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La bailaora emeritense Fuensanta Blanco, en el acueducto de Los Milagros. JOSÉ MANUEL ROMERO
Una vida dedicada al flamenco

Una vida dedicada al flamenco

Extremadura en femeniNo ·

Fuensanta Blanco Sánchez-Cortés | Bailaora

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Lunes, 11 de octubre 2021, 07:24

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Asegura que el destino le tenía marcado ineludiblemente el camino. No había otra opción que dedicarse al flamenco. A ser bailaora. En su casa de la barriada emeritense de María Auxiliadora había afición y eso era un buen punto de inicio. Y a ella le sobraba pasión e ilusión para el baile. Lo que no estaba escrito para Fuensanta Blanco Sánchez-Cortés era que sus padres y sus dos hermanas asumieran el sacrificio de dejar Mérida e irse a vivir a Córdoba para que la pequeña de la familia, a los 11 años, iniciara unos estudios en el conservatorio de danza con vistas a una todavía insegura carrera profesional.

Hija de un repartidor de bebidas y dueño de un bar y de una osteópata, Fuensanta ha trabajado en espectáculos en Italia, Alemania, Francia y Japón. Tiene cinco premios a sus espaldas y cuatro producciones propias de baile flamenco. A esta chica de barrio de la capital de Extremadura la vida le ha ido rápido, pero de manera exitosa. Apenas ha cumplido 26 años.

Con apenas 16, Fuensanta Blanco formó parte de la compañía 'Nosolodanza', y desde entonces no ha dejado de taconear y ahora hace sus pinitos como cantaora para complementar sus espectáculos. Está el frente de su compañía pero antes se ha codeado con La Fura dels Baus (el espectáculo 'Amor brujo, el fuego y la palabra', del director Carlus Padrissa), Eva Yerbabuena, Antonio Canales, 'El Junco', María Pagés, 'La Lupi' y Álvaro Paños.

Con 26 años, ha trabajado con la Fura dels Baus, ha sido profesora en Japón y recibido ya cinco premios

Unas vacaciones en Córdoba están detrás de todo lo que le ha pasado a Fuensanta Blanco. «Con mis padres y mis hermanas fuimos a un tablao como espectadores y aluciné. Fue un flechazo con el baile flamenco. Nos dijeron que allí había un conservatorio de danza y mis padres dieron el gran paso de su vida: venirnos todos a vivir a Córdoba para que aprendiera danza. Es algo que jamás olvidaré», resume a HOY esta joven locuaz, vivaracha y que no deja de pensar en cuál será su próximo montaje flamenco.

Constancia y dedicación

Lo hace mientras atiende a este periódico desde la ciudad portuguesa de Évora, a la que le une muchos vínculos con su Mérida natal. Luego irá a Madrid, donde incrementa su bagaje académico con un curso de Pedagogía Flamenca. De las tablas a las aulas. Fuensanta Blanco no para.

«Valoré el esfuerzo que suponía para mis padres que dejaran Mérida para venir a Córdoba por mí. Un esfuerzo que hizo que adoptara el rol de la constancia todos los días en el conservatorio», rememora con firmeza.

«No se me olvida el día en el que una profesora, Estrella Muñiz, me preguntó qué de dónde era porque el acento no le sonaba. Le dije que de Mérida y que mis padres habían dejado su ciudad por mis estudios. Estrella me dijo que no me quería ver ni un día sentada, que me quería ver sudando todos los días porque mis padres habían cambiado su vida para que yo bailara», culmina a modo de singular recordatorio la bailaora extremeña.

A los 18 años se fue a Sevilla tras una etapa de formación inicial en la capital cordobesa. Se fue al Centro Andaluz de Danza para perfeccionar su aprendizaje como incipiente bailaora. Y ahí amplió experiencia y se consolidó.

Mientras trabajaba en espectáculos también se implicaba en la promoción del flamenco en Extremadura y, sobre todo, en Mérida, «una ciudad en la que hay mucha pasión y mucho talento».

En la plaza

Fruto de eso fue la actividad que lideró junto a las escuelas de baile existentes en la capital regional el 21 de octubre 2017, en la Feria Chica gitana. Fue en la plaza de España. 400 personas participaron en un gran baile flamenco. Un llamado 'flashmob' que dejó impronta.

Ya para entonces el nombre de Fuensanta Blanco Sánchez-Cortés no era ajeno al mundo flamenco nacional. La mejor prueba, la sucesión de galardones. En 2014 ganó el primer premio de baile flamenco 'Mario Maya' del concurso Jóvenes Flamencos de la Diputación de Córdoba. Obtiene el segundo premio de baile en el Nacional de la ciudad de Ubrique en junio de ese mismo año. En 2017 obtuvo el segundo premio de baile flamenco del concurso de la Federación de Peñas Flamencas de Sevilla. Y consiguió otro segundo lugar en el concurso nacional de baile flamenco de Almería.

El último y gran reconocimiento le llegó desde la región murciana: el pasado 17 de septiembre fue la ganadora del primer premio del primer concurso nacional de baile por taranto de Cartagena, alzándose con el galardón 'Carmen Amaya'. «El flamenco de Extremadura existe, aquí estamos la gente joven y sobre todo una mujer, dando el callo, para llevar la tierra bien lejos. Estoy muy orgullosa de que esto sea un empujón para que ese mensaje siga fluyendo», señaló al recoger ese reconocimiento. Su pensamiento en pocas palabras.

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