Una vida de dibujo en dibujo

Mayte Alvarado es de esas personas que a una isla desierta se llevaría una libreta con hojas en blanco y todos los lápices que pudiera para dibujar.

Autora de cómics e ilustradora, es una de las tantas artistas que se abre camino en este complicado mundo en el que reconoce que hay un nivel altísimo. Ahora acaba de publicar 'La isla' (Reservoir Books), su primer cómic largo, ya que hasta entonces todo lo que había hecho no solía superar las 64 páginas. «Cuenta la historia de una isla y sus habitantes y una leyenda basada en que para sobrevivir al mar hay que hacer determinados sacrificios. Hay dos personajes con sus circunstancias y prefiero no adelantar mucho más», relata sobre su última obra, que salió al público el pasado 10 de junio.

Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Extremadura y ha hecho de grafista para productoras que trabajan para la televisión autonómica, si bien como ilustradora y autora de cómics ejerce aproximadamente desde 2014, siendo 2015 la fecha de la publicación de su primer cómic, el género que le apasiona.

Entre otros trabajos, ha ilustrado para la editorial Alfaguara La Casa de Bernarda Alba, la obra 'Descalzos. Los doce apóstoles de Mexico', editado por la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, en la que narra algunas aventuras misioneras. También ha iluminado con sus lápices pasajes del Quijote a través de un bestiario que se convirtió en exposición itinerante. Por otro lado, las hemerotecas confirman que el cineasta Pedro Almodóvar tiene obra suya colgada en alguna de sus paredes. Se debe al Festival Solidario de Cine Español de Cáceres, cuando en marzo de 2018 el director manchego compró la obra sobre la película 'Tacones lejanos' realizada por la artista extremeña. Su perfil de Tebeosfera además recoge la publicación de 'Escrito al margen' (2019) y los cómics breves como 'Jardín' o 'El barco', seleccionado este último en el I Concurso Nacional Biblioteca Insular de Gran Canaria y publicado en el tomo recopilatorio 'En corto' (2018).

Mayte Alvarado recientemente tuvo un encuentro con sus lectores a través de un taller que se organizó en la Biblioteca Santa Ana de Badajoz, que organiza un Club de Lectura Viva. «Básicamente en estos actos la gente lo que quiere saber es cómo afrontas tu proceso creativo. Uso papel y lápiz para los bocetos, luego las pinturas acrílicas y escaneo. Yo voy trabajando en la paginación y luego distribuyo el contenido (...). En mi caso con La isla tardé dos años. Me da respeto haber dedicado un tiempo de mi vida tan largo, pero es que en mi caso tampoco trabajo con un guion cerrado. El confinamiento tampoco fue decisivo porque en ese momento ya lo tenía bastante avanzado».

Sus obras están destinadas al público adulto, en ellas predomina el dibujo sobre el texto, y aunque no es capaz de calificar con palabras su estilo, sí considera que no hay que buscar adaptarse a modas de manera artificial. «Debes hacer siempre lo que consideras que debes hacer. No ir buscando por dónde van los demás», afirma.

Entre las múltiples reseñas de su obra que pululan por Internet parece haber cierta unanimidad en que el suyo es un estilo onírico, reposado, sin apenas líneas rectas y que evoca tranquilidad. «La lectura de cómic es diferente a la de otra literatura, pero mi generación está acostumbrada a los cómics. Empezar a leerlos de repente puede costar un poco, quizás porque se ha perdido un poco la edición de obras infantiles, pero creo que se está retomando, y algo le ha pasado también a los cómics para la etapa juvenil y que no te dejaban evolucionar, aunque por suerte también esto se está corrigiendo. Además, el manga sigue tirando mucho», dice esta artista que ahora mismo tiene varios proyectos sobre la mesa y no descarta adentrarse en el universo infantil con sus dibujos.

Esta historietista extremeña trabaja en su casa, en el centro de Badajoz, y busca seguir una rutina. Aunque se conceda cierta flexibilidad, no niega que su profesión sea difícil. «Además de que es complicado, el año pasado fue especialmente duro y hubo que ir tirando de todo, de talleres, de maquetación,...», admite.

No obstante, ahora son la editoriales las que se fijan en su obra, un paso más como artista respecto a aquellos primeros años dedicados a la autoedición, cuando ella y sus compañeros Borja González y Rui Díaz crearon el sello 'El verano del cohete', una experiencia que duró apenas cinco años y que sirvió para que cada uno pudiera editar sus trabajos y abrirse un hueco en el sector.

Ahora mismo, con Reservoir Books, han diseñado a medias el producto final y se confiesa encantada con cómo ha quedado 'La isla'.

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