Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Martes, 18 de diciembre 2018, 07:42
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
«Joé, tío, mi madre ahora pone 'yutube' y no puedo ver series. Y si le digo algo, coge la tipa y se parte de risa, pero sigue viendo el 'yutube' de los cojones», le dice la novia al novio y el novio responde lleno de razón, sentenciando con autoridad y con conocimiento de causa: «¡Qué hija (y lo que sigue), tu vieja!».
El párrafo anterior está lleno de arcaísmos porque hablo de novio y novia, pero la pareja de la conversación no se trataba así, con estos términos tan antiguos, sino que iban del churri al cari y del cari al churri, cambiando el tratamiento sin que mediaran hechos sustanciales, lo que me dejó con la duda de si eran caris o eran churris, es más, llevo unos días inquieto y preguntándome: ¿Qué denota más cariño y familiaridad, cari o churri? Es más todavía: ¿Si eres cari, te puedo presentar a mis padres y si eres churri, no, o es al revés? Y ya puestos: ¿Ser cari o churri te da autoridad y conocimiento para llamar hija de (y lo que sigue) a tu suegra en potencia?
También es antiguo completar el taco con esa expresión de repelentes niños educados que en lugar de decir gilipollas decíamos, supongo que alguno quedará que siga diciéndolo: gili (y lo que sigue). Esto de no escribir tacos ya no se lleva ni en periodismo, al menos en periodismo radiofónico, donde en los carruseles o dices cojonudo, la leche, hosti (y lo que sigue), incluso en partidos de la selección española, o no tienes futuro detrás del micrófono.
En fin, puedo concederme la gracia de escribir cojonudo y la leche, pero cuando era niño, me iba a confesar cada vez que decía hostia y me cuesta horrores escribirlo, aunque ya no lo considere pecado mortal, sino solo mala educación, y aunque en los carruseles acabará sustituyendo al gol: «Menuda hosti (y lo que sigue) se ha llevado el Madrid por toda la escuadra, pipipipipipiiii».
El caso es que iba un servidor (lo de un servidor también se las trae, otro arcaísmo que te cagas que te meas... También yo sé ser moderno, ven qué guay: te cagas que te meas). Pues eso, que delante de mí iban los dos cari-churris cuya vieja veía 'yutube', lo que la convertía de inmediato en hija de (y lo que sigue). Al escuchar aquella barbaridad, muchos más transeúntes de los que usted cree (estamos en un país de viejos) giraban la cabeza escandalizados. Pero en esto llegamos a un semáforo y descubrimos a una chica muy alta, muy elegante y muy atractiva que fumaba. Los hombres la miramos con instinto antiguo y mirada moderna, es decir, con mucho disimulo, y las mujeres la miraron como siempre han mirado las mujeres a una congénere alta, elegante y atractiva, que no voy a decir cómo la han mirado siempre porque tengo mucho miedo a las redes sociales. Pues eso, que la estábamos mirando-admirando cuando va la tía (no puedo reprimir lo de tía) y tira el cigarrillo al suelo. Después, saca un papel del bolsillo de su americana y también lo arroja al suelo. Y una señora normal de elegante, de alta y de atractiva, pero que no fumaba, la miró con desilusión y le soltó un: «¡Qué guarri!» muy moderno y tan rotundo que quien más quien menos nos dejamos llevar por la sonrisa.
No contentos con tanta animación callejera, una viejecita de pelo blanco 'Pantén' la avisó con ironía malvada: «Señorita, se le ha caído un papel» y en la antesala del paso de cebra se instaló tal regocijo que casi todos pusimos cara de expectación y de ruego: «Que no se ponga nunca verde, por favor, y que suceda otro imprevisto desopilante (¿a quién se le ocurre escribir desopilante?)».
Y tuvimos suerte porque se puso verde, sí, pero al cruzar, vimos venir de frente a una dama encopetada, algo mayor, pero muy cardada, muy de pieles, muy de sombra aquí y sombra allá, que en medio de la calzada provocó con su garganta un espeluznante sonido gutural que culminó en un solemne, centelleante y certero gargajo nueve milímetros parabellum. «Así se hace», dijo una voz castiza. Muchos reímos y la vida siguió en el 'yutube' y en los semáforos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.