Borrar
Directo Directo | Con la Crucifixión termina el Vía Crucis en el Cerro de Reyes de Badajoz
Noticia de El Norte de Castilla comentada en Pedraza. :: A.T.
Tuits de pueblo

Tuits de pueblo

En los bares rurales se encuentran periódicos comentados a bolígrafo

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 7 de octubre 2019, 07:56

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Que levante la mano quien, teniendo más de 50 años, no ha utilizado alguna vez las hojas del periódico como papel higiénico. Era lo natural en aquellas casetas de madera de los corrales, que ejercían de cuarto de baño cuando en nuestros pueblos no había aún agua corriente. A veces, las casamatas eran lujosas y había un rollo de El Elefante, papel tan áspero como bonito. ¡Molaría una edición 'vintage' de El Elefante suavizando la textura!

Tampoco existen las sábanas «higiénicas» del periódico Ya, que leía y reciclaba mi abuelo en Ceclavín. Ni vale eso de que las noticias de hoy sirven para envolver el pescado de mañana. El pescado te lo introducen en bolsas de plástico herméticamente cerradas, que son muy monas y muy limpias, pero no tienen la gracia de aquellas páginas del HOY recién llegadas desde la pescadería, que las desenrollabas y aparecían unas pijotas suculentas que alegraban el ojo y el paladar.

El periódico en papel sigue siendo multiusos: hecho un ovillo protege los vasos de cristal en un traslado y colocado en el fondo del cubo de la basura, absorbe cualquier líquido suelto. Es también en la basura donde reposan, envueltos en periódicos para no cortar, los cristales cuando se rompen.

En algunas casas, se sigue estilando colocar sábanas de papel de periódico para absorber el agua del suelo recién fregado y evitar que se pise. En Cáceres, vendían las raspaduras de los pasteles en cucuruchos de papel prensa. Y en cucuruchos semejantes se despachaban golosinas y legumbres a granel.

Con papeles de periódico mojados y prensados se hacen tacos para el fuego y también servían y sirven para confeccionar gorros de loco o crear máscaras y caretas. Nada como un buen periódico si necesitas limpiar el parabrisas del coche y en la Vuelta Ciclista a España, comentaban los locutores las bondades de unas hojas de periódico para protegerse del viento, del frío y del calor: basta con que el ciclista se coloque el papel con las noticias entre el maillot y la piel.

La utilidad de los periódicos es variada y, aunque solo sea por eso, merecería la pena que el diario en papel siguiera existiendo. Nos dirán los modernísimos que solo en las ediciones 'online' se pueden comentar las noticas e interactuar. Pero no es verdad. El periódico en papel también permite los comentarios y las interactuaciones entre los lectores.

Vean si no lo que me sucedió en Pedraza, un bonito pueblo situado en la sierra de Segovia. Resulta que, tras recorrer la villa y admirar sus encantos, me senté en una terraza de su plaza porticada a tomar un café, que en realidad es lo que más me gusta de los pueblos bonitos y de los feos: sentarme, beber café y observar.

Lo primero que observé en Pedraza fue que no servían en las mesas de las terrazas de la plaza, así que me levanté y entré en el bar El Soportal a pedirme uno solo con hielo. Mientras me lo preparaban, busqué con ansiedad un periódico y allí estaba El Norte de Castilla. Lo cogí, empecé a hojearlo y me llamaron la atención no las noticias, sino los comentarios escritos junto a los titulares. Allí, bajo las letras gruesas, un glosador anónimo dejaba en una frase su opinión sobre el artículo o, simplemente, ironizaba. En la noticia encabezada con un titular relativo a las malas condiciones de los cuarteles de la Guardia Civil, escribía con su pulcra letra a bolígrafo: «Ninguno tiene bañera de chorros». Y calificaba una información sobre la decoración de unas pacas de paja con obras de Van Gogh como: «CHORRADA», con mayúsculas.

Todo el diario estaba lleno de opiniones de tinta azul, que refutaban o aplaudían los parroquianos del bar de viva voz. Me emocionó encontrarme en Pedraza con algo tan antiguo como comentar la prensa escrita con un boli. Julián Mate es el autor de las glosas, llega sobre las 10.30 a El Soportal y, según el jefe, echa allí la mañana. Para Julián, el periódico en papel sigue siendo útil.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios