Inmigrantes bajando de una patera al llegar a España. HOY
Un país que nunca se acaba

Mis vecinos inmigrantes no usan machete

Cáceres sale rana. El exconcejal Teófilo Amores enseñó cómo pasar de las tonterías de Vox

Lunes, 15 de julio 2024, 07:24

En la primera planta de mi edificio, hay un piso de acogida ocupado por inmigrantes africanos. Como son muy jóvenes, temí que se tratara de ... un grupo de esos terribles menas que llegan a España, es decir, menores emigrantes no acompañados, que se caracterizan, según el líder de Vox, por llevar machetes, violar y robar.

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Atendiendo a esas características, me interesé por el tema de las violaciones, pero varias vecinas, que han coincidido con ellos, me han asegurado que no ha habido ningún intento de violación. Es más, son educados, dan los buenos días y las buenas tardes y, en el colmo de la atención, abren la puerta, ceden el paso y sonríen. Pero no me he quedado tranquilo y me he interesado por los robos en el edificio. Me han informado de que ha habido algún asuntillo, pero el protagonista no ha sido ningún joven inmigrante africano sino un catovi (Cacereño de Toda la Vida) de pura sangre.

No contento con las informaciones negativas sobre violaciones y robos, me he centrado en los machetes. Seguro que llevan uno escondido, me dije. Así que los he observado con atención, fijándome en los pliegues de sus ropas, atendiendo a brillos de hojas de afilado acero, a empuñaduras historiadas. Pero nada, tampoco llevan machete. Si hubiera visto alguno, lo hubiera distinguido enseguida porque un servidor sí que tuvo una vez un machete con su funda de cuero. Pero claro, entonces era flecha de la organización falangista OJE; increíblemente, tenía 11 años y fue en el campamento juvenil Emperador Carlos de Jerte. Aunque lo importante es el matiz: yo llevaba machete para defender a España y los menas lo empuñan para atacar a los españoles.

En Cáceres, todo esto de los menas no nos suena a menores inmigrantes, sino a autobuses, a la empresa Mena, que hacía la ruta de Aliseda

En resumen, mis vecinos inmigrantes del piso de acogida ni llevan machete, ni violan, ni roban, así que tranquilo, no son menas. En Cáceres, de todos modos, esto de los mena no nos suena a niños asesinos, sino a empresa de autobuses. Sí, la empresa Mena, que hacía la ruta de Cáceres a Aliseda. Ahora, esa ruta la hace la empresa Damas, que tiene un nombre más de orden, más como dios manda: no es lo mismo viajar en un autocar de damas que en un autocar de menas.

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Quién nos iba a decir hace un año que el pacto Vox-PP en Extremadura se iba a romper por culpa de 30 niños no acompañados que acogerá la región. Sí, ya sé, es un poco más complejo que eso, pero no por ello es un pretexto menos estúpido, que, por cierto, viene a dar la razón a María Guardiola un año después. Si no hubiera habido pactos con Vox en mayo de 2023, hoy Feijóo sería presidente. Ahora ya es un poco tarde, aunque es verdad que gracias a esos niños 'forajidos', el PP se centra y se coloca en mejor posición para ganar.

En Extremadura, Ignacio Higuero, consejero de Vox, lamentó primero tener que dejar un trabajo apasionante y acabó abandonando su partido y manteniendo su puesto en el Gobierno extremeño. Eso es lo malo de depender de un partido tan centralista que ni tan siquiera tiene estructuras autonómicas: todo se decide en Madrid, como si España fuera una y, para ser grande y libre, no pudiera acoger a inmigrantes, aunque luego sean esos inmigrantes quienes, en lugar de violarnos a machetazos, cuiden de nuestros padres.

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Al final, se ha impuesto el modelo Teófilo Amores, aquel señor de Cáceres que salió concejal por Vox en 2019, pero se desmarcó en cuanto entendió que lo iban a gobernar desde Madrid sin dejarle tomar decisiones cacereñas. Ahora es lo mismo: te dejan ir por libre en toros y caza, pero en cuanto a Madrid le interesa romper, se rompe a machetazos políticos y los militantes, a obedecer. Salvo si son de Cáceres.

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