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Vara

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El nuevo presidente tiene una ardua tarea, una responsabilidad importante porque esos votos mayoritarios le convierten en la persona que los extremeños creen idónea para hacer que vivan mejor

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Viernes, 28 de junio 2019, 11:33

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De las muchas cosas que se dijeron, más bien que se le dijeron al presidente en el debate de investidura, me quedo con la recomendación que le hizo la portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel. No sé si exactamente el presidente «debe arriesgar y hacer historia», por esa combinación de mayoría absoluta y última etapa al frente de la Junta, pero sí creo que Guillermo Fernández Vara tiene una oportunidad única para hacer de verdad lo que quiera, para ejecutar las medidas que considere prioritarias para la región. No solo porque no depende de nadie, sino porque tiene el aval de los extremeños que le han dado su apoyo masivo e indiscutible. Por eso en estos cuatro años no hay excusas. La política que se llevará a cabo es la de los socialistas, para bien o para mal. De ellos depende y de nadie más. Es la consecuencia de la doble cara de las mayorías absolutas. Porque a la vez que facilitan la acción de gobierno, también agrandan las responsabilidades.

Y en estos cuatro años todas serán del PSOE y, especialmente, del presidente. Porque no hay trabas, más que las legales claro, para sacar adelante las medidas decididas; para cumplir, en definitiva, lo que se promete. O lo que es lo mismo, cuidar y defender a agricultores y ganaderos y también a ese medio ambiente que hace especial a esta comunidad, a poder ser sin olvidar que la prioridad deben ser las personas; y conseguir crear empleo para que al menos los que aún están aquí se queden. Pero también sería bueno, quizás, que se distribuyera la riqueza por encima de números de residentes y se ajustaran subvenciones a necesidades reales, para que lleguen a quienes de verdad las necesitan; que se facilitara el desarrollo de todas las comarcas sin cortapisas políticas; que se nivelaran de una vez los recursos humanos y técnicos en el mapa sanitario para evitar que cualquier ciudadano de esta tierra, resida donde resida, tenga que esperar meses para una consulta y más para una operación; que se asentaran y ampliaran los servicios en la zona rural; que culminaran unas infraestructuras ferroviarias en condiciones e imprescindibles especialmente para los empresarios y sus mercancías y, sobre todo, que se buscaran inversiones privadas y se facilitara su llegada a todas las partes de Extremadura, porque el gran reto es que la despoblación no avance. Y para eso los que siguen aquí tienen que poder vivir. Y no de ayudas.

Guillermo Fernández Vara, a pesar de la mayoría absoluta o precisamente por ella, tiene una ardua tarea por delante, una responsabilidad sobre su espalda importante porque esos votos mayoritarios le convierten en la persona que los extremeños creen idónea para hacer que vivan mejor. Un objetivo inmenso, se mire como se mire, y mucho más difícil de alcanzar que cualquier pacto.

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