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Pasajeros del vuelo Badajoz-Tenerife a punto de embarcar. :: C. M.
A Tenerife en Business

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No acaban de entender que los extremeños somos viajeros normales

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Miércoles, 24 de julio 2019, 07:44

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La fábula del huevo y la gallina, ¿qué fue antes?, se puede aplicar a los trenes y a los aviones extremeños. ¿Viajamos poco en tren porque nuestros ferrocarriles se han quedado anticuados y nuestras vías no se renuevan desde hace decenios o el material es viejo y está obsoleto porque viajamos poco en tren? Con los vuelos sucede lo mismo: ¿viajamos poco en avión y pasamos del aeropuerto de Badajoz porque hay pocos vuelos y las compañías no arriesgan o solo hay aviones a Madrid y Barcelona y las compañías no arriesgan porque cogemos poco el avión y ni barajamos la posibilidad de volar desde Badajoz?

Yo me inclino por la primera opción. Es decir: tenemos unas comunicaciones aéreas y ferroviarias de pena desde hace años y eso nos ha ido alejando del aeropuerto pacense y de los trenes. La situación es tan extraña y paradójica que desde Badajoz salen varios autobuses hacia los aeropuertos de Sevilla y Lisboa y desde Cáceres hay un bus directo al aeropuerto de Lisboa y otro al de Málaga. Sin embargo, los viajeros que llegan a la terminal de Talavera la Real y preguntan por el transporte público para ir a Badajoz se encuentran con la sorpresa de que no hay. Bueno, sí que hay si los viajeros recorren un kilómetro con la maleta por una carretera sin árboles hasta el cruce y esperan allí una hora a pleno sol, rememorando así aquellos viajes de los años 50, cuando había que caminar kilómetros desde el pueblo hasta el cruce de la carretera general, donde esperábamos el viejo Mirat que nos llevaba a la ciudad para acudir al instituto o acercarnos al médico.

Mi teoría es que los extremeños somos normales, es decir, un millón de personas normales a las que les gusta viajar, que cogen el avión si les ofrecen vuelos con precios razonables a múltiples destinos y cogen el tren si les ofertan buenos horarios, viajes rápidos, material decente y sin sorpresas. El caso de los vuelos veraniegos que, de vez en cuando, nos ponen en julio, agosto y septiembre es paradigmático. Hace años, pusieron vuelos a París y los aviones iban llenos de familias normales que viajaban a Eurodisney. O sea, como en cualquier región europea. Este año, han puesto un vuelo semanal a Tenerife y el éxito es apoteósico.

No me hubiera importado pasar una semana en la isla de El Hierro porque soy un ciudadano normal, vulgar incluso, que ha visto la serie 'Hierro', se ha enamorado de esa isla y ha pensado: «Pues mira, cogemos un vuelo desde Badajoz a Tenerife en agosto, mi mes de vacaciones, y desde allí saltamos en Air Binter a Hierro». Pero mi gozo en un pozo: misión imposible. Los extremeños somos europeos normales y en cuanto nos han ofertado vuelos a precios razonables a Tenerife hemos llenado los aviones y lo que queda a estas alturas son billetes en Turista a 449 euros la ida a Tenerife el 6 de agosto (450 en Business Class la vuelta el 13); 534 euros la ida el 13 en Business Class (202 la vuelta en Turista el 20) o 534 la ida en Business Class el 20 y 450 la vuelta, también en Business, el día 27. Estás últimas fechas eran las que me interesaban, pero por casi 2.000 euros como que no.

Conclusión: si hubieran puesto más vuelos a Tenerife, también se habrían llenado. Y como somos un millón de personas normales, si hubieran puesto vuelos a Londres, París o Berlín, también habrían sido un éxito. Quítense de la cabeza la idea de que no hacemos lo mismo que los demás. Aquí, nuestros hijos son como el resto de hijos europeos y, aunque no tengan un duro, están todo el día volando. No sabemos cómo lo hacen, pero parecen pájaros. Eso sí, se van al aeropuerto de Sevilla en el Leda o en Blablacar o al de Lisboa en Avanza (o en Blablacar).

En Renfe y en Adif ya han entendido que somos normales y se nota en las traviesas que se ven sobre el trazado del AVE y en el trasiego de grandes camiones sobre las vías. Pero lo de los aviones va a ser más complicado. Cuesta que nos entiendan, cuesta que asuman que somos normales.

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