «Lo lógico es que repercuta también en la segunda mano», concluye Correa.

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