El viaje de un rey que acabó en un Goya

Quiero dar las gracias y dedicar este Goya a Extremadura, mi tierra, porque gracias a toda su gente y a sus instituciones he podido cumplir dos sueños. El primero, personal, dedicarme a hacer dibujos animados en mi pueblo, Almendralejo. Y otro, muy importante para los extremeños, haber sido capaz de reconciliar a Las Hurdes con Buñuel». Fueron las palabras que pronunció José María Fernández de Vega al recoger el distintivo más importante del cine español.

Si rebobinamos hasta el origen de esta historia, nos situamos en el año 1922, cuando el rey Alfonso XIII visitó la comarca de Las Hurdes «para conocer los males de este pueblo y hallar el remedio necesario», según un documento audiovisual de 12 minutos en el que puede verse la expedición. Hay quien opina que el paso del monarca fue motivo de progreso, ya que después se mejoraron considerablemente las carreteras, la sanidad... Y quien piensa que el vídeo mostraba lo peor de la zona y que los comentarios tremendistas del locutor tampoco ayudaban lo más mínimo.

Una década más tarde, Luis Buñuel, que en su momento quedó fascinado con las imágenes del rey en Las Hurdes, se encontraba perdido artísticamente, ya que los surrealistas le habían dado de lado. Se topó entonces con sendos libros de Gregorio Marañón y de Maurice Legendre sobre la comarca cacereña y decidió plasmar cómo vivían sus habitantes. Obtuvo la financiación en un premio de lotería que le tocó a su amigo Ramón Acín, que también participó en el guion.

'Tierra sin pan' se filmó del 23 de abril al 22 de mayo de 1933. Su proyección causó tal polémica –a la que el cineasta ya estaba acostumbrado– que fue censurada. En París se estrenó a principios de los años 40, también con el consiguiente escándalo. Tiempo después se supo que Buñuel forzó ciertas escenas, como la de la cabra despeñándose o el burro comido por las abejas. Este documental, narrado a posteriori por Paco Rabal, dejó una negra impronta sobre esta comarca. En las imágenes se aprecian enfermos de bocio y paludismo, y hasta el cadáver de un bebé. Además, se explica que hasta hace poco tiempo, el pan era desconocido en esa tierra, de ahí el nombre de la obra, de 27 minutos de duración.

A pesar de la oscura y atrasada apariencia que mostró de los hurdanos, Luis Buñuel dio a conocer esta comarca extremeña al mundo. Muchas personas ven en el documental la intención de ayudar. Otros creen que se ensañó con la crudeza de las imágenes. Lo cierto es que este trabajo no dejó indiferente a nadie y lo consolidó como director.

Coincidiendo con el 75 aniversario del rodaje y 25 del fallecimiento de su creador, el ilustrador cacereño Fermín Solís publicó un cómic denominado 'Buñuel en el laberinto de las tortugas'. Un título simbólico que hace un guiño a los tejados típicos de las casas hurdanas.

Esta novela gráfica, una recreación subjetiva –aunque profusamente documentada– del rodaje de 'Tierra sin pan', cayó un día en las manos del almendralejense José María Fernández de Vega, que se planteó darle vida y movimiento. En un principio pensó en un cortometraje de animación, pero se dio cuenta de que tenía material para un largo. La película 'Buñuel en el laberinto de las tortugas' dura 80 minutos y ha contado con un presupuesto de 1,8 millones de euros. Dibujada fotograma a fotograma, es la vigente ganadora del Goya 2020 a la Mejor película de animación. El final feliz que merecían Las Hurdes.